El endiablado escaparate de João Félix
El luso, cedido por el Atlético al Chelsea, afronta la eliminatoria con el Real Madrid bajo la presión de revalorizarse
Desde que el Atlético de Madrid desembolsó al Benfica 126 millones de euros por su traspaso en el verano de 2018, João Félix convivió con la presión de justificar su precio. Cedido desde enero al Chelsea hasta final de temporada porque su convivencia con Diego Pablo Simeone era ya imposible, el atacante portugués coexiste ahora con el apremio de mostrarle a Todd Boehly,...
Desde que el Atlético de Madrid desembolsó al Benfica 126 millones de euros por su traspaso en el verano de 2018, João Félix convivió con la presión de justificar su precio. Cedido desde enero al Chelsea hasta final de temporada porque su convivencia con Diego Pablo Simeone era ya imposible, el atacante portugués coexiste ahora con el apremio de mostrarle a Todd Boehly, potentado banquero estadounidense y propietario del equipo inglés, que merece la pena abonar los 100 millones de euros que la entidad rojiblanca aceptaría por su traspaso.
Bajo esas condiciones, el partido de esta noche aglutina toda la carga que se cierne sobre el futuro de la inversión y la apuesta deportiva más arriesgada acometida por el Atlético a largo de su historia. El Bernabéu y la eliminatoria en su conjunto se han convertido en un escaparate endiablado para João Félix. Conquistar la Champions League es la única vía que tiene el Chelsea para participar en la próxima edición y parte de esa responsabilidad también recae sobre su figura.
El futuro de João Félix se decidirá en las próximas semanas, pero a oídos de la dirigencia rojiblanca ya ha llegado que este preferiría no regresar al término de su cesión. También aseguran saber que se encuentra feliz en su nuevo hábitat, aunque ni él haya explotado, ni el Chelsea sea ahora mismo un club agradable para tratar de revalorizarse y enderezar su carrera.
Los mensajes cruzados desde la distancia entre el futbolista y Simeone no han ayudado a abonar el terreno para un hipotético regreso. João Félix ha declarado sentirse con más libertad dentro de una propuesta más ofensiva. Coincidiendo con su salida, Simeone ha propagado que el Atlético juega ahora más en equipo. En el vestuario, por su parte, aseguran vivir más tranquilos sin las tensiones internas y el ruido externo que generaban las suplencias del luso.
Ante la insostenibilidad de la relación entre el jugador y el entrenador, el Atlético ya estuvo dispuesto a dar vía libre a un traspaso en el mercado invernal que no pudo concretarse. El máximo accionista del club y gran valedor de João Félix, Miguel Ángel Gil Marín, aceptó la cesión como un mal menor. Sin embargo, la intención del club era no prolongarla, algo a lo que ahora sí estaría dispuesto si el Chelsea no pudiera acometer su contratación el próximo verano porque el control económico se lo impidiera. El caso de Morata, que jugó dos años a préstamo en la Juventus de Turín, es puesto ahora como ejemplo en los despachos del Atlético. En esa posible extensión del préstamo por un año más también entra en juego la continuidad o no de Simeone, que finaliza contrato en junio de 2024.
Dos goles en 12 partidos
La incertidumbre ha llevado a João Félix a no poner en venta su casa ubicada en la lujosa urbanización de La Finca, a la que ha regresado en varias ocasiones desde su marcha a Londres. Su deseo y el de su representante, Jorge Mendes, es la de concretar el traspaso este verano. En el Atlético aseguran que Mendes ya ha puesto la maquinaria en marcha filtrando que el Chelsea estaría dispuesto a armar un proyecto en torno a la figura del jugador portugués y que está dispuesto a adquirirlo en propiedad. Según fuentes próximas a la entidad londinense, esta prepara una gran criba de jugadores que le permitiría afrontar la operación con el dinero recaudado.
Mientras, el futbolista vive su intento de relanzar su carrera en medio de la crisis deportiva del Chelsea y de unos números individuales que no son los esperados, dos goles en 12 partidos. Su impacto en el juego del equipo bajo la dirección de Graham Potter había tenido picos altos, pero no la continuidad deseada. João Félix ha interpretado la destitución de Potter y la llegada de Frank Lampard como muchos de sus compañeros de vestuario. La bonhomía con la que el técnico despedido ha gestionado un vestuario repleto de estrellas fichadas a golpe de talonario ha derivado en falta de respeto.
Ahora el encaje de João Félix con Lampard está por ver. No es descartable que esta noche en el Bernabéu el planteamiento del nuevo técnico sea el repliegue en campo propio y las oportunidades para sacar su talento a relucir sean escasas. En el camino recorrido para acoplarse al equipo había empezado a construir sociedades interesantes con Enzo Fernández y Kai Havertz. La formada con el delantero alemán había sido bendecida por Gianfranco Zola. “Parece que han encontrado un entendimiento y esto es importante. Si quieres marcar goles y crear más ocasiones, la conexión entre los jugadores de ataque tiene que ser buena”, analizó recientemente el exjugador italiano y uno de los iconos favoritos de la hinchada del Chelsea.
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