¿Hasta cuándo, Tiger Woods?
La última operación de espalda del legendario golfista, a punto de cumplir 50 años, aumenta la cercanía de una retirada
Hace más de un año que Tiger Woods es más noticia por lo que no se ve de él que por sus apariciones en un campo de golf. Lo último es un comunicado publicado este domingo en sus redes sociales en el que informa de un nuevo paso por el quirófano. “Después de sufrir dolor y falta de movilidad en la espalda, consulté con médicos y cirujanos para que me hicieran pruebas. Las exploraciones determinaron que tenía un disco colapsado, fragmentos de disco y un canal espinal dañado. Decidí someterme a una sustitución de disco y ya sé que tomé una buena decisión para mi salud y mi espalda”, explicó Tiger. El viernes fue operado en Nueva York y su tiempo de baja se alarga otra vez de manera indefinida: varios meses, quizás otra temporada entera… A punto de cumplir los 50 años, el 30 de diciembre (comparte fecha con LeBron James), la nueva caída del ganador de 15 grandes obliga a preguntarse: ¿hasta cuándo?
Es difícil encontrar una respuesta, igual que saber qué es lo que motiva hoy en día al Tigre para seguir remando cuando toda lógica indica que ese cuerpo maltrecho está pidiendo a gritos que deje la competición. Igual que sucedió con Rafa Nadal. La cabeza desea seguir, pero la carrocería de Woods ha sufrido innumerables golpes. Cuesta llevar la cuenta de las operaciones de espalda y de rodilla por las que ha pasado, además de un accidente de tráfico que le destrozó una pierna. En septiembre del año pasado ya estuvo en las manos de los cirujanos por una lesión lumbar y en marzo se rompió el tendón de Aquiles y se esfumó la opción de concursar en su querido Masters. El dolor se unió a la depresión por la pérdida en febrero de su madre, Kultida, persona imprescindible para entender su colección de éxitos. Ahora los médicos han hurgado de nuevo en una espalda más propia de un anciano.
El número 2.048 de la clasificación mundial no ha jugado ni un solo torneo esta temporada y apenas cinco campeonatos puntuables para el ranking en 2024. Se retiró del Genesis después de seis hoyos por gripe, fue 60º en el Masters, la última vez que pasó un corte (y con 16 sobre el par, su peor resultado en Augusta), y cayó antes del fin de semana en el PGA, el US Open y el Open Británico. Esos 77 golpes que firmó en la segunda ronda del British de Royal Troon el 19 de julio del curso pasado son su última ronda oficial. Desde entonces, 452 días huérfanos de la leyenda. Su última victoria se remonta al milagroso Masters de 2019, 11 años después de su grande anterior y 14 desde la pasada chaqueta verde. Aquello fue uno de los regresos más espectaculares en la historia del deporte. Al borde de los 50 años, edad con la que podría disputar el circuito sénior, ya nadie espera otra resurrección. La multinacional Nike rompió su relación después de 27 temporadas amasando una fortuna para ambas partes.
Hoy el nombre de Tiger Woods sale a la luz ligado al diseño de campos, acciones de patrocinio, una marca propia de ropa y torneos que mezclan el golf real y el virtual. Es decir, el negocio. Y desde la debacle estadounidense en la pasada Ryder de Nueva York frente a Europa, como el posible capitán para la próxima edición, en Irlanda en 2027, la cita del centenario de la competición. Tiger como salvador, como mito. Como jugador solo él puede responder hasta cuándo estirará tanto sufrimiento físico.