Un Barcelona imbatible logra su cuarta Liga consecutiva

Este año tampoco saltó la sorpresa. Ocurrió lo que aparecía en todas las quinielas. El Barcelona femenino se ha proclamado campeón de la Liga femenina por octava vez y cuando quedaban aún cuatro jornadas por disputarse. Lo consigue después de golear al Sporting de Huelva en el Johan Cruyff por 3-0 el día en el que Alexia Putellas volvía a sentirse futbolista más de nueve meses después de romperse y ...

Este año tampoco saltó la sorpresa. Ocurrió lo que aparecía en todas las quinielas. El Barcelona femenino se ha proclamado campeón de la Liga femenina por octava vez y cuando quedaban aún cuatro jornadas por disputarse. Lo consigue después de golear al Sporting de Huelva en el Johan Cruyff por 3-0 el día en el que Alexia Putellas volvía a sentirse futbolista más de nueve meses después de romperse y ser operada de la rodilla izquierda. Jugó 20 minutos y dejó detalles para el delirio de la grada. Poco después, la dos veces ganadora del Balón de Oro, emocionada y manteada, levantaría el trofeo de campeonas de Liga bajo la lluvia.

Las azulgrana se alzan con el título doméstico por cuarto año consecutivo igualando así su propio récord de hace unos años (de 2012 a 2015). Aunque poco tiene que ver aquel Barça con el actual. El de hoy tiene una plantilla campeona de Europa en 2021 y clasificada para la final de la actual edición; son, además subcampeonas de Europa en 2022 y en 2019. Además de tener a la mejor jugadora del mundo por segundo año consecutivo, Alexia Putellas, a lo que se suma una fila de jugadoras reconocidas internacionalmente como Mapi León, Aitana Bonmatí, Lucy Bronze o Keira Walsh.

Sin embargo, no ha sido tan fácil como parece porque el equipo catalán no ha podido disponer en toda la temporada de Putellas, su jugadora más relevante e influyente dentro y fuera del campo. En julio del año pasado, un día antes del inicio de la Eurocopa, la catalana se rompía el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y decía adiós al campeonato europeo de selecciones y prácticamente al resto de la siguiente temporada. Un mazazo para Jonatan Giráldez, que tendría que preparar su segundo curso en el banquillo blaugrana con el objetivo de recuperar el trono europeo y la obligación de ganar la Liga sin la mejor jugadora del mundo, que venía de hacer 40 goles y 18 asistencias el curso anterior. “La lesión de Alexia fue un revés porque la plantilla en julio ya estaba cerrada y tuvimos que ir al mercado. Con toda la influencia que ella tenía, cambió el ecosistema del equipo y otras jugadoras tuvieron que asumir más protagonismo”, confirman desde el club.

A esta baja se sumaba la marcha de dos atacantes con mucho peso en la plantilla, Jennifer Hermoso y Lieke Martens. La española hizo 23 goles y 6 asistencias en su último año mientras que la holandesa se apuntó 23 dianas y 17 asistencias. Ambas sumaron el 21,6% de todos los goles de la plantilla. “Entre la lesión de Alexia y la marcha de Hermoso y Martens perdimos 80 goles de repente”, aseguran las mismas fuentes azulgranas.

Pero no todo serían malas noticias en Can Barça. La histórica temporada pasada donde se convirtieron en campeonas de Liga ganando todos los partidos (30 victorias en 30 jornadas) y sus dos récords de asistencia en el Camp Nou (91.648 contra el Wolsburgo y 91.553 ante el Madrid) llamaron la atención de dos grandes jugadoras como Lucy Bronze y Keira Walsh, ambas del Manchester City. Esta última llegó de urgencia por la baja de Alexia Putellas y se convirtió en el fichaje más caro de la historia del futbol femenin: 400.000 euros. También llegó Salma Paralluelo procedente del Villarreal. La extremo izquierda compartía su pasión futbolística con el amor por el atletismo, pero su llegada al Barcelona la hizo inclinarse exclusivamente por el fútbol.

