Las Golden Trail Series, el espectáculo global de las carreras por montaña del que España es una potencia
El circuito de carreras de montaña que engloba a siete pruebas por todo el mundo aspira a globalizar y profesionalizar un deporte emergente
El Piz Boè, con sus imponentes 3.152 metros de altura, es el centinela de Canazei. Bajo su cima, huérfana de vegetación, el espectáculo global de las carreras de montaña traza el plan para atacarla el sábado. Atletas compartiendo información del recorrido, avisando el peligro que esconde manto de piedra fina en la bajada, el riesgo de deslizar. Las Golden Trail Series, el evento que nació para llevar a un deporte emergente a la profesionalidad global, hace parada en los Dolomitas. “Un show necesita actores. ...
El Piz Boè, con sus imponentes 3.152 metros de altura, es el centinela de Canazei. Bajo su cima, huérfana de vegetación, el espectáculo global de las carreras de montaña traza el plan para atacarla el sábado. Atletas compartiendo información del recorrido, avisando el peligro que esconde manto de piedra fina en la bajada, el riesgo de deslizar. Las Golden Trail Series, el evento que nació para llevar a un deporte emergente a la profesionalidad global, hace parada en los Dolomitas. “Un show necesita actores. Y para que haya buenos actores, hay que pagarles”, resume su director, Grégory Vollet. A años luz de la opulencia del fútbol, los 300.000 euros que mueve en premios han llevado ya a una treintena de atletas a ganarse la vida entre riscos y praderas.
El circuito consta de seis pruebas y la gran final, con perfiles para todos los gustos. Hay maratones de unos 42 kilómetros como la Zegama-Aizkorri –la joya vasca, la prueba más cotizada, con más de 12.000 peticiones para 250 dorsales en sorteo– o el Marathon du Mont Blanc. La Sierre-Zinal, 31 kilómetros a toda velocidad a los pies del Cervino. O el Pike’s Peak, 21 kilómetros de subida hasta los 4.300 metros en Colorado. La Dolomyths Run (22 kilómetros y 1.750 metros de desnivel positivo) es como subir y bajar un Hors Catégorie del Tour en un terreno técnico que no permite errores.
España fue potencia desde los inicios, con Kilian Jornet, el mejor corredor de montaña de la historia, como estandarte. Este año optó por el alpinismo nepalí y solo correrá el Sierre-Zinal, en agosto, pero la general la lidera Manuel Merillas, el leonés que ganó en Zegama y que brilla en los descensos. El panorama nacional incluye a veteranas como Ohiana Kortazar, tercera en el Mont Blanc, y estrellas emergentes como Malen Osa.
Vollet cuenta los inicios: “Cuando llegué a este mundo, muy poquitos atletas viajaban internacionalmente. No empezamos de cero, pero casi. Mi trabajo era desarrollar este deporte en el mundo. Y sigo haciéndolo”. El primer paso fue crear un equipo de atletas de Salomon, con Kilian Jornet como piedra fundacional. “Fuimos afortunados por tenerle, vimos muy pronto su potencial, pero ha sido difícil para él porque cargaba con todo el peso de una marca sobre sus hombros”. Uno de los objetivos de aquel equipo era liberar parte de esa carga.
La comunicación fue clave para vender esos lugares privilegiados por donde pasan las careras. Aquel equipo competía por diferentes continentes, pero el circuito no tenía suficiente músculo. Vollet habló con otras marcas, pero no hubo acuerdo. Así que lanzó las series por sí solo en 2018 con atletas de Salomon. “Tenía miedo de que no tuviera éxito, así que invitamos a atletas de todas las marcas, facilitamos su visibilidad y pusimos dinero en premios”. Las primeras finales fueron en Sudáfrica y Nepal, todo un atractivo al que no solo estaban invitados los corredores, sino sus sponsors.
Un espectáculo global necesita televisión, todo un reto en un deporte tan alejado de las vías de comunicación. “Fui el primero en ponerse el teléfono en el casco para hacer Facebook Live en el Marathon du Mont Blanc”. Fueron 18 kilómetros en bicicleta –hasta donde permitía el recorrido– pero superó el examen: era posible. El siguiente paso fue distribuir teléfonos por todo el recorrido con una realización central, pero no funcionó. Incluso cubrieron esta prueba en 2018 con la productora del Tour de Francia, que llevó un camión satélite a Chamonix, todo un acontecimiento. “Filmamos de una manera completamente diferente a otros deportes”. Cuando el recorrido lo permite, las bicicletas hacen el trabajo; si no, entran en juego los hombres-cámara. “Les pedimos que carguen una mochila de tres kilos y sigan a los mejores atletas del mundo”, reconoce entre carcajadas.
Los drones complementan el repertorio. El Maratón du Mont Blanc se retransmitió en julio en directo en 81 países, 22 idiomas y superó los cinco millones de espectadores. Frente a la ultra distancia –carreras que llegan a superar las 20 horas–, las Golden apuestan por formatos más cortos, intensos y televisivos. “Tenemos el potencial de llegar a una mayor audiencia”. El ejemplo está en la final que acogerá el Golfo dell’Isola, un circuito de 26 kilómetros en forma de flor con una zona neurálgica y facilita el desplazamiento por los pétalos del trazado.
Los salarios de los atletas se han doblado en los dos últimos años. Entonces, apenas una decena de atletas vivían de correr por montaña, se congratula Vollet, que incide en fidelizar su caravana para que sirvan de promotores. De pioneros. “Están construyendo un espíritu de equipo alrededor de las Series”. Esa fábrica de estrellas que comparte anhelos y miedos bajo el terrible Piz Boè.
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