Frenazo del Arsenal, hundimiento del Chelsea

El líder de la Premier empata ante el Brentford (1-1) y su vecino londinense se precipita en la clasificación (9º) después de un partido estéril (1-1) en campo del West-Ham

Ivan Toney, delantero del Brentford, anota el 1-1 de cabeza en campo del Arsenal.Daniel Hambury (EFE)

Al cabo de siete toques en el área rival, en una jugada iniciada por un lanzamiento de falta, Ivan Toney metió el gol del empate en el Emirates. El 1-1 del Brentford se consolidó en el marcador y dejó malparado al Arsenal. Después de perder en Woodison Park hace una semana, el líder de la Premier se queda con 51 puntos. El Manchester City, que es segundo con 45, dispondrá en los próximos días de dos partidos para dar el zarpazo. Este domingo (17:30 en DAZN) ante el Aston Villa y el miércoles (20:30) ante el propio Arsenal.

El Brentford es un hueso. Pocos equipos de la Premier han dispue...

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Al cabo de siete toques en el área rival, en una jugada iniciada por un lanzamiento de falta, Ivan Toney metió el gol del empate en el Emirates. El 1-1 del Brentford se consolidó en el marcador y dejó malparado al Arsenal. Después de perder en Woodison Park hace una semana, el líder de la Premier se queda con 51 puntos. El Manchester City, que es segundo con 45, dispondrá en los próximos días de dos partidos para dar el zarpazo. Este domingo (17:30 en DAZN) ante el Aston Villa y el miércoles (20:30) ante el propio Arsenal.

El Brentford es un hueso. Pocos equipos de la Premier han dispuesto de menos recursos para prosperar en la última década. Pero Thomas Frank, por alguna razón, ha conseguido convertir a sus jugadores en una unidad vibrante que no le teme a nada, y mucho menos al balón. Contra todas las evidencias en su contra, ofreció resistencia hasta minar la fe del Arsenal. Cada minuto que transcurrió pesó un poco más sobre los hombres de Arteta, muy poco lúcidos para hilar el último pase. El 1-0 de Trossard, previa acción de Odegaard y Saka, fue apenas un chispazo.

Si el Arsenal se dejó un jirón en el norte de Londres, en el extremo oriental de la ciudad el Chelsea profundizó en su miseria. Dicen en Stamford Bridge que cuando Todd Boehly compró el Chelsea, en el verano pasado, procedió con la ingenuidad que caracteriza a los aficionados al béisbol. Este accionista de los Dodgers, estadounidense de 49 años, no tenía ni idea de fútbol. Asumió su ignorancia con lo que entendió como un procedimiento de responsabilidad. Convencido de que este extraño juego es cuestión de números y modelos, se enclaustró en una sala repleta de pantallas y visionó partidos durante dos meses seguidos en busca de algún patrón. Por poco no tienen que llevarle los alimentos, porque no salía de allí. Cuando finalmente emergió, la camarilla de interlocutores que le jalean verificó que el jefe había incorporado dos ideas-fuerza: los futbolistas más valiosos eran aquellos capaces de driblar y/o de marcar goles desde fuera del área. Con estas certezas se lanzó al mercado más desaforado de la historia. Seis meses y 600 millones de euros invertidos más tarde, el Chelsea se hunde.

Este sábado, el Chelsea empató en el London Stadium frente al West Ham (1-1) tras un partido que el modesto equipo local controló a su antojo. Inmediatamente después la clasificación situó al equipo del oeste de Londres a nueve puntos de los puestos de Champions. La distancia del objetivo número uno de la temporada es relevante. Alcanzar la Champions es la prioridad declarada de Boehly y la única justificación de su inversión. Para conseguirlo debe ser, por lo menos, superior a las plantillas inferiores. No fue así contra el West Ham.

Gol de Joao Felix, asistencia de Enzo Fernández

El West Ham ha fichado muy bien, pero tiene un entrenador, David Moyes, que concede numerosas ventajas. Moyes es la clase de técnico cuyo manual de acción se fundamenta en principios decimonónicos. Su fútbol se parece mucho al balompié que desarrollaron los padres fundadores en la Freemason’s Tavern. La propuesta parece fácil de mejorar, pero su homónimo no estuvo a la altura. Graham Potter, otro entrenador británico, elección exclusiva de Boehly en su empeño por recuperar “la identidad” cultural del equipo, no supo llevar el partido al escenario en el que sus jugadores pudiesen aprovechar su talento, notablemente superior. Los esfuerzos de Enzo Fernández y Joao Félix, los mejores jugadores de la tarde, asistente y goleador, no contrarrestaron los desatinos de la dirección técnica. Las individualidades recién llegadas, como el orgulloso ucraniano Mijailo Mudryk, no dieron en el clavo. Al cabo de varias decenas de centros a ninguna parte, el West Ham se llevó el punto.

El Newcastle aseguró un valioso avance en su visita a Bournemouth (1-1). La jornada consolida al equipo norteño en la cuarta posición con 41 puntos, a costas del Tottenham, que abrió el marcador pero cayó goleado en Leicester (4-1) y que permanece en el quinto lugar con 39 puntos y un partido más.


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