Alejandro Davidovich: “Si eres bueno contigo mismo, todo va mejor”
El andaluz, citado con Djokovic en la 3ª ronda de París, trabaja con un psicólogo desde los 11 años y moldea su tenis anárquico en busca de la gran campanada
Ya es de noche en París y Alejandro Davidovich Fokina (Cala del Moral, Málaga; 23 años) responde relajado tras el esfuerzo, en camiseta y de corto, con un calcetín de cada color. El andaluz –de padres rusos– acaba de resolver la segunda ronda y esta tarde chocará con Novak Djokovic (hacia las 16.00, Eurosport) en pleno proceso de construcción, mientras sigue despejando fantasmas y lidiando con ese fuerte temperamento que le ha jugado algunas malas pasadas. ...
Ya es de noche en París y Alejandro Davidovich Fokina (Cala del Moral, Málaga; 23 años) responde relajado tras el esfuerzo, en camiseta y de corto, con un calcetín de cada color. El andaluz –de padres rusos– acaba de resolver la segunda ronda y esta tarde chocará con Novak Djokovic (hacia las 16.00, Eurosport) en pleno proceso de construcción, mientras sigue despejando fantasmas y lidiando con ese fuerte temperamento que le ha jugado algunas malas pasadas. El chico que conquistó Wimbledon como júnior (2017) sigue buscándose y creciendo, y el proceso va dando sus frutos. Desde los 11 años trabaja con un psicólogo para sujetar el nervio y sigue consolidándose en la segunda línea, con un juego anárquico y la convicción de que algún día dará la campanada.
Pregunta. Es pura electricidad. ¿Qué le ha aportado el tenis?
Respuesta. Este deporte te aporta muchos valores desde muy pequeño. Obviamente, debes tener las cosas muy claras y valorar el esfuerzo que hacen tus padres, porque tienen que invertir y llevarte de aquí a allá, así que debes corresponder de alguna forma; dices, joder, se han sacrificado tanto para que yo esté aquí, que ahora solo puedes luchar y luchar. No queda otra. Solo quieres pelear para satisfacerte a ti mismo y a los tuyos. Aparte de todo, es un deporte en el que pagan bien y vives de ello, eso es así. No es ningún secreto.
P. Cinco años de recorrido en el circuito. ¿Imaginaba el profesionalismo así?
R. Cuando eres un júnior o tienes 16 años no sabes qué vas a encontrarte, así que cuando llegas aquí y estas los dos primeros años, todo te abruma un poco. De repente te encuentras con que tienes coches, vuelos y hoteles pagados, patrocinios… Y cuesta un poco adaptarse, porque pasas de no tener nada, entre comillas, a tenerlo todo. Creo que está chulo y cada vez están mejorando más las cosas, así que ahora hay que tratar de disfrutarlo e intentar llegar lo más lejos posible.
Ha llegado la hora de dar un salto adelante. No sé cuál es mi límite ni he visto techo, y eso es bueno
P. ¿En qué punto está? ¿Va aprendiendo a relativizar?
R. Tengo muchas cosas que mejorar todavía, aún estoy en crecimiento. He tenido dos o tres años de ir haciendo pruebas y experimentando, y creo que ha llegado el momento de dar un paso adelante; quiero hacerlo, quiero asentarme y seguir escalando posiciones. No sé cuál es mi límite y quiero explorarlo.
P. Siempre ha sido muy severo consigo mismo; de alguna forma, siempre ha sido una amenaza para sí mismo. ¿Se trata mejor?
R. Al final, detrás de todo hay mucho trabajo con el psicólogo [Antonio de Dios]. Con el tiempo vas dándote cuenta de que si te hablas mal y no te quieres, las cosas van a irte mal o el cuerpo va a decirte basta y te vas a lesionar; y al revés, si eres bueno contigo mismo estás más tranquilo, y todo va mejor; no hay garantías, pero ser positivo acaba siendo beneficioso. Seguro.
P. Dice que está aprendiendo a ser mejor persona...
R. Bueno… [interrumpe la frase]. Estamos en ello. Podía mejorar en unas cuantas cosas, pero el aprendizaje está ahí e intentaré no repetir algunos fallos.
P. ¿Ser mejor persona ayuda a ser mejor tenista?
R. Sí, sin duda. Es el lema que tiene mi entrenador [Jorge Aguirre]: si mejoras y te enriqueces en ese sentido, tu tenis lo agradece. Al final, en la vida hay que aprender mucho fuera para poder después reflejar todas esas cosas dentro de la pista.
