Leo Messi, en boca de todos
Al Barcelona, en plena crisis de reputación, le viene bien asociarse con el jugador y su posible regreso al Camp Nou
Leo Messi es aclamado en Argentina e invocado en el Camp Nou después de escuchar algunos pitos en París. Aunque tiene una oferta del PSG por renovar el contrato que expira en junio próximo, el 10 se deja querer en Buenos Aires, por fin campeón del mundo como Maradona y no un despechado que se refugiaba en Rosario, y ya no llora ni pone mala cara —como si hub...
Leo Messi es aclamado en Argentina e invocado en el Camp Nou después de escuchar algunos pitos en París. Aunque tiene una oferta del PSG por renovar el contrato que expira en junio próximo, el 10 se deja querer en Buenos Aires, por fin campeón del mundo como Maradona y no un despechado que se refugiaba en Rosario, y ya no llora ni pone mala cara —como si hubiera superado el duelo—, cuando escucha el nombre del Barça, el club que le liberó por no poder asumir su sueldo en 2021. A sus 35 años, el capitán de la Albiceleste todavía se siente competitivo y mantiene la expectativa de firmar con un equipo que le permita aspirar a los máximos galardones antes de acabar su carrera en Miami o en el Newell’s.
Messi está en boca de todos y no asiente ni desmiente las informaciones que se suceden sobre un futuro que podría tener mucho que ver con su pasado de jugador del Barça. El presidente azulgrana Joan Laporta ha explicado su intención de mejorar la relación con el jugador después de recordar que tiene las puertas abiertas del Camp Nou. No sería solo para organizar un homenaje sino para estudiar la opción de jugar en el equipo de Xavi. Las relaciones entre ambas partes se han reanudado después de una reunión del propio Laporta con Jorge Messi, el padre del futbolista, desvelada por Catalunya Ràdio. Habrá próximamente un segundo encuentro mientras aumenta también el interés de Xavi por Leo.
El técnico azulgrana ha solicitado a la directiva el fichaje urgente de un pasador que pueda sustituir o complementar a Pedri. Messi encaja perfectamente en el perfil que pretende Xavi. El argentino puede actuar como delantero o cuarto centrocampista y su vínculo con el entrenador es tan sólido como el que también tiene con el capitán Busquets, quien ha recibido una propuesta de renovación a la baja respecto a la propuesta que tiene del Inter de Miami, el club que también aspira a contratar al 10. El regreso de Messi también sería bien visto por el vestuario azulgrana y un compatriota que le conoce muy bien como Kun Agüero ha dicho: “Si Laporta da el paso, Messi volverá”.
El pasado domingo, durante la disputa de la Kings League en el Camp Nou a la que acudieron 92.522 espectadores, el nombre de Messi también fue coreado después de ser citado por el cantante argentino Tiago PZK. La afición siempre mostró mayoritariamente su estima por un jugador muy aclimatado familiarmente a Barcelona y Castelldefels. El argentino, de momento, ha dejado hacer a su padre y a Laporta. La conquista de la Copa del Mundo le ha liberado y no descarta acabar en escenarios imposibles antes del éxito de Qatar. Las pretensiones económicas del 10 también son negociables, aunque difícilmente asumibles para el Barcelona, que ahora mismo ni siquiera puede inscribir como profesional a Gavi.
Javier Tebas, el presidente de la Liga, ya ha anunciado que el club azulgrana necesita rebajar la masa salarial para la próxima temporada en unos 200 millones de euros, una cantidad que se adivina prácticamente imposible en el Camp Nou. El Barça, sin embargo, presentó una denuncia contra la patronal de los clubes en el juzgado mercantil número 7 de Barcelona por entender que recibía un trato desigual al impedir que ampliara precisamente la masa salarial en un 15% como sucede con quienes firmaron el contrato con el fondo CVC —no fue suscrito por el Barcelona, el Madrid, el Athletic y el Ibiza—. Las perspectivas de capitalización azulgrana se han complicado todavía más con el caso Negreira.
Aunque la directiva azulgrana se comprometió a anunciar antes del próximo viernes el proceso de financiación del Espai Barça, tasado en unos 1.500 millones, se sabe que muchos inversores piden más garantías desde que se anunciaron posibles medidas contra el club por parte de organismos como la UEFA, después de que se denunciara que pagó 7,3 millones durante 17 años al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). Asociar el nombre del Barcelona con el de Messi, independientemente del resultado final, ayuda mientras tanto a la entidad azulgrana a combatir la crisis de reputación que sufre por el caso Negreira.
Del burofax al adiós del ‘10′
Fuentes próximas al presidente barcelonista aseguran que no se trata “de un farol” sino que Laporta “va a hacer todo lo posible” por recuperar la relación con el jugador y estudiar la viabilidad de su regreso al Barça. Laporta estaba convencido de que podría asegurar la continuidad de Messi cuando regresó a la presidencia —”lo arreglo con un asado”, declaró en una entrevista a La Vanguardia— hasta que los ejecutivos y avalistas de más peso en el club le convencieron de que no firmara el contrato con la Liga y CVC.
El presidente atendió a sus consejeros y se alió con Florentino Pérez, presidente del Madrid, en su apuesta por la Superliga. El cambio de estrategia provocó también la renuncia a Messi. El jugador, que en 2020 envió un burofax a las oficinas del Camp Nou en el que anunciaba su deseo de abandonar el Barça que entonces presidía Josep María Bartomeu, se emocionó un año después en su adiós porque estaba convencido de su continuidad en el Camp Nou. La situación generó entonces una ruptura entre el padre del futbolista y Laporta.
Ya superado de alguna manera aquel desencuentro por la intervención de terceras personas, la vuelta de Messi ha dejado de ser un imposible, favorecida además por el momento emocional que vive el futbolista después de alcanzar la Copa del Mundo. El hilo es todavía tan débil que invita a las dos partes a no forzar la situación a la espera de los acontecimientos, una situación que al único que preocupa es al París Saint Germain, el club que ha ofrecido la renovación a Messi, pagó 222 millones por Neymar en 2017 y presume de tener a Mbappé después de su negativa a ir al Madrid.
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