Césped, inseguridad y caos en la final: todos cargan contra la Conmebol en la Copa América
Los incidentes en el ingreso al partido entre Argentina y Colombia cierran una larga lista de reclamos contra la organizadores del torneo sudamericano
Hubo más que fútbol en la Copa América que ganó Argentina. Los incidentes con miles de hinchas en los accesos al Hard Rock Stadium donde el domingo se jugó la final cerró una larga lista de errores de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a cargo de la organización, y su presidente, Alejandro Domínguez. Generó también preguntas sobre la capacidad de Estados Unidos para organizar el Mundial de Clubes en 2025 y la Copa del Mundo en 2026. L...
Hubo más que fútbol en la Copa América que ganó Argentina. Los incidentes con miles de hinchas en los accesos al Hard Rock Stadium donde el domingo se jugó la final cerró una larga lista de errores de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a cargo de la organización, y su presidente, Alejandro Domínguez. Generó también preguntas sobre la capacidad de Estados Unidos para organizar el Mundial de Clubes en 2025 y la Copa del Mundo en 2026. Los problemas se iniciaron con las quejas sobre la calidad del césped en campos que hasta días antes del arranque del torneo tenían carpetas sintéticas. Luego hubo críticas al fixture, la seguridad para los familiares de los jugadores en los estadios, los campos de entrenamiento y la decisión de privilegiar el espectáculo sobre los partidos. Sumar 15 minutos al entretiempo de la final para que cantase Shakira encendió alarmas sobre el riesgo de convertir los torneos de alta competencia de fútbol en una suerte de imitación del Super Bowl.
El argentino Lionel Scaloni fue de los primeros en quejarse de la conveniencia de usar estadios pensados para fútbol americano. No solo porque los campos de juego están al límite de las dimensiones mínimas que exige la FIFA. “Hace siete meses que se sabe que jugamos aquí y cambiaron el césped hace dos días”, dijo tras el triunfo 2-0 ante Canadá en la inauguración de la Copa. “Menos mal que ganamos, porque si no hubiese parecido que era una excusa”, agregó. Fue evidente desde las tribunas que los panes colocados a la carrera sobre el pasto sintético no habían terminado de unirse.
La Conmebol rechazó las críticas. Desde la organización dijeron que todos los estadios cumplían con las normas de la FIFA y destacaron el esfuerzo que fue poner césped natural a seis estadios y replantarlo en otros tres que no lo tenían en condiciones. En solo cinco de las 14 canchas elegidas para la Copa alcanzó con un simple mantenimiento. A Scaloni se sumaron más tarde jugadores de las distintas selecciones, como el colombiano James Rodríguez, elegido el mejor del torneo. Tras el triunfo ante Paraguay en el debut, el centrocampista del São Paulo dijo que las canchas “no ayudan mucho” al desarrollo del juego. “Es seca, ponen un tapete raro. Los estados de la cancha no están muy buenos”, se quejó.
Quien finalmente estalló por el malestar acumulado fue Marcelo Bielsa. El argentino a cargo del banco de Uruguay suele decir lo que piensa. La Celeste llegó a la pelea por el tercer tras un durísimo partido contra Colombia, que terminó con sus jugadores peleando en las tribunas contra hinchas rivales. Dijeron que la falta de seguridad había puesto en peligro a sus familias. Bielsa se molestó cuando le preguntaron su opinión sobre posibles sanciones. Dijo que los jugadores uruguayos esperaban una disculpa y aprovechó para despacharse sin filtro contra la CONMEBOL y el país anfitrión. “Acá no pasó nada, fue una fiesta, estadios llenos, pero no pueden seguir engañando de que las canchas están perfectas. Hicieron una conferencia de prensa con que era una cuestión visual, que Vinicius no ve, que Scaloni no debe hablar. Todo amenazas. Scaloni habló una vez y se atrevió a decir que las uniones del césped no cierran. Y los campos de entrenamiento eran un desastre. Es una vergüenza, en un país que como organizador tiene responsabilidad”, dijo.
Y así llegó el día de la gran final, con los ánimos caldeados. La decisión de la CONMEBOL de extender de 15 a 25 minutos el entretiempo para que cantase Shakira ya había caído mal en los bancos de Argentina y Colombia. Cambiar las reglas para convertir el partido en un espectáculo de ADN estadounidense no les pareció una buena idea. El entrenador de los Cafeteros, el argentino Néstor Lorenzo, opinó en la previa que hubiese deseado un partido tradicional, como indica el reglamento. “Cuando salimos [del descanso] al [minuto] 16 nos han multado. Ahora hay un espectáculo y tenemos que salir al 25. Con la incidencia que puede tener físicamente en los jugadores. Me enteré hoy que será así, y ya está”, se quejó. Aún no sabía que las cosas se pondrían mucho peor.
Los errores en la seguridad el domingo provocaron un caos en el ingreso al Hard Rock Stadium y la final se demoró una hora. Los organizadores cometieron errores de manual, tal vez pensando que una final de Copa América es como un recital de rock y se rige bajo las mismas reglas. En lugar de armar anillos de seguridad para filtrar poco a poco a los hinchas, se les permitió llegar hasta los molinetes. Como miles de personas no tenían boleto, bastó una pequeña avalancha para todo fuese un caos. La seguridad se vio desbordada, las puertas del estadio se cerraron y miles de aficionados con su ticket correspondiente se quedasen afuera. Fue otra vez Scaloni el que se quejó, esta vez en nombre de las familias de los jugadores que demoraron horas en entrar al estadio. Para Lorenzo, el retraso tuvo también impacto en sus jugadores, que tuvieron que volver a los vestuarios cuando ya habían calentado en el campo. Habrá que confiar en que la Conmebol tomará nota de los errores de esta Copa América.
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