El Madrid cree en otra hazaña en la final de la Euroliga
El conjunto blanco busca ante el poderoso Olympiacos su undécima Copa de Europa en el curso del estreno de Chus Mateo como primer entrenador, tras un durísimo camino y con bajas en el juego interior
El tortuoso camino de la Euroliga desemboca este domingo en otro clásico europeo. Olympiacos y Real Madrid miden sus fuerzas en la gran final de Kaunas (19.00, Dazn) como los últimos supervivientes de una competición que este curso ha mostrado toda su dureza y exigencia: una liguilla a cuchillo de 34 partidos, unos cuartos muy afilados y estirados hasta el quinto duelo para ambos (contra Fenerbahçe y Partizán, respectivamente) ...
El tortuoso camino de la Euroliga desemboca este domingo en otro clásico europeo. Olympiacos y Real Madrid miden sus fuerzas en la gran final de Kaunas (19.00, Dazn) como los últimos supervivientes de una competición que este curso ha mostrado toda su dureza y exigencia: una liguilla a cuchillo de 34 partidos, unos cuartos muy afilados y estirados hasta el quinto duelo para ambos (contra Fenerbahçe y Partizán, respectivamente) y unas semifinales, ante Mónaco y Barça, de fuertes emociones.
El maratón es considerable. Para el Madrid será el encuentro número 78 desde que arrancó el curso en agosto: dos de Supercopa, 33 de ACB, dos de Copa y 40 de Euroliga hasta ahora. Mucha tralla para una plantilla forrada con veteranos como Rudy (38 años), Sergio Rodríguez (36) Llull (35), el trío de viejitos a los que Chus Mateo recurre cuando llegan los minutos de la verdad. Y que se presenta con las bajas del sancionado Yabusele y los lesionados Deck y Poirier. Enfrente, el líder de la fase regular de la Euroliga, un conjunto dirigido en el banquillo por Giorgios Bartzokas y que ha culminado la transición después de la retirada de Spanoulis con el liderazgo de Sloukas y Papanikolaou y la artillería infinita de Vezenkov.
Las dos escuadras pisan terreno conocido. Para el Madrid es la sexta ocasión en los últimos 10 años en que concursa en el partido decisivo por el título (venció en 2015 al Olympiacos y en 2018 al Fenerbahçe). El conjunto griego suma cinco finales en 11 cursos (derrotó al equipo madridista en 2013). Los blancos persiguen su undécima corona en la Copa de Europa. Los hombres de rojo, la cuarta.
“Es un honor estar en la final en mi primer año como primer entrenador y competir contra un equipo que es una máquina de baloncesto”, se reivindicó este sábado Chus Mateo, el técnico que ha sorteado todo tipo de obstáculos en un curso de examen continuo. Los madridistas se convirtieron en el primer equipo en la historia que voltea un 0-2 en una eliminatoria, un imposible coronado con la remontada de 18 puntos ante el Partizán del maestro Obradovic en el quinto careo. “Ha sido la temporada más dura que hemos visto en la historia reciente de la Euroliga. En la adversidad hemos sacado lo mejor de nosotros. Cuando todo estaba en contra, creímos hasta el final. Eso nos ha hecho más fuertes. La unión del equipo nos ha traído hasta aquí y ahora tenemos jugadores que saben jugar este tipo de partidos. Seguimos soñando un partido más”, añadió el preparador madrileño.
Mateo, novato en este escenario, regaló elogios a su colega Bartzokas, “un referente, un señor de los banquillos”, y a su antecesor, Pablo Laso, de quien heredó un legado lleno de éxitos y buen juego: “Pablo nos mostró el camino. Los últimos ocho años trabajé con él. Fue un orgullo estar a su lado. Él empezó a conseguir que nuestro equipo llegara a la Final Four después de mucho tiempo y la forma en que trabajaba nos ha hecho seguir trabajando igual”. Ahora paladea su momento, la opción de coronarse como campeón de Europa en su estreno como entrenador principal de los blancos. Ocho victorias seguidas entre Europa y la ACB y la eterna fiebre cuando en juego hay un trofeo alimentan las esperanzas de los madridistas ante un rival con mucho hueso, las piezas bien conjuntadas desde hace cursos y estrellas en cada esquina. El Madrid necesitará mucho más que colgarse de Tavares.
Por el camino se despeñó el Barça, que este domingo ante el Mónaco (16.00, Dazn) buscará un tercer puesto que nada consuela. Jasikevicius está en la puerta de salida y Mirotic anda señalado por todos los dedos. Despachado el eterno rival, al Madrid le queda romper otra maldición. El vencedor de los cuatro clásicos anteriores en una semifinal siempre cayó en la final. Una nueva cumbre en Kaunas.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.