Kevin Punter: “Lo siento, pero no me vas a patear el culo”
El escolta del Barcelona explica su acentuada competitividad y cómo ve la evolución del baloncesto europeo antes de viajar a la Copa del Rey
Acaba el último entrenamiento antes de viajar a Gran Canaria para la disputa de la Copa del Rey y Kevin Punter (Nueva York; 31 años), escolta del Barça, coge al joven Dame Sarr del brazo. Todos han enfilado hacia el vestuario menos ellos, que se quedan haciendo un uno contra uno. Risas y correcciones. “Dadme un año con él y veréis de lo que es capaz”, vocifera Punter. Después, acude a un vestuario del Palau y ofrece un estrechón de manos que descoloca los huesos. No sonríe y sus palabras son siseos. Pero pasan las preguntas y se suelta, bromea, enseña su ristra de dientes, también los infinitos tatuajes que decoran su cuerpo.
Pregunta. El Barça juega con dos estilos, uno americano, de transiciones rápidas, y otro académico y europeo. ¿Cuál prefiere?
Respuesta. No estoy seguro. Me gusta la mezcla de ambos.
P. ¿No se siente más cómodo tirando rápido?
R. Sí, sí, eso seguro. Cuando era más joven no tenía ninguna duda porque es el baloncesto que viví. Pero cuando llegué a Europa con 23 años me encontré con este baloncesto y también me gustó. La mezcla de ambos es la mejor receta. Aunque creo que el baloncesto europeo está derivando en correr más rápido.
P. ¿Lo dice por el París?
R. No solo ellos, que son un ejemplo. Hay más equipos que buscan ese estilo NBA. Y están descubriendo cómo conseguirlo, haciendo muchas pantallas para confundir a las defensas y así poder jugar más acelerado. Definitivamente, vamos en esa dirección.
P. ¿El estilo NBA es más atractivo para el aficionado?
R. Sin ninguna duda. Pero lo más atractivo en el baloncesto es ganar. Si un equipo gana, seguro que su hinchada dirá que hacen un baloncesto muy atractivo. Todo se reduce a ganar.
P. Para ganar hay que meter más puntos que el rival. Cuando usted coge el balón, ¿lo primero que hace es mirar a la canasta?
R. ¡Ja! No lo había pensado, pero sí porque cuando miras al aro, ves todo lo que tienes delante. Qué defensor está encima, cómo se configura su defensa global…
P. ¿Cree que debería pasar más la pelota?
R. Eso podría decirlo al principio de mi carrera, cuando no la pasaba tanto como ahora. Aunque en parte se debía a que no entendía el juego. Con los años, se gana experiencia y entiendes las lecturas del juego, también el pick&roll y lo que quieres sacar de él… Ya sabes, tienes un panorama más amplio de la ofensiva y acabas por entender que a veces es mejor pasar.
P. Pero hay días que tira y tira, y aunque falle, sigue tirando…
R. Cuestión de confianza. Puede que haya fallado, pero cuando vuelvo a tirar es porque pienso que la voy a meter. Hay que tener esa mentalidad para ser alguien en el baloncesto.
P. ¿Cuando juega se siente el mejor de la cancha?
R. 100%. Lo siento y hay que sentirlo así para jugar a este nivel.
P. ¿Es por eso que, en caso de apuros, el equipo siempre le busca a usted o a Parker?
R. Seguro. Pero ese respeto y confianza del vestuario hay que ganárselo dentro y fuera de la cancha. Aunque a buen seguro que todo empieza en la cancha.
P. ¿Ese carácter le viene del Bronx y del playground?
R. Creo que sí. Crecí en los patios y si quieres seguir en la pista no puedes perder. Ahí aprendes a que no te pateen el culo. Eso te da carácter y competitividad. Y es algo que tuve que sacar en Europa porque al principio no me dieron opciones ni oportunidades. Pienso en mi viaje, en cómo he llegado hasta aquí, y puedo decir que ha sido extremadamente difícil y que estoy muy orgulloso. Nadie me respetó al inicio de mi carrera y tuve que ganármelo todos los días.
P. Un carácter que, cuando no entran los lanzamientos, le hace defender el doble de intenso.
R. Defender es un reto personal que me autoimpongo. No sé, no quiero ser ese tipo de jugador que cuando no anota siente que no está haciendo nada. Ese no soy yo.
P. ¿Con el tiempo ha aprendido a disfrutar de la defensa?
R. No, no es cuestión de madurar para entenderlo. Simplemente, soy un competidor nato y cuando tengo a un chico delante que quiere superarme, me digo que no, que no me va a vencer. Es un sentimiento de orgullo, de competitividad. Lo siento, man, pero no me vas a patear el culo.
P. Al Barça sí le han superado más veces de las deseadas en este año. ¿Por qué es un equipo capaz de lo mejor y de lo peor?
R. Uffff, sí, es verdad que hemos tenido muchos altibajos. Pero no sé responderte. Quizá tenga un par de razones para explicarlo, pero no tiene sentido que lo diga porque es mi opinión y esta es una adversidad que estamos pasando juntos. Además, no es una situación en la que me corresponda a mí tomar la decisión. Aun así, pienso que el trabajo que estamos haciendo nos dará sus frutos.
P. ¿Cree que pueden ganar todos los títulos?
R. Por supuesto. Perdimos la Supercopa, pero tenemos tres títulos por delante y nada se ha terminado.
P. ¿Le motiva la Copa?
R. ¿A quién no? Yo me quiero ir a casa como campeón, no antes.
P. ¿Es el Madrid el mejor oponente?
R. No, el mejor oponente es el Barcelona.
P. ¿Seguirá en el club el año que viene?
R. ¿Por qué me preguntas eso? Se lo estás preguntado a la persona equivocada. ¿Quiero? Sí, me encantaría estar aquí más tiempo.
P. ¿Y no le gustaría jugar algún día en la NBA?
R. Tal vez. Pero no lo sé. Tengo 31 años y el tiempo corre. Al principio de mi carrera rechacé dos ofertas, de los Clippers y los Timberwolves, porque no tenían sentido.