Los Mossos pactaron con el Barcelona que los jugadores celebraran el título fuera del campo

La policía catalana insistió a medida que avanzaba el partido del riesgo de festejar el título en el terreno de juego. LaLiga emitirá un informe de lo acontecido a la Comisión Antiviolencia

Aficionados del Espanyol invadían el sábado el terreno de juego, tras el derbi ante el Barcelona.Lluís gené (AFP)

Los Mossos d’Esquadra pactaron con la seguridad del FC Barcelona que los jugadores no celebrarían el título en el campo, o que, como mínimo, las celebraciones serían discretas, si ganaban el partido y la Liga contra el RCD Espanyol. En un derbi en el que además el equipo blanquiazul certificaba su dificultad de salir de los puestos de descenso, la policía catalana avisó de que era un riesgo que los jugadores azulgrana festejasen en la hierba, según confirman fuentes de Los Mosso...

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Los Mossos d’Esquadra pactaron con la seguridad del FC Barcelona que los jugadores no celebrarían el título en el campo, o que, como mínimo, las celebraciones serían discretas, si ganaban el partido y la Liga contra el RCD Espanyol. En un derbi en el que además el equipo blanquiazul certificaba su dificultad de salir de los puestos de descenso, la policía catalana avisó de que era un riesgo que los jugadores azulgrana festejasen en la hierba, según confirman fuentes de Los Mossos y de ambos clubes. Unas indicaciones que se repitieron a medida que avanzaba el partido y que finalmente no se siguieron. El partido acabó con una invasión de campo de unos 10 minutos, cuando los futbolistas del Barcelona, en plena explosión de alegría, hicieron un rondo en el círculo central.

Los clubes, junto a los Mossos, prepararon en diversas reuniones la seguridad de un partido que se auguraba de alto voltaje, catalogado de alto riesgo por la Comisión Nacional Antiviolencia. “En ningún caso se pensaba en una invasión de campo”, aseguran fuentes policiales. Pero desde un primer momento, se insistió en que la celebración, en el caso de victoria del Barça, debía ser algo muy discreto en el campo y dejar para el vestuario el jolgorio. A los jugadores del Barcelona se lo habían advertido por activa y por pasiva, indican diversas fuentes policiales, que coinciden con la versión que explican desde el Barça y el Espanyol.

Ya solo empezar el partido, los servicios de seguridad, pendientes de todo lo que ocurría, detectaron algunos elementos de riesgo. Después del primer gol, Rafinha acudió al árbitro por el lanzamiento de una lata. Pero Pedri lo frenó. La policía interpretó la actitud del canario como un gesto para calmar los ánimos. Pero la goleada del Barcelona se dejó notar en las gradas. En el minuto 70, saltaron las alarmas: corría el rumor de un gran enfado entre los aficionados del Espanyol. En ese momento, buena parte de los seguidores blanquiazules habían abandonado ya las gradas. Mientras tanto, el ánimo se iba caldeando en el gol sur, donde está la grada de animación del Espanyol. En un inicio, el enfado estaba dirigido a la directiva y a los propios jugadores del Espanyol. Se reforzó la seguridad privada en la zona, y también se tuvieron en cuenta los banquillos y el túnel de vestuario. Los antidisturbios se desplegaron también en la parte trasera de las gradas. “¡directiva dimisión!”, “¡chino, vete ya! [en referencia al máximo accionista y presidente, Chen Yansheng]”, protestaban desde las gradas del RCDE Stadium.

“En ese momento, hay dos o tres personas que están gritando”, explican fuentes policiales, sobre quienes llevan la voz cantante de lo sucedido. Hasta que terminó el partido. Entonces, los violentos depositaron su ira en el Barça. Un posible contexto que los jugadores azulgrana ya conocían. “Les habíamos explicado que la celebración tenía que ser discreta”, señalan desde los despachos del Camp Nou. “Y lo era”, añaden las mismas fuentes. Ter Stegen, por ejemplo, que cuando terminó el duelo defendía la portería del Barcelona vecina a la grada sur, la zona en la que se encontraban los radicales del Espanyol, enfiló en dirección al túnel de vestuarios. La misma decisión que había tomado el staff técnico. Sin embargo, el resto del grupo del Barça se concentró en el círculo central para celebrar el título. Los trabajadores del Barcelona, minutos antes de que se produjera la invasión, comenzaron a insistirles a sus jugadores de que se marcharan al vestuario. El aviso, sin embargo, llegó tarde. Se produjo un primer intento en el lado derecho del gol sur, que la seguridad privada logró frenar. El segundo, por el izquierdo, ya no se pudo contener y acabó con más de un centenar de personas en el campo. Para entonces, los antidisturbios de los Mossos y la seguridad privada estaban apostados en el túnel de vestuario.

