Un año más

Qué tiempos aquellos en los que los clubes españoles, sobre todo Madrid y Barça, pero no solo ellos, eran una parte importante de esos mercados a la hora de comprar

Ansu Fati controla el balón ante Luis Hernández durante el Barça-Cádiz de la segunda jornada de Liga.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

Ya lo decía Mecano: “Y en el reloj de antaño, como de año en año; cinco minutos más para la cuenta atrás. Hacemos el balance de lo bueno y malo; cinco minutos antes de la cuenta atrás”.

No me digan por qué, pero cada vez que se acerca el final de agosto y con él llega el cierre del mercado futbolístico, en mi cabeza empieza a sonar esa canción de Mecano que, para mí, es la banda sonora del día de Nochevieja.

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Ya lo decía Mecano: “Y en el reloj de antaño, como de año en año; cinco minutos más para la cuenta atrás. Hacemos el balance de lo bueno y malo; cinco minutos antes de la cuenta atrás”.

No me digan por qué, pero cada vez que se acerca el final de agosto y con él llega el cierre del mercado futbolístico, en mi cabeza empieza a sonar esa canción de Mecano que, para mí, es la banda sonora del día de Nochevieja.

Como veo que anda la Liga en busca de nuevos temas para la producción de imágenes exclusivas y personalizadas, se me había ocurrido que se podría organizar un evento de estos con representantes de todas las aficiones de nuestra competición de fútbol profesional, todos allí frente al reloj de antaño jaleando, esperando, rogando, deseando, maldiciendo o lo que toque hacer hasta que lleguen los cuartos, baje la bola y suenen las 12 campanadas que indiquen que el mercado se cierra y que ya no se volverá a hablar de fichajes hasta el 1 de enero de 2024.

Bueno, a ver, que esto de que se deje de hablar del mercado ha sido una licencia literaria mía porque hemos descubierto, mejor dicho, nos han hecho descubrir, que el mercado de Arabia Saudí y algunos otros con músculo financiero cierran dentro de unos 20 días. Me imagino que todos los clubes se han encargado de marcar la fecha final del mercado europeo como último día para hacer operaciones importantes en vista de que si haces ventas tras esa fecha pierdes la posibilidad de sustituir al jugador vendido, y eso puede tener consecuencias muy perniciosas en la primera parte de la temporada.

Claro que como actualmente quien decide en los clubes es la parte financiera, no hay que descartar que cada uno busque un argumentario nuevo. Como un desplegable del mantenido hasta este viernes para justificar la salida de alguna perla deportiva en aras de cuadrar el balance, en el presente, aunque luego se descuadren los resultados, en el futuro.

Qué tiempos aquellos en los que los clubes españoles, sobre todo Madrid y Barça, pero no solo ellos, eran una parte importante de esos mercados a la hora de comprar. El inicio de esta ventana fue positivo con el fichaje de Bellingham con cifras notorias; pero amparado en un rendimiento alto y una edad que permite pensar que va a ser amortizado rápidamente, visto el inicio goleador y futbolero fulgurante. Pero luego todo se paró y las llegadas han sido a cuentagotas, mucho jugador libre y de coste cero, bastante talento joven para generar plusvalías, con la gran aportación de este 2023 al descubrirnos que una cosa es fichar y otra poder inscribir al jugador fichado, parte administrativa que hasta ahora considerábamos como rutinaria.

Dentro de esas noticias positivas que todos necesitamos ha surgido Lamine Yamal como un cometa brillante lleno de luz, alegría y desparpajo, tanto que en un par de partidos ha hecho olvidar a Dembélé, uno de los jugadores más desequilibrantes del fútbol mundial. Y como Yamal viene de La Masia es el perfil perfecto para entender la idea del juego culé. Además, para que todos los despachos del club estén contentos es un jugador que en una futura venta generaría 100% de beneficio. Mismo beneficio que puede dar Ansu Fati, que se atrevió con el peso del 10 del Barça y ahora parece más destinado a generar dinero que goles.

Antes, no hace tanto, la aparición de un jugador de la casa era recibida con la alegría de ver en el primer equipo a uno de los nuestros, a uno de esos con el que nos podíamos sentir identificados y que cuando besaba la camiseta ya lo había hecho anteriormente en los campos de tierra o hierba artificial, como Unai Gómez tras su primer gol en San Mamés. Hoy, esos admirables jugadores son los perfectos objetivos del mercado por los beneficios y plusvalías que generan. Y así vemos volar rumbo a Arabia a un enorme talento como Gabri Veiga. Tan de casa y tan lejos de ella para poder celebrar su centenario y a su centenaria Oliveira le ha salido un brote por tierras del mar Rojo.

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