Nairo Quintana, sobre su regreso al Movistar: “Vuelvo a soñar”
El corredor colombiano, marginado un año por tomar el analgésico tramadol, se muestra ilusionado por su papel en la escuadra con la que ya ganó el Giro y la Vuelta
Nairo Quintana no deja de pedalear y estará de nuevo en las carreteras. El colombiano, que acaba de anunciar que vuelve al Movistar, su primera escuadra en Europa, da por superado el bache que atravesó su carrera durante el año que pasó en el ostracismo. “Desde que salí del equipo los pensaba mucho, y los extrañé también”, ha dicho este lunes en una emotiva rueda de prensa en la que abundaron las metáforas de cortejo de lado y lado, en Bogotá, para oficializar su...
Nairo Quintana no deja de pedalear y estará de nuevo en las carreteras. El colombiano, que acaba de anunciar que vuelve al Movistar, su primera escuadra en Europa, da por superado el bache que atravesó su carrera durante el año que pasó en el ostracismo. “Desde que salí del equipo los pensaba mucho, y los extrañé también”, ha dicho este lunes en una emotiva rueda de prensa en la que abundaron las metáforas de cortejo de lado y lado, en Bogotá, para oficializar su regreso a la competencia en la máxima categoría. Quintana, de 33 años, campeón del Giro de Italia y la Vuelta a España, ha definido por fin su futuro y derrocha ilusión. “Ha sido un gran reencuentro, la vida nos ha dado la oportunidad de volver a estar juntos”, ha dicho el más querido de los escarabajos, que cumple así su promesa de seguir sobre la bicicleta hasta que su cuerpo y su mente resistan.
–¿Cuál es la gran ilusión de Nairo Quintana?
–El dorsal en la espalda. Ese día que me coloque el dorsal, estoy seguro de que me volveré a sentir como el primer día de competición en Tunja.
Quintana, luego de su traumática salida del Arkéa francés, donde estuvo durante tres temporadas discretas, pasó un año sin fichar con ninguna escuadra europea, agobiado por la presión que provocó una sanción insólita por tomar el analgésico tramadol en el Tour de Francia del año pasado. Fue descalificado –había quedado sexto–, pero no sancionado formalmente por la UCI, ya que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no lo considera dopaje. Sufrió sin embargo un veto tácito de equipos y organizadores, apremiados privadamente por el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), David Lappartient.
Muchos anticipaban que ese entuerto no le permitiría a Quintana regresar a una escuadra de la máxima categoría. “A veces cuando me dicen que no, me jode, y yo digo que sí”, dijo al explicar su tenacidad y perseverancia, lo que provocó las risas cómplices del auditorio. Un ciclista no se rinde ante la adversidad. “Vuelvo a soñar”, apuntó. Nunca dejó de entrenarse, aunque admite que hay que ser pacientes para volver a ver su mejor forma: “El tiempo y la competición dirá donde vamos a estar”. “Esto para mí ha sido una victoria más. He disfrutado tanto como muchas de las carreras que gané con Movistar”, ha dicho el colombiano. A su lado, en el escenario, las tres camisetas que recuerdan esos triunfos: la rosada del Giro 2014, la roja de la Vuelta 2016 y la blanca que lo certificaba como el campeón de los jóvenes en el Tour 2015.
Su contratación por el Movistar para el próximo año, como lo anticipó EL PAÍS, se comenzó a fraguar con una conversación entre Quintana y Eusebio Unzué en Andorra durante la última Vuelta a España. El manager el equipo, conectado por video desde España, reivindicó la vigencia del ciclista de Boyacá. “No tengo ninguna duda de que con esta experiencia que lleva en estos 12 años en el profesionalismo, Nairo va a ser líder cada día con toda seguridad. Con su experiencia, su carácter, sus sabios consejos… siempre van a ser muy interesantes para todos los compañeros del equipo. Probablemente uno de los más beneficiados será el propio Enric Mas”, a priori el líder del equipo. “No descarto que lo sigamos viendo peleando con los mejores en muchas de las grandes carreras”.
En el país de los escarabajos, Quintana, con su estampa campesina, es un ídolo de una afición acostumbrada al sufrimiento épico de sus escaladores, que solían acumular solo camisetas de la montaña. Nairo, como todos lo conocen, fue el pionero que acostumbró al país a subirse al cajón más alto de los podios. Fue el primer colombiano en ganar el Giro de Italia, y también el primero en acumular dos grandes –antes de la irrupción de Egan Bernal, campeón del Tour y del Giro–. En sus mejores años en el Movistar, el dominio de Chris Froome con Sky privó a Nairo de ganar el Tour, su anhelado sueño amarillo. Tuvo que conformarse con tres podios en París. Ahora, en su madurez, sabiendo que Enric Mas es en principio el líder del equipo, ha descargado de sus hombros el peso de cumplir el sueño amarillo. “Los colombianos cumplimos el sueño con Egan Bernal”, ha concedido. “De mi parte entrego la batuta. Es una responsabilidad compartida entre todos los ciclistas colombianos”.
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