Simeone: “Encajamos muchos goles, no defendemos bien, es como cuando llegué al club”
El técnico del Atlético no culpa a los jugadores de la fragilidad defensiva: “No estoy trabajando de la manera adecuada”
Antoine Griezmann apenas había pesado en el juego del Atlético de Madrid en los primeros cuarenta y cinco minutos. Su mayor contribución había sido sacar a pasear su exquisita zurda en el saque de esquina que Mario Hermoso cabeceó a placer para abrir el marcador. Como el resto de su equipo, el tanto le hizo entregarse al intento de administrar la renta a través de la defensa de los espacios y a tratar de aumentarla en un contragolpe. En ese modo que apagó el fuego con el que el Atlético había iniciado el primero de la tormenta de derbis que se avecina, Griezmann asistió a otro ...
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Antoine Griezmann apenas había pesado en el juego del Atlético de Madrid en los primeros cuarenta y cinco minutos. Su mayor contribución había sido sacar a pasear su exquisita zurda en el saque de esquina que Mario Hermoso cabeceó a placer para abrir el marcador. Como el resto de su equipo, el tanto le hizo entregarse al intento de administrar la renta a través de la defensa de los espacios y a tratar de aumentarla en un contragolpe. En ese modo que apagó el fuego con el que el Atlético había iniciado el primero de la tormenta de derbis que se avecina, Griezmann asistió a otro ejercicio de la debilidad defensiva que asola a su equipo en los últimos partidos. “Seguro que yo no estoy trabajando de la mejor manera para que el equipo defienda mejor”, esgrimió Simeone, que evitó críticas colectivas o individuales y prefirió elogiar el partido de sus futbolistas. “Hemos hecho un partidazo, estuvimos muy cerca, tenemos que aprender para mejorar, pero la forma de competir es esta. Hablaremos, hay muchas cosas positivas por comentar. Competimos bien en energía, lo dimos todo, hay cosas por mejorar, pero me quedo con eso”, abundó el Cholo en los micrófonos de Movistar. En rueda de prensa, le insistieron sobre la cuestión defensiva: “Estuvimos más fuertes en defensa, pero necesitamos crecer. Y la responsabilidad es mía, tengo que darles las herramientas. Nos están haciendo muchos goles, es como cuando llegué al club. No defendemos bien”.
”Encajamos mucho, hay que mejorar. Es una cuestión de todos”, reiteró Griezmann. Su respuesta a los goles de Rüdiger y Mendy fue la propia de los jugadores diferentes que trascienden al juego. Para superar a Luis Aragonés como máximo goleador de la historia del Atlético ideó una maniobra genial. De Paul le tiró una pared en el balcón del área y Rüdiger, Tchouameni y Modric se abalanzaron para taparle su pierna izquierda. Griezmann se limpió a los tres con un recorte hacia la derecha que le perfiló en solitario para adentrarse en la media luna y desde allí ajustó un disparo certero que sorprendió a Kepa. El meta vasco no esperaba que Griezmann le descerrajara el remate con la derecha, su pierna menos buena. Consciente de lo que suponía ese tanto, el atacante galo cogió el balón y se lo dio a Simeone para que lo cambiara por otro. El esférico pasará a formar parte de su museo particular o el del club y el gol sirvió para frenar la hemorragia defensiva que padecía el Atlético que reapareció en el segundo tiempo.
En la lógica futbolera entra que este Atlético más valiente con la pelota que pretende Simeone pueda correr un riesgo defensivo mayor que se traduzca en un mayor número de goles encajados. Tres le hizo el Getafe, cuatro el Girona y este miércoles cinco el Madrid. El problema con el que se ha encontrado el preparador argentino es el cómo encaja Oblak los goles. Rüdiger remató libre de marca el saque de esquina botado por Modric que supuso el empate. El central alemán se encontró con una vigilancia laxa de Savic que le permitió cabecear sin oposición. El montenegrino vive sus peores momentos desde que llegó al Atlético en 2015. Ha perdido su condición de indiscutible y no está clara su continuidad la temporada que viene. El asunto le tiene descentrado y comete errores que extrañan en un futbolista que ha hecho de la sobriedad su mejor virtud.
El problema es que no solo Savic no encuentra el punto. Es chocante cuando menos que en un equipo de Simeone armado con tres centrales, Rodrygo pueda recibir de espaldas en el punto de penalti un balón largo y pueda acunarlo con comodidad. Oblak tuvo que hacer una parada inverosímil con la piernas para evitar el tanto del brasileño. También en el gol de Mendy la fragilidad defensiva de los rojiblancos se hizo notar. A un balón raso al área no hubo una pierna que apareciera para interceptarlo. Mendy ejecutó un remate muy sibilino, pero se había anticipado a Giménez. A este también se le aprecia un punto por debajo para aplicarse con la velocidad que acostumbra.
Las grietas volvieron a abrirse en el tercer gol del Madrid. No en el remache final de Carvajal. Esta vez las costuras saltaron en la gestación de la jugada. El Madrid hizo correr la pelota por toda la banda izquierda hasta hacérsela llegar a Vinicius. Les faltó contundencia a los jugadores rojiblancos que se vieron implicados en la defensa de ese pasillo. Ni acertaron a cortar la pelota ni estuvieron ávidos para cometer una falta táctica que frenara el avance.
El resultado de esos agujeros defensivos fue que el Atlético desperdició las dos ventajas en el marcador de las que dispuso con los tantos de Hermoso y el de Kepa en propia puerta. Otra rareza en un equipo de Simeone que le condenó a una prórroga en la que hizo un ejercicio de supervivencia para tratar de llegar a los penaltis. “Lo hemos teido con el 3-2, pero nos han remontado”, se lamentó Koke. Otro fallo, esta vez en la anticipación de Azpilicueta, propició que Carvajal pusiera una rosca que embocó Savic en propia puerta. Brahim remató la faena con Oblak fuera del arco. El esloveno nunca había encajado cinco goles.
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