Argentina despierta ante Uruguay
En un duelo más pragmático que vistoso, la Albiceleste se queda con el clásico del Río de la Plata en Brasil
Argentina se reencontró con la victoria. Lo hizo, nada menos, que ante Uruguay. Después de tres empates consecutivos –dos en las eliminatorias sudamericanas, el restante ante Chile en el estreno de la Copa América-, la Albiceleste gana confianza, pero sobre todo espanta dudas. En la nueva generación de Argentina aparecieron dos viejos roqueros, Nicolás Otamendi para secar a Luis Suárez y, como no podía ser de otra manera: Lionel Messi. El 10 hizo del 10. Lideró a un equ...
Argentina se reencontró con la victoria. Lo hizo, nada menos, que ante Uruguay. Después de tres empates consecutivos –dos en las eliminatorias sudamericanas, el restante ante Chile en el estreno de la Copa América-, la Albiceleste gana confianza, pero sobre todo espanta dudas. En la nueva generación de Argentina aparecieron dos viejos roqueros, Nicolás Otamendi para secar a Luis Suárez y, como no podía ser de otra manera: Lionel Messi. El 10 hizo del 10. Lideró a un equipo nada vistoso, pero muy pragmático. Y la Albiceleste ya pasó lo más duro del Grupo A, empate ante Chile en el nuevo clásico (1-1), victoria frente a Uruguay en el clásico de siempre (1-0).
Si el Inglaterra-Escocia es el primer clásico del mundo, nació el 30 de noviembre de 1872, hace 149 años, el Argentina-Uruguay es el más repetido: 207 partidos. En 1902, en Montevideo se estrenó el derbi del Río de la Plata, una rivalidad mundial (jugaron la final de 1930), fundamentalmente sudamericana: Uruguay suma 15 Copas Américas por las 14 de Argentina. En definitiva, una rivalidad de siempre, hoy simbolizada en una amistad: la de Messi con Luis Suárez. El argentino apareció; el uruguayo, no. Nada cambió en su duelo personal: Suárez nunca le ganó a Messi y Argentina despertó en la Copa América.
Errático en ataque, frágil en defensa en el estreno ante Chile, Scaloni volvió a agitar el once. Nada nuevo en su inventario, aunque esta vez sí sorprendió porque en la previa había advertido que no realizaría muchos cambios. Hizo cuatro respecto al duelo ante la Roja, tres en la zaga. Preocupaba en el cuerpo técnico de la Albiceleste la poca fiabilidad del equipo cuando no tenía el balón, esencialmente débil cuando era obligado a recular. Le funcionó la estrategia a Scaloni. Con el balón, Argentina se plantó en el campo de Uruguay. Sin el cuero, juntó líneas lejos de Emiliano Martínez. No sufrió en defensa. Buena noticia. También encontró la manera de lastimar a Uruguay. Una noticia mucho mejor.
De entrada, avisó Acuña con un fuerte remate desde la puerta del área. Messi lo imitó. Muslera atrapó sin problemas el remate del lateral del Sevilla, estuvo menos lucido, sin embargo ante el del 10. El problema es que el rebote le cayó Lautaro Martínez, que anda negado con el gol al sumar cuatro partidos sin marcar. Pero Messi insistió. Activo para presionar, movedizo para encontrar el balón, el 10 iniciaba por derecha, reculaba al centro del campo para generar superioridad, apareció como extremo izquierdo para mandar el pase a la cabeza de Guido Rodríguez que terminó el 1-0. La reacción de Uruguay fue tímida, más presente Cavani (32 toques) que Luis Suárez (25), ninguno acertado.
Resulta paradójico lo que le pasa a Uruguay en ataque. Cavani (34 años) y Luis Suárez (34) que, entre los dos, suman 114 goles, en los 119 partidos que coincidieron en el campo y que en sus clubes firmaron 17 y 21 goles respectivamente en la última temporada, no la pueden embocar con la Celeste. El delantero del Manchester United no intentó ningún remate ante Argentina, el del Atlético, uno. Ni apuntó a la portería. Uruguay, que ya suma cuatro partidos sin marcar y en Brasilia nunca inquietó a Emiliano Martínez, ni siquiera cuando la Albiceleste, atada al resultado, reculó. Jugó Messi, resistió Otamendi y Argentina se engancha en la Copa América.
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