La Sierre-Zinal, la maratón de Nueva York de las carreras por montaña

La cita de las Golden Trail con más recorrido internacional cumple 50 años con una filosofía que aúna a la élite con el atleta aficionado

Corredores durante la Sierre - Zinal de 2022.Jordi Saragossa

El paso del tiempo no solo da solera a una carrera por montaña, sino que la hace más exclusiva porque cada vez hay más atletas que quieren correrla y sus ecosistemas no dan para más. Esa ley de la oferta y la demanda deportiva se concreta en la Sierre-Zinal, que agotó en una hora todos sus dorsales para celebrar este sábado su 50 aniversario. La gran decana internacional, que une a estos dos pueblos del Valais suizo durante 31 kilómetros y 2.200 metros de desnivel positivo, mantiene una filosofía única que aúna al atleta aficionado –sale de madrugada y sin clasificación– con la élite, que cier...

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El paso del tiempo no solo da solera a una carrera por montaña, sino que la hace más exclusiva porque cada vez hay más atletas que quieren correrla y sus ecosistemas no dan para más. Esa ley de la oferta y la demanda deportiva se concreta en la Sierre-Zinal, que agotó en una hora todos sus dorsales para celebrar este sábado su 50 aniversario. La gran decana internacional, que une a estos dos pueblos del Valais suizo durante 31 kilómetros y 2.200 metros de desnivel positivo, mantiene una filosofía única que aúna al atleta aficionado –sale de madrugada y sin clasificación– con la élite, que cierra la fiesta a partir de las 11.00 horas. Su sencillez técnica en comparación con otros trazados y la ubicación privilegiada en el corazón de los Alpes la convierten en una joya cotizada, como la maratón de Nueva York.

“Es como si te toca la lotería, una carrera que todo el mundo quiere hacer una vez en la vida”, subraya su director adjunto, Valentin Genoud. El evento reparte 6.300 dorsales; 2.100 son para los corredores –el requisito es completar el recorrido en 4h30m–, 3.800 turistas –salen a las 5.00 horas y tienen amplios tiempos de corte para llegar a meta– y 400 para una carrera de niños. El cupo se cerró en un suspiro y quedaron 20.000 personas sin dorsal. La Zegama-Aizkorri, otra de las seis carreras de las Golden Trail Series –el principal circuito global– sortea 250 de sus poco más de 500 dorsales entre más de 12.000 candidatos.

Competidores de la Sierre-Zinal en 2022Philip Reiter

Así ha crecido la ocurrencia de Jean-Claude Pont, un matemático y profesor de historia empeñado en “redescubrir las virtudes del esfuerzo físico”. Creó en los 70, con el mundo de las carreras por montaña en pañales, la que bautizó como carrera de los cinco picos de 4.000 metros, pues atraviesa las faldas del Weisshorn (4.404 metros), el Zinalrothorn (4.221), el Obergabelhorn (4.063), el Matterhorn o Cervino (4.478) y el Dent Blanche (4.357). Y apostó por la idea de aunar a corredores y turistas con un enfoque humanista que defendía la camaradería, “el corazón por encima del reloj”.

Ese concepto resta presión al turista y le hace disfrutar cuando acaba su martirio. “Pueden correr el mismo día que la élite y estar allí cuando lleguen”, subraya Genoud. La salida es la más cotizada del año pese a la baja de Kilian Jornet, que encabeza el palmarés con nueve triunfos, por un edema óseo. El escalador suizo Remi Bonnet buscará su cuenta pendiente en casa ante el ejército de kenianos, beneficiados por un trazado rápido con el lema de Fast & Furious. No estará Andreu Blanes, ganador en 2022 tras el positivo de Mark Kangogo, keniano, centrado en los 3.000 obstáculos; ni Manuel Merillas, líder de las Golden, que ha optado por un mes de alpinismo. La carrera femenina se presenta apasionante entre la suiza Judith Wyder, ganadora en Dolomitas, la holandesa Nienke Brinkam –ganadora en Zegama el año pasado– y Oihana Kortazar, tercera el mes pasado en el Maratón del Mont-Blanc.

Genoud defiende ese legado familiar medio siglo después, pues la carrera sigue en manos del entorno local, con una organización “semiprofesional” que busca más la estabilidad que el crecimiento. “Para este año hemos tenido que hacer demasiado. Es emocionante, pero estoy deseando que llegue 2024 y preparar una edición normal”. Invitar a 30 ganadores de ediciones anteriores, una fiesta final, un libro ilustrado o un videojuego que elevan el presupuesto de 1,1 a 1,4 millones. La mitad viene de las inscripciones –98 euros–y el resto de patrocinios, un equilibrio que no quieren alterar para mantener el apoyo local, con 750 voluntarios, en una zona muy turística: esquí en invierno, senderismo o carreras en verano.

Por eso el binomio turista-corredor es innegociable y no hay margen para ampliaciones. “Queríamos calidad, no cantidad, así que tenemos que parar ahí. Muchos nos preguntan por qué no la hacemos en dos días, pero cambiaría nuestros valores y eso no lo queremos”.

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