El difícil equilibrio de Rubi en Almería
El técnico se juega su futuro ante el Barça tras adaptarse a un club muy peculiar
La debacle ante el Girona (6-2) marca el punto más bajo en el rendimiento del Almería de Rubi. Tres derrotas consecutivas han situado al conjunto andaluz en los puestos de descenso, con 22 puntos, tras el triunfo del Cádiz. La continuidad de Rubi estará en juego si el Almería cae hoy ante el Barcelona (18.30, Movistar). Sobre todo si la derrota se produce de manera abultada.
El Almería es un club peculiar. Es propiedad de Turki Al-Sheikh, que lo c...
La debacle ante el Girona (6-2) marca el punto más bajo en el rendimiento del Almería de Rubi. Tres derrotas consecutivas han situado al conjunto andaluz en los puestos de descenso, con 22 puntos, tras el triunfo del Cádiz. La continuidad de Rubi estará en juego si el Almería cae hoy ante el Barcelona (18.30, Movistar). Sobre todo si la derrota se produce de manera abultada.
El Almería es un club peculiar. Es propiedad de Turki Al-Sheikh, que lo compró por 20 millones de euros en el verano de 2019. Después gastar 62 en fichajes en estos tres cursos según los datos aportados por la web especializada Transfermarkt y utilizar a cinco entrenadores en tres temporadas (Óscar Fernández, Pedro Emanuel, Guti, Mario Silva y José Gomes), el jeque encontró en Rubi a su entrenador ideal. Primero, porque el preparador de Vilassar de Mar logró el ansiado ascenso a Primera el pasado mes de mayo. Segundo, porque ha sido un entrenador que ha entendido a la perfección la fórmula empleada por el dirigente y sus ejecutivos en el Almería. Comprar jugadores jóvenes con proyección para luego venderlos y obtener plusvalías. Por eso, también, Rubi encajó con cierta naturalidad la venta en el mercado de verano de su mejor delantero, Sadiq, vendido por 20 millones a la Real Sociedad. Y por eso, también, aceptó el reto de hacer competir a un equipo con muchos jugadores sin una experiencia importante en la máxima categoría.
Al Almería llegaron futbolistas como El Bilal, Kaiky, Lázaro, Guedes o Babic, todos con un camino por hacerse en Primera. Ante el riesgo que suponía esa planificación (obra del hombre fuerte del jeque Mohamed El Assy y dos agentes de su confianza), Rubi solicitó futbolistas con más experiencia en Primera y llegaron jugadores como Melero, Leo Baptistâo y Embarba. También el meta Pacheco, traspasado al Espanyol en el mercado invernal. El Almería, con una trayectoria irregular, solo ha estado en posiciones de descenso en las jornadas siete y nueve.
Rubi logró sacar adelante a un equipo que había encadenado cuatro derrotas seguidas (Valladolid, Osasuna, Mallorca y Athletic Club). Sobre todo, gracias a las victorias logradas en su estadio contra Rayo Vallecano, Girona, Celta y Getafe. Ahora, sin embargo, el equipo se está desangrando por su debilidad en defensa y la pérdida de un carácter que le había hecho siempre competir, al menos en casa.
Rubi es el entrenador que más tiempo lleva en el cargo con el jeque al frente del Almería. Llegó el 28 de abril de 2021 y ha dirigido ya 76 choques. Las señales que llegan desde la propiedad avalan, en principio, la continuidad de un técnico trabajador que salió del barro para labrarse una carrera en equipos como el Huesca y el Espanyol. Un hombre que perteneció al cuerpo técnico del Barcelona de Tito Vilanova y que supo dar un paso al lado después del fallecimiento del entrenador catalán.
Una derrota contra el equipo de Xavi, no obstante, dejaría muy tocado a Rubi, incapaz de contener la debilidad en defensa de un equipo que es el segundo más goleado (40 tantos) después del Elche (48). La táctica del preparador en una semana algo tensa es la de acumular toda la presión en torno a su persona y liberar a los jugadores. También plantea una defensa de cinco para paliar sus problemas atrás.
“Recuerdo que cuando perdimos cuatro partidos seguidos dije que podía ocurrir, entonces un entrenador desanimado no va a ningún sitio. Me ha costado mucho llegar hasta aquí para perder el tiempo en desánimos. Hay que resetear y vamos a ir a muerte”, afirmó Rubi, consciente de la importancia del choque ante un Barcelona que solo ha perdido un partido, en el Santiago Bernabéu.
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