Muere Josep Maria Folch, pionero del motociclismo de resistencia en España
Empezó su trayectoria para matar el gusanillo y terminó levantando el equipo que más victorias (11) ha conseguido en las ‘24 Hores de Catalunya’, que disputan su 28ª edición este fin de semana
El motociclismo de resistencia está de luto ante la muerte de uno de sus grandes pioneros, el catalán Josep Maria Folch (Reus, 77 años). Su pérdida llega justo la semana en que se celebrará la 28ª edición de su prueba fetiche, las 24 horas de Catalunya que su equipo, el Folch Endurance, ganó en 11 ocasiones. Este propietario de concesionario, que también montó un museo para presumir de sus joyas más preciadas en su ciudad natal, arrancó su pasión por las dos ruedas con 12 años, cuando su padre le llevó por vez prime...
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El motociclismo de resistencia está de luto ante la muerte de uno de sus grandes pioneros, el catalán Josep Maria Folch (Reus, 77 años). Su pérdida llega justo la semana en que se celebrará la 28ª edición de su prueba fetiche, las 24 horas de Catalunya que su equipo, el Folch Endurance, ganó en 11 ocasiones. Este propietario de concesionario, que también montó un museo para presumir de sus joyas más preciadas en su ciudad natal, arrancó su pasión por las dos ruedas con 12 años, cuando su padre le llevó por vez primera a las 24 horas de Montjuïc.
Ya entonces se enamoró de la exigencia y crueldad de la modalidad, al seguir los pasos de una Ducati que le chifló y se quedó a menos de una hora de completar la prueba por un problema mecánico. “23 horas y 15 minutos a fondo, yendo primeros, ¡qué barbaridad de trabajo!, y de repente se les acabó la carrera”, rememoraba en una conversación con EL PAÍS en 2014. Ver a los mecánicos llorando en el garaje, ese ardor por las carreras, le enganchó de inmediato. Pasaron los años y nunca falló como espectador a la mítica prueba en el sinuoso y peligroso trazado urbano en la montaña mágica.
En 1981, empezó a trabajar en el concesionario que ahora lleva su apellido y al año ya había colocado a un equipo en Montjuïc, que para su lamento se quedó muy cerca de ganar en varias participaciones. Abandonados los letales muros urbanos, Folch receló del salto a Montmeló, donde optó por no participar en la prueba inaugural en el trazado. Obsesionado con las 24 horas, decidió darle una oportunidad al circuito y el resto es historia. Su fuerte carácter y competitividad eran de sobras conocidos por sus pilotos, más de uno despedido tras cometer el más mínimo error a lomos de su máquina. “Para terminar el segundo no vengo, yo vengo a ganar... Después de tantos años para mí hacer segundo es una mierda”, decía sobre sus expectativas antes de empezar una carrera. La última victoria de su equipo en el Circuit de Barcelona-Catalunya llegó en 2017, y la pandemia puso fin a su participación en la prueba.
Folch y su equipo lograron hitos impensables en su mejor época. En 2008 se plantaron en el Mundial de Resistencia (EWC) de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y terminaron en tercera plaza. “Fue brutal, gente de pueblo, de Reus, y quedamos terceros en todo un Mundial”, recordaba en el Diari de Tarragona hace unos años. Su duodécima plaza en las célebres 8 horas de Suzuka, donde fue la primera Yamaha, le valió un premio de la multinacional japonesa durante su mejor año: gastos pagados y un motor nuevo completo. Fue, de hecho, la única vez que no debió pagar de su bolsillo para poder competir. La falta de patrocinios y el freno en las ventas de motos de calle en la última década truncaron sus sueños de repetir aventuras en la élite, aunque eso no evitó su dominio dentro del panorama nacional. El mago de Reus, como le conocían dentro del mundillo, confío en más de 130 pilotos a lo largo de sus más de cuatro décadas dedicado a la competición.
“Las motos eran toda su vida, su gran pasión”, cuenta Carmina Folch, su hija, a este periódico. Su padre se fue apagando estos últimos años después de una enfermedad limitante, y ella misma se encargó de sustituirle y dirigir al equipo en su última participación en las 24 horas en 2019. Quienes mejor le conocen describen a Josep Maria como un cabezón, un tipo con mucho pronto que sin embargo supo aprender a escuchar y cambiar su metodología con el paso del tiempo sin renunciar al éxito. “Ha ayudado a muchísimos pilotos. Cada uno hace su camino, pero sin este tipo de ayudas no vas a ningún sitio”, recuerda David Checa, que gracias a él descubrió el mundo de la resistencia. El piloto de Sant Fruitós de Bages (43 años) es el único español que ha ganado el Mundial de Resistencia de la FIM, y lo ha hecho hasta en cuatro ocasiones: “Él me puso donde estoy ahora. Lo dio todo y más por las motos, y todo de su bolsillo. Muy pocos hacen esto hoy en día”.
El Circuit de Barcelona-Catalunya despidió a través de sus redes sociales a “una de las grandes figuras” de la resistencia y “gran animador de la prueba” y ya trabaja para organizar un homenaje este próximo fin de semana, cuando se celebra una nueva edición de las 24 Hores. También está previsto un homenaje a Raül Torras, el mosso d’esquadra y piloto de resistencia fallecido hace unas semanas en el TT de la Isla de Man.
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