Egan Bernal: “No sé qué le habría pasado a mi familia si yo me hubiera muerto”
Entrevista con el ciclista colombiano, que, en el aniversario de un accidente que a punto estuvo de dejarlo tetrapléjico, se descubre mucho más tranquilo, con menos deseo de demostrar que es el mejor
Hace un año y unos días, Egan Bernal, que el 13 de enero cumplió 27 estuvo a milímetros de que su médula espinal se quebrara, de quedar parapléjico, tras chocar con su bici a 70 por horas contra un autobús. Después de un proceso que muchos han querido ver como milagroso, el ganador del Tour de 2019 ha vuelto al pelotón, a competir, a pensar como ciclista. El que fue el niño maravilla de Zipaquirá está tan concentrado en su ser, en su vida,...
Hace un año y unos días, Egan Bernal, que el 13 de enero cumplió 27 estuvo a milímetros de que su médula espinal se quebrara, de quedar parapléjico, tras chocar con su bici a 70 por horas contra un autobús. Después de un proceso que muchos han querido ver como milagroso, el ganador del Tour de 2019 ha vuelto al pelotón, a competir, a pensar como ciclista. El que fue el niño maravilla de Zipaquirá está tan concentrado en su ser, en su vida, que no quiere hablar de otra cosa, ni de sus polémicas políticas con el presidente Gustavo Petro ni de Nairo Quintana, ni del ciclismo colombiano. Se ve como si el proceso vital le haya hecho descubrirse una nueva persona. Está en camino de conocerse, búsqueda interior, ajena al mundo. El macho alfa es ahora un monje zen, y su cuerpo, que encuentra cambiado, más delgado que nunca, con nariz nueva, y cuánto cambia su rostro. En la Vuelta a San Juan ha iniciado su año I de ciclista profesional de nuevo, y el Tour ya le llama desde el futuro. “Más que un ciclista que quiere demostrar que es el mejor, soy una persona que intenta hacerlo lo mejor posible y si no soy el mejor, no pasa nada”, dice el nuevo Egan.
Pregunta. Hace un año tuvo un tremendo accidente del que se recuperó casi milagrosamente. Usted habló de nacer de nuevo. ¿Empezará a contar cumpleaños ahora desde el 24 de enero de 2022?
Respuesta. Jeje, un poco sí. De hecho, las personas que estuvieron conmigo me felicitaron como si hubiera sido mi cumpleaños. Mucha gente me decía feliz cumpleaños, feliz cumpleaños y, nada, para mí, obviamente, el 24 es una fecha especial realmente.
P. Su recuperación pareció un milagro. ¿Cómo la vivió usted?
R. Fueron días muy complicados... A ver, complicados... Era como un sabor agridulce… Complicado, en el sentido de que me decía, pucha, tal vez no voy a volver a montar bicicleta o tal vez no voy a volver a ser ciclista, tal vez no voy a volver a caminar normal, no voy a tener una vida normal… Pero, al mismo tiempo, igual en ese momento lo último en que uno piensa es en la bicicleta. Uno piensa, estoy vivo, estoy con mi familia, tengo mi mamá, tengo la gente que me está apoyando, y estoy vivo. No sé qué le habría pasado a mi familia si yo me hubiera muerto. Soy como el centro del núcleo de mi familia, mi papá, mi hermanito, mi mamá, todos están alrededor mío, y, imagínese, si uno se hubiera muerto o hubiera quedado en silla de ruedas o algo así.
P. Cada día un pequeño avance, más esperanza…
R. Los días siguientes, ya cuando uno dice, ok, estoy bien, estoy vivo, puedo mover las piernas, ya uno empieza a pensar un poquito en, bueno, voy a hacer un poco de rehabilitación, pero ni siquiera pensando en ‘quiero ser ciclista, quiero ganar el Tour, quiero eso...’
P. ¿En el hospital, se motivaba pensando en otros ciclistas, como Remco, que habían vuelto a ser grandes después de una grave caída?
R. No, no, la verdad es que no, no tuve ningún referente. En ese momento, creo que estaba muy, muy encerrado en mí, en mi familia, en mi círculo cercano. Nunca tuve como, uy, esta persona hizo esto, esto o lo otro. Yo estaba en eso, en estar muy, muy cercano a mi familia y ya está. Estaba pensando solamente en mí, en poder tener una vida normal, que era lo más importante.
