De montañas y banderas
Pablo Batalla Cueto publica una completa y entretenida historia sobre la convivencia de montañismo y política
Todas las mochilas suelen ir más cargadas de lo que aparentan. La que la alpinista tanzana Rawan Dakik portó hasta la cima del Everest, por ejemplo, llevaba dentro el orgullo de los agricultores, pescadores y mineros de su país; también el de la mayor parte de sus compatriotas. El verde del campo, el azul del mar, el amarillo del oro y el negro de la piel de la mayoría de la población tanzana viajaban recogidos en un trozo de tela guardado en un bolsillo de la mochila. ...
Todas las mochilas suelen ir más cargadas de lo que aparentan. La que la alpinista tanzana Rawan Dakik portó hasta la cima del Everest, por ejemplo, llevaba dentro el orgullo de los agricultores, pescadores y mineros de su país; también el de la mayor parte de sus compatriotas. El verde del campo, el azul del mar, el amarillo del oro y el negro de la piel de la mayoría de la población tanzana viajaban recogidos en un trozo de tela guardado en un bolsillo de la mochila. Cuando Dakik alcanzó la cima del techo del mundo, desplegó la bandera de Tanzania. Y los más de 66 millones de habitantes del país africano lo hicieron con ella. Todo esto sucedió hace poco -en 2021- porque al alpinismo, como casi todo en esta vida, sigue siendo política. Y lo fue desde el principio.
La bandera en la cumbre (Capitán Swing) es el libro en el que Pablo Batalla Cueto ofrece una completa y entretenida historia sobre la convivencia entre montañismo y política. Una relación que quizás fue más obvia en los inicios, cuando el perfil del planeta estaba aún por matizar y llegar en primera posición a una cima significaba, de alguna manera, hacerla tuya; que se convirtió, primero, en una carrera a principios del siglo XX, para después, ya pasadas las grandes guerras, servir de palanca para el olvido del horror; y que hoy, con casi todo ya descubierto y conocido, se puede ejercer incluso desde la burocracia: ahí está la decisión de Pakistán de reducir las tarifas para escalar sus ochomiles y ampliar el cupo de expediciones al Karakórum. Un vínculo al que se le han ido sumando otras banderas -de la igualdad, del ecologismo o de la superación- y que incluso protagonizó un capítulo de los populares Simpson. Batalla parte de la selección de 15 ideologías y movimientos sociales a los que añade tres religiones para escribir un libro lleno de historias, de tragedias, de anhelos o de contradicciones. Un libro que contagia esa eufórica sensación de llegar a una cima y alzar una bandera -física o mental- y olvidarse, por unos instantes, de que todo en esta vida, además de política, es efímero.