Hasta esa zona accedió uno de los aficionados radicales del Espanyol, que según fuentes policiales se cayó, asomándose desde arriba. Cuenta uno de los presentes que fue la seguridad privada del Barcelona la primera en contener al violento. Después, recibieron la colaboración de sus homólogos del Espanyol. Fue entonces cuando algunos jugadores del Barça, liderados por Busquets, Jordi Alba, Marcos Alonso y Ronald Araujo, increparon al aficionado, que ya estaba en el suelo. La trifulca, que según el informe de LaLiga, no tuvo ninguna agresión física, terminó con una discusión acalorada entre los futbolistas del Barcelona y el delegado del Espanyol.

El episodio duró unos 10 minutos. El tiempo de saltar al campo, escoltar a los jugadores al túnel de vestuarios y después una ida y venida a la línea policial de la zona. Allí no hubo intento de agresión a los agentes. “Llegaron, se pararon, se fueron, volvieron y se fueron de nuevo”, indican fuentes de los Mossos, que descartaron entrar directamente al gol sur en los momentos más tensos para evitar unas cargas duras contra los aficionados radicales. Finalmente, los radicales se fueron por su propio pie, sin que se detuviese a nadie.

Renuncia del candidato del PP que tiró una cámara en el RCDE Stadium

“Sin celebración de los jugadores del Barça no hubiera pasado esto”, lamentan fuentes policiales. No niegan, en cualquier caso, que la responsabilidad recae en los autores de la invasión de campo. “La culpa de lo que pasó es solo de los radicales. La responsabilidad, en cambio, es de mucha gente”, subrayan en el Barcelona. Los Mossos d’Esquadra ahora analizarán las imágenes del campo, y actuarán contra cada uno de los implicados. Dani Sirera, alcaldable del PP en Barcelona, ha confirmado esta mañana que el hincha del Espanyol que tiró al césped una cámara de televisión tras el derbi ocupa el número nueve de la candidatura del PP en el municipio de Sant Joan Despí (Barcelona). Durante los incidentes, Yago Darnell, candidato popular, tiró la cámara. “Cualquier acto de violencia es reprobable. Atacar una cámara es una locura. Lo condeno. No es militante del PP y me alegro. El número que ocupa en la lista no es para salir elegido, pero le pediremos que abandone la candidatura”, ha afirmado Sirera en la rueda de prensa con los alcaldables organizada por la agencia Efe. Unas horas más tarde, el candidato del PP renunciaba, informa Àngels Piñol.

La policía catalana también deberá decidir si actúa contra el Espanyol y su dispositivo de seguridad. Fuentes de los Mossos, sin embargo, insisten en que actuaron correctamente, y que tenían un despliegue a la altura del derbi que se disputaba. “Una invasión de campo así es imposible de contener”, insisten. LaLiga ha informado este lunes de que denunciará la violenta invasión de campo ocurrida en el RCDE Stadium, al finalizar el partido, “que disolvió la sardana por el título liguero de los azulgranas, obligados a retirarse rápidamente a los vestuarios”, según un mensaje publicado en redes sociales. En su perfil de Twitter, LaLiga avanzó que ya “ha analizado desde este domingo todas las imágenes” de los hechos ocurridos en Cornellà, por lo que “en colaboración con el RCD Espanyol, identificará a todos los responsables para impedirles volver a los estadios” y “denunciará los hechos ante los organismos competentes”. En este caso será la Comisión Antiviolencia la que proponga la sanción.

No es la única sanción que podría sufrir el Espanyol. La Generalitat podría multar a la entidad blanquiazul con hasta 600.000 euros si apreciara como falta muy grave la invasión de un centenar de sus aficionados del campo al RCDE Stadium para cortar la celebración de los jugadores del Barcelona.

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