Si el Barça actual era diferente al de hace una década, lo mismo ha ocurrido con la Liga femenina. Después de múltiples formatos y nombres, el 15 de junio de 2021 el Consejo Superior de Deportes (CSD) proclamó la primera división del fútbol femenino como profesional, siendo esta temporada 2022/2023 la primera de la Liga Profesional de Fútbol Femenino. Durante este año se trabajó en la comercialización de los derechos televisivos o en las ayudas a los clubes para mejorar sus infraestructuras, así como en la elaboración de unos estatutos donde se recoge la garantía de una retribución mínima anual de 16.000 euros para cada jugadora. Esta inyección económica y deportiva auguraba una mayor igualdad en la primera temporada profesional de la Liga, con un Real Madrid que llevaba apostando tres años por el fútbol femenino y que quería dar el salto definitivo luchando por el título liguero.

Y en un principio lo consiguió, pudo seguir el ritmo inicial de un Barça que seguía ganando pero que ya no aplastaba a sus rivales como tónica habitual puesto que las nuevas piezas se tenían que acoplar y el resto de los equipos estaban cogiendo impulso. Esto hizo que la rivalidad Barça-Madrid también se trasladase al fútbol femenino, acentuada por la polémica decisión de las 15 a renunciar de forma temporal a la selección española femenina. En la lista estaban las culés Mapi León, Aitana Bonmatí, Sandra Paños, Marta Torrejón, Mariona Caldentey, Patri Guijarro y Claudia Pina, pero no se encontraba ninguna jugadora del Real Madrid.

Este escenario produjo una gran tensión en el primer clásico de la temporada en noviembre, donde si el Madrid ganaba se ponía líder. “Para las jugadoras fue un partido muy especial por todo lo que rodeaba aquel encuentro, a la igualdad deportiva del momento se sumó todo lo que ocurrió las semanas anteriores con el tema de la selección”, relatan desde el club catalán. Sin embargo, el Barça demostró que no tenía rival en la competición nacional: ganó por 0-4 y se distanció a cinco puntos.

A partir de entonces, el equipo de Jonatan Giráldez cogió velocidad de crucero con Aitana Bonmatí como líder del equipo, que junto a Patri Guijarro y Keira Walsh serían los cimientos del centro del campo con un tridente ofensivo rápido y efectivo con Oshoala, Paralluelo y Hansen (las tres han marcado 38 de los 108 goles de la plantilla, un 35% del total) y una defensa liderada por Irene Paredes, Mapi León y Lucy Bronze que ha facilitado el trabajo a la guardameta Sandra Paños. Lo que ha significado que el Barça mantenga el récord de victorias consecutivas en Liga en 61 jornadas (su última derrota en esta competición fue en junio de 2021, 4-3 ante el Atlético de Madrid) y se convierta en el campeón de la primera Liga profesional femenina con tan solo cinco goles encajados y 108 a favor, con una diferencia de 13 puntos respecto al segundo clasificado, el Real Madrid. “Damos mucha importancia a lo que estamos haciendo. La inversión que están haciendo todos los equipos en los últimos años es evidente y cada vez hay partidos más atractivos en la Liga. Los hemos ganado todos, sí, pero nos han costado algunos”, aseguraba en la previa el entrenador Giráldez.

“Somos un Barça que va a por todas, que se levanta cada día con la intención de mejorar su versión individual, de todas las jugadoras. A nivel colectivo, igual. Estoy muy orgulloso de poder entrenar a todas ellas. Ahora tenemos una cita pendiente, queremos traer la Champions a casa”, añadía.

Pese a que se aventuraba como una temporada complicada de gestionar, por la grave lesión de Alexia Putellas, las entradas y salidas de la plantilla y el aumento de nivel de la competición, el Barça ha vuelto a demostrar que sigue siendo el máximo exponente del fútbol femenino español y que quiere volver a serlo en Europa por segunda vez en su historia. Alexia Putellas avisa: “Nos queda un último objetivo”. La final de la Champions League, en la mirilla.

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