Xavi: “Me entristece que juzguen antes de tiempo”

El técnico del Barcelona responde a los gritos de “¡A Segunda!” que escuchó su equipo en San Mamés

Ter Stegen detiene un balón directo a portería en el partido entre el Athletic y el Barcelona, en San Mamés este domingo.Javier Zorrilla (EFE)

En San Mamés ocurrió un hecho inédito, no porque nunca haya ocurrido en la Catedral, sino por el rival al que iba dirigido el recado. Mediada la primera parte, la grada comenzó a corear “¡A Segunda, oe!”, y el objetivo era el Barcelona. ¿Quién hubiera podido pensar en un cántico así al líder de l...

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En San Mamés ocurrió un hecho inédito, no porque nunca haya ocurrido en la Catedral, sino por el rival al que iba dirigido el recado. Mediada la primera parte, la grada comenzó a corear “¡A Segunda, oe!”, y el objetivo era el Barcelona. ¿Quién hubiera podido pensar en un cántico así al líder de la competición, sin peligro real de descenso? Pero sí, el caso Negreira levanta ampollas, y es posible que la cancioncilla se repita en los campos que visite el equipo azulgrana durante lo que resta de campeonato.

Ese es el ambiente, más caliente que nunca, que se encontró el Barça en San Mamés, que presentó una gran entrada –49.741 espectadores–, a sólo 4.000 del lleno completo. Fallaron algunos socios, porque tanto la grada visitante como el anillo VIP estuvieron a tope. Los asuntos turbios en el seno del Barcelona se percibieron como un agravio en la grada, que desde el primer minuto cuestionó las decisiones de Gil Manzano que favorecían al equipo azulgrana, tuviera el árbitro razones o no para las decisiones que tomaba, claro que cuando casi en el límite del tiempo, le avisaron desde el VAR por una posible mano de Muniain en el inicio de la jugada en la que Iñaki Williams retrató a toda la defensa del Barcelona, el escándalo en las gradas se tornó mayúsculo.

Los decibelios se dispararon en San Mamés; la bronca al árbitro se tornó épica y arreciaron de nuevo los gritos de “¡A Segunda!”, en medio de la furia de la grada, que, eso sí, se cuidó mucho de arrojar objetos al campo o propiciar alguna situación más grave. Después del éxtasis por el gol que no fue de Williams, llegó el jarro de agua fría que solo celebraron los seguidores barcelonistas, algunos de los cuales se saltaron la estricta prohibición de los campos vascos, en los que no se permite fumar. “Respeto al público de San Mamés, a mí siempre me han tratado muy bien”, decía Xavi Hernández, el técnico del Barça cuando le preguntaron por la reacción del público. “Me entristece y me sorprende que suceden estas cosas. Juzgar antes de tiempo no es bueno”, apuntaba el técnico.

Tuvo que contestar Xavi a varias preguntas que incidían tangencialmente con el caso Negreira, y aseguró que en el vestuario no hay preocupación por lo que se dice fuera: “No hemos hablado de esto. Nosotros nos dedicamos a jugar al fútbol. Los jugadores son profesionales y me enorgullece que todo esto no les afecte”, apuntaba Xavi, que se felicitaba porque la de San Mamés, “es una victoria de carácter”.

En el otro bando, Ernesto Valverde tiró de su habitual ironía para relativizar la acción controvertida. “¿Qué cómo lo hemos vivido? Mal, por el desenlace”. Y expresó su opinión sobre la utilización de la tecnología: “Es de esas cosas en las que estamos convirtiendo estas cosas del VAR en las que hay que revisar jugadas anteriores”, apuntaba. “Nadie en el campo ha visto esa situación. Esto es un espectáculo de masas que se aleja un poco de lo que ha sido el fútbol. Nos ha tocado a nosotros y otro día le tocará a otros. Se aleja un poco de lo que es el fútbol”. Y profundizó: “Se inventó el VAR para errores flagrantes, para un gol que no entra en la portería o penaltis clarísimos”. No estaba contento.

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