P. ¿Ni temió que le pasara como a Froome, también con la cadera destrozada, que no volvió a ser el mismo?
R. No, no, no. Es lo que digo. Pensaba solamente en mí.
P. ¿Tuvo bajones? ¿Tentación de no seguir luchando para volver al ciclismo?
R. Tal vez sí. Pensé en no seguir, pero no fue como un día triste, un día de bajón, sino porque tal vez uno se da cuenta de que la caída fue muy, muy dura y el parte de los doctores era, ‘no vas a volver a montar en bicicleta, es muy complicado que vuelvas a montar en bicicleta, quizás en un año empezarás a montar en bicicleta…’ Entonces, pues, imagínese, en ese punto uno dice, uy, tal vez mejor me bajo porque me voy a estar un año sin montar en bicicleta y luego empezar otra vez de cero y sufrir ahí en el pelotón…
No podría estar en el pelotón sin más después de ganar un Tour de Francia
P. ¿Y eso no le motivaba nada?
R. No sé, yo no podría estar en el pelotón sin más después de ganar un Tour de Francia, después de ganar un Giro de Italia, y tal vez sufrir por simplemente seguir al pelotón. Vamos, yo creo que en ese punto me retiraría, no estaría montando en bicicleta. Entonces en ese momento uno dice, pucha, tal vez me retiro, pero pues la verdad que el avance fue muy bueno. Yo creo que los médicos en Colombia hicieron un trabajo impresionante.
P. ¿Regresa pensando en grande, con hambre, pensando que puede con todo, como siempre?
R. Yo creo que eso tal vez va un poco incluso en el ADN. Yo no podría seguir montando en bicicleta solamente por acabar carreras o simplemente por montar en bici. Sería un poco aburrido para mí, sinceramente. Y a ese punto preferiría retirarme y ponerme a hacer otras cosas. No sé, me gusta competir. Me gusta sentir que voy a una carrera y que no soy uno más. Me levanto todos los días con ambición de ser el mejor. Si no lo soy, pues no lo soy. Pero al menos tengo esa ambición y es lo que me motiva a levantarme todos los días, a entrenar fuerte, a hacer sacrificios, a hacer un kilómetro más, diez vatios más, un poquito más y exprimirme.
P. ¿Será esta la temporada más importante de su carrera?
R. No sé si la más importante, pero obviamente es una temporada un poco clave para saber realmente cómo está el cuerpo. No creo que sea una temporada decisiva, que si este año no me va del todo bien se pueda definir lo que será el Egan Bernal del futuro, pero es un buen punto de partida. Veré si ya estoy para pelear con los grandes en una carrera grande o simplemente estoy en buena condición, lo que, como aún falta camino, sería lo lógico. Lo más normal es que este año no gane. Lo más normal es que este año tenga un resultado normal y ya está, pero la ambición es la de ir a ganar.
Qué pereza, uno tener una rivalidad con un corredor, ¿por qué?, ¿porque simplemente es mejor?, es mejor y ya
P. Mientras usted se recuperaba se ha asentado Pogacar, ha nacido Vingegaard, ha crecido Remco… y usted estaba fuera de combate. ¿Siente la necesidad de afirmarse, de decir aquí está Egan?
R. Bueno, no sé, yo lo veo un poco diferente. O sea, en 2019 gané el Tour; en 2021, gané el Giro y en 2022 pasó lo que pasó, pero no lo veo como una necesidad de demostrar a alguien o de demostrar nada. Ya gané la carrera más grande del mundo una vez, y ya está. Ahorita, Remco es un corredor impresionante, Pogacar también, Vingegaard… Ahorita hay una cantidad de corredores que son muy muy muy fuertes y simplemente uno solo puede hacerlo lo mejor posible.
P. ¿Le cambió la caída en ese sentido?
R. Ya de antes yo era un poco tranquilo con eso, pero ahora aún más. Ya era como de no me gusta tener tanta rivalidad con los corredores porque me parece un poco tonto. O sea, qué pereza, uno tener una rivalidad con un corredor, ¿por qué?, ¿porque simplemente es mejor?, es mejor y ya.
P. A todo el mundo le gusta que haya rivalidad…
R. No, a usted le gusta. Tal vez a mí no me gusta tanto tener esa rivalidad, no me gusta. Y pues imagínate, después de la caída, uno dice, el ciclismo es el ciclismo. Es chévere, uno va a intentar ganar, como digo, va en el ADN de quiero ser el mejor, pero si el otro gana, pues ya está. Yo llego a la casa, tengo unos perros, tengo una granja y los perritos me van a saludar con el mismo amor si gano, si hago segundo o si me retiro. Esa es la vida. Es lo más importante. Para mí en este momento lo más importante es ser feliz. Después de la caída, después de tener un accidente, después de casi morir y, de verdad, estar en esa situación, créame que lo último que me pasa por la cabeza es, ‘quiero ir a la carrera a demostrar que soy qué’, cuando todos somos seres humanos y en cualquier momento bajando por las escaleras uno se puede caer y ahí les quedó su demostrada de soy el mejor.
Tengo unos perros, tengo una granja y los perritos me van a saludar con el mismo amor si gano, si hago segundo o si me retiro
P. Pero la competencia es lo que hace afición.
R. Sí, sí, y es chévere porque finalmente es lo que mueve a la gente, no, saber quién es el mejor. Pero también detrás de esa rivalidad que a veces se puede crear, yo veo más que la rivalidad a la persona. Más que un ciclista con rivalidad, que quiere demostrar que es el mejor, soy una persona que intenta hacerlo lo mejor posible y si no es el mejor, no pasa nada.
