Van Vleuten resiste en Lagos de Covadonga ante una espectacular Vollering y gana la Vuelta femenina por nueve segundos
La ciclista neerlandesa del SD Worx aventajó en 56 segundos a la de Movistar, pero fueron insuficientes para arrebatarle el maillot rojo a su compatriota
La subida a Lagos de Covadonga ha sido testigo este domingo de la lucha titánica de dos ciclistas neerlandesas por proclamarse campeonas de la primera Vuelta femenina. La veterana Annemiek Van Vleuten, que iniciaba la última etapa como líder y con una cómoda ventaja de 1m 11s, se ha llevado la carrera a pesar de perder en la batalla del día ...
La subida a Lagos de Covadonga ha sido testigo este domingo de la lucha titánica de dos ciclistas neerlandesas por proclamarse campeonas de la primera Vuelta femenina. La veterana Annemiek Van Vleuten, que iniciaba la última etapa como líder y con una cómoda ventaja de 1m 11s, se ha llevado la carrera a pesar de perder en la batalla del día contra su compatriota, Demi Vollering, que lo ha dado todo y más y se ha quedado a las puertas de la victoria. La ciclista del SD Worx fue la más rápida en completar los 93,7 km que separaban Pola de Siero de Lagos de Covadonga, pero acabó a solo nueve segundos de hacer historia.
Van Vleuten, de 40 años, luchó para mantener la ventaja lograda en la etapa del sábado entre Castro Urdiales y Laredo, en Cantabria, lo que terminó por darle la victoria en la general. La corredora del equipo Movistar no fue capaz de seguir el ritmo de Vollering, que se escapó a 5 kilómetros de la meta, y pudo sacarle casi un minuto de ventaja, insuficiente para arrebatarle el maillot rojo, finalmente segunda en el podio. Las dos ciclistas hicieron gala de su fuerza de voluntad durante la ascensión a la meta para llevarse la primera Vuelta.
La escapada de Vollering, acompañada por la italiana Gaia Realini casi hasta el final, obligaron a sacar las calculadoras. La neerlandesa volaba y sufría para quebrar el margen de su rival y compatriota, que hacía lo propio por resistir. La corredora del SD Worx ganaba un segundo por cada 100 metros que recorría en los últimos kilómetros de la subida y forzó a Van Vleuten a ponerse al límite para salvar la Vuelta en una lucha contra sí misma y contra el reloj. Realini, que se llevó el segundo puesto en la etapa, completó el podio en la clasificación general. Mavi García fue la mejor española, colándose entre las 10 mejores con un noveno puesto.
Ya en la meta, la ganadora de la Vuelta, que no venció en ninguna etapa, pero que cimentó la victoria en su constancia día a día, achacó el sufrimiento de la jornada al esfuerzo del sábado para arrebatar el maillot rojo a Vollering. También admitió que tuvo miedo de no poder ganar. “He llegado a pensar que perdía la carrera porque la verdad es que han tenido un punto más de fuerzas que yo en la subida, quizás por el esfuerzo de ayer. Me han llevado al límite, han sabido jugar bien sus cartas, pero yo no me he rendido”, dijo Van Vleuten con una mezcla de cansancio y felicidad.
El duelo entre las dos ciclistas neerlandesas era uno de los grandes atractivos de la carrera, que arrancó el pasado lunes en Torrevieja. Las dos ciclistas partían como grandes favoritas y parecía claro que su enfrentamiento sería entretenido. Van Vleuten ganó todo lo que se podía ganar en 2022: Mundial, Giro, Tour, Lieja y la predecesora de la vuelta. Vollering, de 26 años y declarada rival de la campeona, se ha convertido en la reina de las clásicas esta temporada. Ganó en la Strade Bianche, Amstel, Flecha y Lieja.
La primera Vuelta Femenina deja una imagen para la historia. La batalla de dos corredoras por imponerse a su rival, por rascar unos segundos al cronometro. La lucha que libraron Van Vleuten y Vollering hoy en un escenario mítico para el ciclismo español como son los Lagos de Covadonga, pero también a lo largo de toda la semana, evoca a la película Un domingo cualquiera. “Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a pasarla, medio segundo más lento o más rápido, y no llegas a cogerla”, es una de las frases que Al Pacino, interpretando a un entrenador de fútbol americano, le dedica a sus jugadores en el clásico discurso motivacional. Y de eso iba la última etapa, de motivación y de segundos, aunque esta vez fueron nueve segundos los que separaron a Vollering de la gloria.
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