Joaquín Caparrós: “Tengo 68, pero quiero seguir entrenando”
El veterano técnico, homenajeado por el Sevilla, ve posible el retorno de Sergio Ramos a la selección y recibe el cariño de un mito como José Ángel Iribar
Joaquín Caparrós (Utrera, Sevilla; 68 años) vivió un día muy especial en el Ramón Sánchez Pizjuán. El Sevilla, el club de su alma, le otorgó una distinción muy especial: el II Banquillo de Oro Ramón Encinas por ser el entrenador con más partidos dirigidos, 241, y mayor número de victorias logradas con un total de 111. El primero se lo entregó el club andaluz a Manolo Cardo, también presente en el acto.
Rodeado de su familia, de decenas de jugadores a los que entrenó en el Sevilla, Deportivo, At...
Joaquín Caparrós (Utrera, Sevilla; 68 años) vivió un día muy especial en el Ramón Sánchez Pizjuán. El Sevilla, el club de su alma, le otorgó una distinción muy especial: el II Banquillo de Oro Ramón Encinas por ser el entrenador con más partidos dirigidos, 241, y mayor número de victorias logradas con un total de 111. El primero se lo entregó el club andaluz a Manolo Cardo, también presente en el acto.
Rodeado de su familia, de decenas de jugadores a los que entrenó en el Sevilla, Deportivo, Athletic y Villarreal, con campeones del mundo a su lado como Sergio Ramos, Jesús Navas o Carlos Marchena, Caparrós, muy emocionado, hizo un pequeño receso en medio del homenaje para atender a este diario. “Yo quiero seguir entrenando. Tengo 68 años, pero mi vida es el fútbol. El fútbol es pasión y sentimiento, pero también mucho conocimiento. Estoy en deuda con él. Hoy me ha pasado por la mente toda una vida dedicada a este deporte en un acto de puro sentimiento. Es algo inolvidable y estoy muy agradecido. Sentir todo este cariño me emociona”, aclara Caparrós.
“No paro de ver fútbol, me alimenta. El tema es que yo estoy en deuda con este deporte porque convirtió a un chiquillo de 12 años que soñaba con ser futbolista del Sevilla en un entrenador profesional. Soy entrenador, lo siento de esa forma y moriré así. Siempre quiero estar preparado para dirigir a un equipo, a un grupo de jugadores, que es lo que a mí me gusta”, advierte entre continuos saludos el que fuera entrenador del Recreativo, Villarreal, Sevilla (tres etapas), Deportivo, Athletic, Mallorca, Levante, Granada y Osasuna. También dirigió a la selección de Armenia entre 2020 y 2022. “No sé cuál ha podido ser el secreto, pero siempre he intentado mantener una línea de unidad en el mensaje y mucha rectitud en el trato a los jugadores. Los tiempos cambian, sin duda, pero el fútbol tiene un fondo que se mantiene. Hay que estar muy preparado y saber enviar tu mensaje con honestidad”, indica el técnico utrerano, quien reconoce que tuvo la virtud de adaptarse a los ambientes de los equipos que entrenó, caso del Deportivo o el Athletic.
“En Bilbao me pusieron Jokin y volvimos a jugar una final de Copa muchos años después tras derrotar en semifinales a un gran Sevilla de Luis Fabiano y Kanouté. A mi equipo. Hay que ser conscientes de dónde se está, de lo que significan los símbolos. Hoy está aquí conmigo José Ángel Iribar, un mito del fútbol mundial. Sentir ese cariño te demuestra que algo has debido hacer bien”, reflexiona Caparrós.
“Fuiste un visionario y un padre deportivo para mí. De todos los entrenadores que he tenido, me quedo contigo”. Las palabras de Sergio Ramos hacen mella en Caparrós. “He tenido la fortuna de hacer debutar a dos campeones del mundo como Sergio y Jesús Navas. Y he visto cómo se me han ido dos de las mejores zurdas que ha dado esta cantera del Sevilla, Reyes y Antonio Puerta. Que el mejor central del mundo diga eso de ti...”, asiente Caparrós, quien no tiene dudas en referirse a un posible regreso de Sergio Ramos a la selección española. “Claro que Sergio Ramos puede volver a jugar con España. Eso sí, todo dependerá del rendimiento que pueda dar ahora con el Sevilla, pero lo veo plenamente capacitado”.
Los nombres de Jesús Navas, Sergio Ramos, Antonio Puerta, José Antonio Reyes o Iker Muniain abren la puerta a un capítulo muy especial en la carrera de Caparrós: su pasión por la cantera. “Esa capacidad de mirar abajo y dar opciones siempre la he tenido. Me gustaba desde siempre ofrecer oportunidades y en el Sevilla tuve a gente increíble, como Pablo Blanco, que me decía que viera a jugadores como Jesús Navas, como Sergio, Antonio o Reyes. Luego, en el Athletic, tampoco tuve ningún reparo en sacar a futbolistas como Iker (Muniain). Si vale, para dentro”, proclama incansable. Ahora, el Sevilla parece haber cortado ese hilo transmisor con sus categorías inferiores. Está el eterno Jesús Navas (precisamente ayer cumplió 38 años) y Juanlu, el internacional sub-21 que suele relevarle en la banda derecha. “Bueno, quizás haya llegado el momento de analizar, de ver cómo se hacía antes, cuando se sacaron tres campeones del mundo. Yo creo que no debemos volvernos locos y seguir mirando hacia abajo porque tenemos mucho talento ahí. Pero eso sí, dejémonos de tanto dato y de tanta área nueva. Sevilla y su provincia respiran mucho fútbol y no hay más remedio que aprovechar ese gran talento”, profundiza el técnico.
El Sevilla vive ahora momentos de zozobra en el aspecto deportivo e institucional. José Luis Mendilibar fue destituido después de conquistar la Liga Europa ante la Roma y ha llegado Diego Alonso. El equipo andaluz es 13º y acumula seis partidos ligueros sin vencer (cinco empates y una derrota). Además, es colista de su grupo de la Champions League con dos puntos logrados en dos empates, aunque podría clasificarse para los octavos de final si derrota al PSV en casa y al Lens fuera en las dos últimas jornadas de la máxima competición europea. Caparrós tiene la receta para afrontar el problema.
“Lo primero que hay que tener es mucha calma. El cuerpo técnico tiene que confiar en su idea y hay que tener también paciencia con él. La calma la deben transmitir la dirección deportiva y el presidente. A este Sevilla le hace falta calma. Hay materia prima en la plantilla, así que a confiar”, insiste el hombre al que le cambió la vida una conversación con José Castro en el verano de 2000. Entonces, con Roberto Alés en la presidencia y Monchi recién nombrado secretario técnico, se le propuso ser el entrenador de un Sevilla que se encontraba en Segunda División.
Caparrós y un equipo comandado por gente como Javi Navarro o Pablo Alfaro logró el ascenso a Primera al siguiente año. “Nos convertiste en bestias competitivas”, señaló Pablo Alfaro. De ahí, hasta Europa. Mientras, Iribar departía. “Nunca ha estado mejor dado un premio. Yo no podía faltar estando Joaquín de por medio. Es mi amigo”. Palabra del Txopo.
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