P. El circuito de la ATP está en plena transición generacional. ¿Percibe la oportunidad para meter la cabeza en las alturas?
R. Estoy madurando y mi juego va cada vez a más. No he visto nunca mi techo y eso es bueno. No sé si algún día seré top-5, top-10 o top-15, pero yo voy a seguir haciendo mi camino [hoy día es 34º] sin ponerme ningún tipo de barrera. Cuando no estén los tres grandes [Federer, ya retirado, Nadal y Djokovic] las puertas se van a abrir, y seguro que habrá muchas más oportunidades para los demás, eso está claro.
P. Kasatkina decía hace unas semanas que se siente como un hámster en una rueda, que el tenis es “la historia de nunca acabar” y que el jugador cada vez trabaja más, por menos dinero. ¿Qué opina?
R. Que no le falta razón, porque es un deporte en el que no descansas. Si miras el calendario, empieza en diciembre, con la pretemporada, y termina a finales de noviembre, con la Copa Davis. ¿Cuándo tengo vacaciones? ¿Cuándo puedo entrenar bien? ¿Cuándo podemos tomarnos un respiro o un tiempo para nosotros mismos? Es así un año tras otro, tras otro, tras otro… Y la verdad es que te preguntas: cuando termine el tenis, ¿qué voy a hacer? Hay que estar preparado. Todavía no sé qué quiero, pero debes pensar en el futuro porque cuando dejes de jugar, algo tendrás que hacer, ¿no?
P. De momento, Djokovic, al que venció el año pasado en Montecarlo. Se conocen bien y suelen entrenar juntos en Marbella. ¿Eso es bueno o malo?
R. Estoy dispuesto a dejarlo todo para ganarle, debo ir a por él. Cuando le has ganado una vez, tienes la ventaja de que ya te lo crees, así que voy a intentar aprovechar ese factor. Creo que las dos primeras rondas me han dado una fuerza extra porque no eran fáciles, contra dos rivales franceses y con la grada en contra. Eso siempre suma. Novak es muy peligroso, una leyenda del tenis y siempre está ahí para intentar joderte, pero por mi parte no va a quedar.
P. Más allá del momento de Alcaraz, resulta extraño que al serbio no se le considere el gran candidato: dos grandes en París, 22 en total. ¿Le sorprende?
R. Aquí cada jugador puede ganarle a cualquiera, hay mucha igualdad. Cada ronda que pasa veo favorito a todo el mundo porque si están ahí, es por algo. Por ejemplo, Taro [Daniel] le ha quitado un set a Charly y le ha hecho daño…
P. Está al tanto. Antes no veía tenis.
R. No veía nada, pero nada de nada… Y eso ha cambiado, la verdad. Ahora bastante más. Me gusta y es necesario.
Novak es muy peligroso, una leyenda y siempre está ahí para intentar joderte. Tengo que ir a por él
P. ¿Cómo se imagina a largo plazo? ¿Hasta dónde puede llegar?
R. Sinceramente, no lo sé. Soy de ir a corto plazo, mirando a mañana como máximo; de hecho, tengo un tatuaje que dice: el mañana está muy lejos, hazlo hoy. Siempre pienso en el presente.
P. El torneo ha habilitado un servicio para que los jugadores se protejan de los insultos en las redes sociales. ¿Lo ha empleado?
R. En realidad, la agencia que me lleva es la que se encarga de eso. De vez en cuando miro algo, pero no estoy pendiente de eso. No lo he usado, a mí me da igual; que hable la gente, no me importa… Si no es por ahí, van a hacerlo por otro lado. Todo viene por las apuestas; si pierdes, te atacan. Es así de sencillo.
P. Lleva en la camiseta el logo de la plataforma de adopción de animales (www.adoptas.org) que creó hace dos años. ¿Qué tal va el proyecto?
R. Todavía no logro comprender lo que se hace con ellos, por qué se les abandona. Son seres que respiran y viven como nosotros, y te aportan una felicidad incomparable. No entiendo cómo la gente es capaz de abandonar a un animal, no tengo palabras. Lo que intento es darle visibilidad al problema que hay en España; es un proyecto a largo plazo y mi deseo es que el día de mañana, en vez de estar en la primera posición de abandonos nuestro país esté a la cola de Europa.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.