P. Y sus papás han tenido también problemas. Luchar con eso parece más duro que pelear con Pogacar…
R. No mucha gente lo sabe, pero mi papá al inicio del año casi pierde la vista, casi pierde un ojo. Después, mi mamá, con cáncer, mi caída… Pasaron muchas cosas y a eso iba. Después de eso, uno está pensando para qué quiero demostrarle a alguien que soy el mejor yo. Yo veo el lado humano de las personas y por más Superman que uno sea, uno es un ser humano. Y yo lo veo así. Aquí no hay nadie que sea invencible. Aquí no hay nadie que sea superior a otra persona. Podrá ser mejor ciclista, pero no es Superman, no es un dios. Un día puede estar acá, al otro día puede estar abajo. Y eso es lo bonito de la vida. En el 2019 todo el mundo decía, uy, Egan Bernal, siete años y siete Tour de Francia va a ganar y yo no sé qué más. Después dijeron de Pogacar y llegó Vingegaard. Ahora dicen de Vingegaard y va a llegar otro. Van a decir Remco y va a llegar otro. Y es normal, ¿no?
P. Tiempos acelerados, ¿no? Jóvenes de 23, 24 años, los mejores del mundo…
R. Es simplemente diferente. Pero yo creo que igual el ciclismo antes también era bonito, ¿no? Igual con el Froome, con Contador, con Nibali, o Nairo... simplemente diferente. Cambia la edad, pero...
P. Los jóvenes parecen más impetuosos, hay menos cálculo, ¿no?
R. Pero eso es también un poco porque el ciclismo ha cambiado. El ciclismo ahora ha cambiado en general, pero no creo que sea solamente por los jóvenes, sino porque se va evolucionando. Las bicicletas son más rápidas, se va mucho más rápido en el pelotón, se va más rápido en el llano y eso hace que la carrera sea un poco más explosiva. Así que sí, tiene razón en eso.
P. El verano pasado se puso un dorsal por primera vez tras el accidente en Cundinamarca, Colombia. ¿Qué sintió?
R. Estaba superemocionado. Me sentía como un juvenil cuando va a hacer una competencia importante. Preparando el número, pensando qué iba a llevar en las caramañolas [bidones]. Me alegraba ver a cada persona, ver los carros. Para mí era como, ‘soy ciclista, soy parte de esto, esto es chévere’, y recuperé un poco lo que tal vez uno sin querer pierde, y es la emoción y la emoción de ser ciclista. A todos los que estamos aquí, yo creo, esperaría, nos gusta montar en bicicleta y estamos en lo más alto del nivel mundial. Y eso a uno se le hace normal. Uno está metido acá, se encierra en su burbuja y no se da cuenta de cómo la gente lo ve desde afuera.
P. ¿Sintió miedo en el pelotón?
R. No, no, no, en el pelotón iba común y corriente, tal vez, no sé, los primeros cinco kilómetros, un poco extraño, pucha, estoy otra vez en medio del pelotón. pero nada, cinco kilómetros y luego ya se pasa. Igual creo que en el pelotón me manejo bien. Nunca me ha dado miedo estar dentro.
P. Se le ve tan delgado como cuando ganó el Tour, y aún es enero...
R. Este año sin buscarlo tanto estoy muy delgado. O sea, muy, muy, muy delgado. Y la verdad que no sé. No lo busqué, simplemente estoy comiendo de hecho más y todo, pero el cuerpo después de todo el año pasado sin hacer tanto ejercicio y llegar y en dos o tres meses meter muchos kilómetros, Tal vez el metabolismo habrá cambiado con respecto al año anterior. El equipo sigue todo ese proceso, pero me siento bien. Sé que estoy un poco delgado, pero siento fuerzas, y lo más importante es tener fuerzas.
P. ¿Por qué se hizo la cirugía estética de la nariz? ¿El rostro del nuevo Egan?
R. Fue un poco chistoso. El doctor me estaba aconsejando ya desde hacía tiempo y yo no le había puesto atención, o sea, siempre había tenido la nariz así. Me daba igual. Y fue Óscar Sevilla el que me dijo, oiga, escúchelo, y entonces solo hablamos de hacer cirugía solamente funcional, interna, para respirar mejor. Y yo dije bueno, si es solamente funcional, vamos, y el doctor me dijo en cierto punto, yo estaba con mi novia, me dijo, ¿pero le gustaría ver cómo queda si se lo hace estético? Y yo, bueno, sí, miremos en el computador. Entonces me mostró el computador, y yo, uy, marica, sería una chimba, Yo no quería tanto porque sentía que iba a cambiar mucho la cara. No sabía si me iba a gustar finalmente, pero Mafe [su novia] dijo, dale ya de una vez, y ya está.
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