La batalla judicial entre la Superliga y la UEFA entra en su recta final

El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea emite este jueves su opinión en un informe no vinculante, pero que puede marcar las líneas generales de la sentencia

Un aficionado del Manchester City porta una pancarta en la que pide cancelar la Superliga.JUSTIN TALLIS (AFP)

La batalla judicial por el caso Superliga entra en su recta final. Este jueves el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), el griego Athanasios Rantos, emitirá un informe, no vinculante, sobre si la UEFA y la FIFA incurren en abuso de su posición de dominio como organizadoras de las competiciones internacionales de clubes. La sentencia, contra la que no cabe recurso, se espera como pronto para el mes de marzo y no será aplicada en exclusiva al fútbol, sino al deporte europeo en ge...

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La batalla judicial por el caso Superliga entra en su recta final. Este jueves el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), el griego Athanasios Rantos, emitirá un informe, no vinculante, sobre si la UEFA y la FIFA incurren en abuso de su posición de dominio como organizadoras de las competiciones internacionales de clubes. La sentencia, contra la que no cabe recurso, se espera como pronto para el mes de marzo y no será aplicada en exclusiva al fútbol, sino al deporte europeo en general. En los pleitos menos complejos que este, la opinión del abogado general suele marcar las líneas maestras de la sentencia, pero en este caso la interpretación de la normativa europea no es tan sencilla.

Lo que se dirime es si el rupturista proyecto que aún sostienen en primera línea Real Madrid, Barcelona y Juventus —los otros nueve clubes fundadores renunciaron públicamente pero no han firmado su salida—, quebranta las directrices del desarrollo del deporte en la Unión Europea, como defienden UEFA y FIFA, o si ambas organizaciones futbolísticas incurren en abuso de posición de dominio como organizadores de las competiciones internacionales, tal y como denunció la Superliga ante la justicia española, que posteriormente elevó ante el TJUE una cuestión prejudicial de seis preguntas. El titular del juzgado de lo mercantil número 13 de Madrid, Manuel Ruiz de Lara, consultó al TJUE si se requiere “una autorización previa de la UEFA y de la FIFA, que se han atribuido la competencia exclusiva para organizar o autorizar competiciones internacionales de clubes en Europa, para que una tercera entidad establezca una nueva competición de clubes paneuropea como la Superliga, en particular, cuando no existe un procedimiento reglado sobre la base de criterios objetivos, transparentes y no discriminatorios, y teniendo en cuenta el posible conflicto de intereses que afecta a FIFA y UEFA”. El poder sancionador de ambas instituciones contra los fundadores de la Superliga también es cuestionado por el magistrado español.

Los representantes de la Superliga insisten en recalcar que no se juzga el modelo de competición cerrada y elitista del proyecto presentado en mayo de 2021 que fracasó por la resistencia popular liderada por los aficionados del Reino Unido. Lo que se ha sometido al TJUE es si la UEFA, una institución con sede en Suiza compuesta por 55 federaciones, la mayoría de ellas fuera del territorio comunitario y con derecho a voto, puede impedir que varios clubes se asocien para crear una liga y deban contar con una autorización previa de la UEFA. Visto el rechazo que generó, los impulsores del plan embrionario de la Superliga rectificaron y ahora abogan por una competición abierta y basada en la meritocracia deportiva para acceder a ella de la que aún no se conoce el formato. La razón que esgrimen para la ausencia de un croquis que defina las bases del torneo que pretenden organizar es que se está sometiendo a consulta con los clubes.

Los servicios jurídicos de la UEFA, por su parte, defienden que también se juzga el proyecto original porque las cuestiones prejudiciales del escrito de la Superliga enviado al TJUE hacen referencia a la competición que durante tres días puso en jaque el status quo del modelo actual. También añaden que nunca hubo una petición de autorización para el nuevo campeonato por parte de sus promotores. Si estos últimos rectificaron su intención de crear una liga cerrada ante lo reflejado en los informes previos de la Comisión de Cultura y Deporte del Parlamento Europeo, la UEFA también reaccionó y estableció un marco regulador en junio para poder erigirse como el gran guardián de las competiciones internacionales de clubes. La UEFA confía en que primero el abogado general y después los 15 jueces que dictarán sentencia apuesten por la continuidad del modelo actual basado en el mérito deportivo y piramidal de redistribución de los beneficios.

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