El Arsenal se inventa dos ‘falsos nueves’ y se escapa a cinco puntos del City

A caballo de emociones desatadas, inflamado por la hinchada, por la música —North London Forever— y por el aroma de un título que no levanta desde 2004, el Arsenal desgastó al compacto Everton este miércoles antes de hacerlo trizas en dos acciones fulgurantes, culminación de un fútbol divino, sencillo, rápido, imparable en los pies de jugadores entusiasmados y generosos. El 2-0 antes del descanso n...

A caballo de emociones desatadas, inflamado por la hinchada, por la música —North London Forever— y por el aroma de un título que no levanta desde 2004, el Arsenal desgastó al compacto Everton este miércoles antes de hacerlo trizas en dos acciones fulgurantes, culminación de un fútbol divino, sencillo, rápido, imparable en los pies de jugadores entusiasmados y generosos. El 2-0 antes del descanso no tuvo vuelta atrás. Hundió al club de Liverpool en la zona del descenso y consolidó al Arsenal como líder exultante de la Premier, con cinco puntos de ventaja sobre el perseguidor, el Manchester City, en la noche en que ambos igualaron los 25 partidos disputados.

“Estamos ante una oportunidad enorme de hacer brecha”, advirtió Mikel Arteta la víspera. El técnico del Arsenal sentó al joven Nketiah para poner en la posición de falso nueve a Trossard y Martinelli, dos extremos ligeros, aventureros y abnegados que se alternaron entre la banda izquierda y el centro del ataque como dos mosquitos entre los cuernos de un búfalo. Durante 40 minutos la resistencia del Everton pareció irreductible. No cabía un alfiler en el bloque de uniformes azules, cada vez más replegado y más apelmazado. Poco a poco, sin embargo, las combinaciones y la contrapresión acabaron erosionando a los zagueros y a los pivotes que acumuló el equipo visitante por delante del portero internacional, Jordan Pickford.

El Arsenal funcionó como una unidad de demolición. Comenzando por Saliba y Magalhaes, sus centrales, y acabando por sus interiores, clave de todos los desequilibrios provocados en el rival. Unas veces el pivote Jorginho, otras el falso lateral Zinchenko, las más de las ocasiones el ubicuo Odegaard, se alternaron para incursionar en el mediocampo y cambiar el horizonte de la jugada en una danza que tuvo efecto multiplicador para sus atacantes. Saka, Martinelli y Trossard, al principio bloqueados en el corral de Pickford, se fueron soltando poco a poco. Sobre el minuto 40 Martinelli se asoció a Zinchenko en los carriles centrales antes de que el ucranio habilitase a Saka. El inglés metió el primero, preámbulo del segundo, que él mismo sirvió con un robo para que Martinelli lo rematara.

Hacia nuevas alturas

Gana Gueye, atónito ante la presión de Saka, quedó retratado en la pérdida que desembocó en el 2-0. El mediocentro del Everton no vio venir al desaforado Saka, que a los 21 años se convirtió en uno de los seis jugadores de la historia de la Premier que a esa edad participaron en 50 goles con remates o asistencias. Cosas del Arsenal. Cosas de un equipo que ha subido varios escalones en seis meses hasta situarse en lo más alto del nivel competitivo de Europa. No se bajará de ahí fácilmente. Al contrario, parece embalado hacia nuevas alturas, a juzgar por la sincronización que establecieron Odegaard, Trossard y Martinelli en la segunda mitad, avalancha de paredes, dejadas y contradejadas camino del 3-0 y el 4-0 en las ruinas del Everton.

En el otro partido de la jornada, el Liverpool se impuso al Wolverhampton (2-0) en Anfield. La victoria empuja al equipo de Klopp a la sexta posición y a seis puntos del Tottenham, cuarto clasificado en zona Champions.

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