En el Dakar, las motos ya no tienen favoritos: “Esto es como prepararse para los Juegos Olímpicos”

Las fábricas han aumentado sus esfuerzos en fiabilidad y reforzado el régimen de entrenamientos, mientras que los pilotos aseguran que la manera de correr rallies ha cambiado mucho

Kevin Benavides, en su KTM, durante la novena etapa del Rally Dakar, el pasado martes.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

El Dakar, como todo en la vida, se transforma. En la categoría de motos, la carrera está más disputada que nunca, y el ritmo de la sabia nueva marea a los más veteranos del vivac. “Ya veo más cerca el día en que me den una patada y me echen”, explica Toby Price (Hillston, Australia, 35 años), tercer clasificado en la general y ganador de las ediciones de 2016 y 2019. “Es una lucha constante. Hay 12 o 13 tipos que pueden ganar esta carrera, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Dakar, como todo en la vida, se transforma. En la categoría de motos, la carrera está más disputada que nunca, y el ritmo de la sabia nueva marea a los más veteranos del vivac. “Ya veo más cerca el día en que me den una patada y me echen”, explica Toby Price (Hillston, Australia, 35 años), tercer clasificado en la general y ganador de las ediciones de 2016 y 2019. “Es una lucha constante. Hay 12 o 13 tipos que pueden ganar esta carrera, y no es una mala noticia, porque nos gusta competir. Medirse a tantos pilotos es apasionante”. En la edición de 2023, tan solo Luciano Benavides (Husqvarna) y Ross Branch (Hero), ganador de la décima etapa, han logrado repetir victoria: diez especiales y ocho ganadores distintos.

“No hay nadie por encima del resto. Hay muchos pilotos sólidos, todos los que están ahí delante ahora. Quizás sobre todo Skyler [Howes] o Kevin [Benavides], pero todos han ido bien. Quizás el más irregular ha sido [Daniel] Sanders, pero sigue ahí”, valora Joan Barreda (Torreblanca, 39 años), ganador de la cuarta etapa y abandono para Honda después de sufrir tres caídas, una fractura del dedo gordo del pie y otra de la vértebra L2 en la zona lumbar en la presente edición. “El nivel de la carrera es súper exigente en términos de navegación, pero es que el nivel de los pilotos ha subido muchísimo. Todos navegan bien y todos tiran muy fuerte. Yo recuerdo cuando saltaba las dunas y me llamaban loco. Ahora lo hacen los 15 primeros de la clasificación. ¿Están todos locos? No, es que esto es otra manera de hacer rally”.

A las puertas del desierto de Rub’ al Kahli y la etapa maratón, Kevin Benavides (KTM) se sitúa líder de la general (35h46m06s) con minuto y medio de margen sobre Skyler Howes (Husqvarna) y dos sobre Price (KTM). Cuando quedan cuatro etapas para finalizar, los nueve primeros clasificados están en un pañuelo de 24 minutos de diferencia, un escenario que abre un sinfín de posibilidades.

La profesionalización de la disciplina está detrás de tanta igualdad. “Esto es como prepararse para los Juegos Olímpicos, todo está enfocado a un solo evento”, comenta Lorenzo Santolino (Salamanca, 35 años), undécimo en la clasificación general. “Yo estoy 100% enfocado en el Dakar, es el objetivo del año. Haces otras carreras, pero todo se hace pensando en esta”. Las estructuras de los equipos se vuelcan ahora en el plan de entrenamiento y carreras, también la de proyectos más pequeños como el de Sherco, fabricante hispano-francés con sede en Nimes y fábrica en Caldes de Montbui.

Los pilotos tienen ahora psicólogo, nutricionista, preparador físico y hasta médico propio desplazado a la carrera. “A nivel motivacional no es fácil empezar en febrero o marzo, pero debes ir buscando objetivos y alicientes. Entrenar un mes antes es fácil, pero es entonces cuando debes tenerlo ya todo hecho”, constata el salmantino. “Si uno entrena mucho, el otro entrena más. Todos siguen la misma dirección durante la preparación”, opina Joan Pedrero (Canet de Mar, 44 años), uno de los miembros más respetados de la caravana y en su momento mochilero de toda una leyenda como Marc Coma en KTM. “Esto ha cambiado mucho. Las nuevas generaciones suben fuerte y los equipos hacen entrenar un montón a todo el mundo. Se están poniendo las pilas”.

El reglamento también ha ayudado a igualar las fuerzas. “No veo a nadie por encima. Creo que todos competimos en igualdad de condiciones. En términos de velocidad punta, tenemos una restricción de 160km/h y la mayoría de fábricas pueden llegar a eso”, valora Price, que asegura que la navegación y las bonificaciones por liderar en los primeros kilómetros de etapa pueden resultar clave en la semana final. Para Barreda, ya como espectador, la victoria “estará más apretada que nunca”. Pedrero, que las ha visto de todos los colores, observa la batalla desde la parte media de la clasificación -es 21º a 3h21m42s-. “No me gustaría estar en la piel de mis compañeros. Las diferencias son muy pequeñas y todos van muy rápido. Esta semana no ganará el que corra más, sino el que tenga más coraje, y eso es muy arriesgado en una zona con dunas cortadas”, dice sobre el desierto que rodea a la caravana, uno de los más grandes del planeta.

Santolino, mientras tanto, ambiciona con entrar en el Top 5. “En un error de navegación puedes perder 15 minutos, y estoy a 20 del objetivo”, se motiva. En las dunas del cuadrante vacío -como se conoce a este desierto inescrutable en Arabía Saudí-, con montañas de arena de hasta 250 metros de altura, se decidirá una de las carreras de motos más emocionantes que se recuerda. En una edición donde han abandonado campeones como Sam Sunderland (2022) y Ricky Brabec (2020), Price, uno de los mejor posicionados, apunta a la constancia y deja una frase para reflexionar: “Para ser el primero, primero debes cruzar la línea de meta cada día”.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Más información

Archivado En