El desencanto de Rodrygo que desembocó en su recital contra el Elche
El brasileño, frustrado por no instalarse en el once del Real Madrid, dejó el miércoles su actuación más expansiva desde que llegó a España
El martes, la víspera del Real Madrid-Elche, una persona muy cercana a Rodrygo Goes hizo un comentario premonitorio: “Sé que mañana va a ser decisivo”. Al día siguiente el brasileño desplegó sobre la hierba del Bernabéu su actuación más expansiva desde que llegó a España: nunca había tocado tantas veces la pelota (73), nunca había dado tantos pases (59) y nunca había participado en tantas jugadas que dieran lugar a un tiro (13), según los registros que mantiene ...
El martes, la víspera del Real Madrid-Elche, una persona muy cercana a Rodrygo Goes hizo un comentario premonitorio: “Sé que mañana va a ser decisivo”. Al día siguiente el brasileño desplegó sobre la hierba del Bernabéu su actuación más expansiva desde que llegó a España: nunca había tocado tantas veces la pelota (73), nunca había dado tantos pases (59) y nunca había participado en tantas jugadas que dieran lugar a un tiro (13), según los registros que mantiene fbref.com. También fue el segundo partido en el que intentó más regates (9). Un rapto de rebeldía inconformista.
El brasileño lleva meses rumiando el desencanto de no asentarse como titular. El 5 de febrero jugó en Mallorca por Benzema, lesionado; el miércoles contra el Elche por Vinicius, sancionado, y esta noche en Pamplona contra Osasuna (21.00, Dazn) otra vez por el francés, cansado.
Rodrygo sufrió un pico de descontento hace dos semanas cuando empezó en el banquillo el partido de Liga contra el Valencia en el Bernabéu. Carlo Ancelotti había puesto cuidado en explicarle antes que había escogido a Asensio porque pensaba que al mallorquín le iría bien un guiño. El brasileño entró a la hora de partido por Benzema. Al explicar el cambio después, Ancelotti puso especial atención en hablar de Rodrygo, pese a que no le habían preguntado por él: “A veces pasa que a Rodrygo no lo pongo porque así tengo una opción más para cambiar el partido. Ha cambiado muchos partidos. Nos ha permitido desde el banquillo ganar una Champions. No empieza, no porque no lo merezca, sino porque pienso que tengo una opción más en el banquillo para cambiar el partido”.
Rodrygo ha podido escuchar a su entrenador elogiarle en público en muchas ocasiones. Por esa capacidad para transformar partidos, como las increíbles remontadas del curso pasado en la Champions que comenzaron con sus goles, contra el Chelsea y contra el City. También por su versatilidad, la última vez el miércoles: “Está acostumbrado a jugar por la izquierda, pero para mí es un jugador completo. Puede jugar en cualquier posición delante: por la derecha, detrás de un delantero, de delantero”.
Sin embargo, el brasileño considera que su nivel de esta temporada debería ser suficiente para no tener que esperar a ejercer de comodín, aunque ese papel le ha procurado ser el quinto futbolista de campo del Madrid con más minutos, según Opta. Quiere más, como dejó entrever hace unos días en una entrevista en Goal.com: “Ya no veo tantas cosas diferentes que poder hacer”, dijo sobre su empeño por la titularidad estable.
Pese a eso, todavía ve que su fútbol debería bastarle. El partido contra el Elche no fue el primero en el que exprimió su ambición como mensaje. En el primer tramo de la temporada, Benzema se lesionó a la media hora en Glasgow, en un encuentro de la fase de grupos de la Champions contra el Celtic y Ancelotti decidió introducir a Hazard para sustituirlo, mientras Rodrygo permanecía en el banquillo hasta los últimos diez minutos. El italiano siempre sigue los caminos de la jerarquía en los inicios de curso, y deja que juzgue el campo. Al entorno del brasileño le extrañó la elección: le veían un punto por encima del belga.
Cinco días después, el Madrid recibió al Mallorca, con Hazard de nueve por Benzema, y Rodrygo de extremo por la derecha. A la decepción de verse relegado a un segundo o tercer plano en Glasgow, el brasileño reaccionó con una función deslumbrante. Cuando Ancelotti retiró al belga y lo colocó a él como delantero asistió a Vinicius para el 2-1 después de un largo eslalom y anotó el 3-1 tras regatear a tres rivales y plantarse solo ante el portero. Aquella tarde de desquite fijó en 11 su récord de regates intentados, y en nueve el de sus participaciones en jugadas que habían terminado en tiro. Hasta que lo pulverizó el miércoles contra el Elche, en su penúltimo empujón por instalarse en el once. Aquella noche le faltó el gol, su carencia de este curso en el que según Statsbomb, y sin contar los penaltis, ha dispuesto de ocasiones que valían 6,69 goles esperados (xG). Pero solo ha acertado con tres.
Este sábado vuelve al once, como anunció este viernes Ancelotti. De nuevo por la ausencia de Benzema.
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