Comienza la Euroliga: todos contra la dinastía del Efes

El Efes quiere ser la Jugoplastika. La Euroliga comienza este jueves con el campeón en busca de una dinastía. El conjunto turco, vencedor de las dos ediciones anteriores, persigue una tercera corona consecutiva que le emparentaría con el mítico equipo de Split que de la mano de Toni Kukoc enlazó los títulos de 1989, 1990 y 1991, los dos últimos contra el Barcelona. Solo en otra ocasión, en el nacer de la Copa de Europa, con los bingos del Riga en 1958, 59 y 60, se vivió un dominio como al que ahora aspira la escuadra que dirige el volcánico Ergin Ataman.

La pelota está en poder del Efes...

El Efes quiere ser la Jugoplastika. La Euroliga comienza este jueves con el campeón en busca de una dinastía. El conjunto turco, vencedor de las dos ediciones anteriores, persigue una tercera corona consecutiva que le emparentaría con el mítico equipo de Split que de la mano de Toni Kukoc enlazó los títulos de 1989, 1990 y 1991, los dos últimos contra el Barcelona. Solo en otra ocasión, en el nacer de la Copa de Europa, con los bingos del Riga en 1958, 59 y 60, se vivió un dominio como al que ahora aspira la escuadra que dirige el volcánico Ergin Ataman.

La pelota está en poder del Efes, reforzado hasta las cejas para su histórica misión. No solo ha conservado a la joya de la corona, el base serbio Vasilije Micic, el director de juego más dominante de Europa, y a Shane Larkin, rebajado durante el Eurobasket por una lesión en una mano, sino que ha revestido al dúo con tres fichajes de muchas toneladas, Will Clyburn, Achile Polonara y Ante Zizic, para completar un quinteto de oro. El Efes derrotó al Barça (86-81) en Colonia y al Madrid (58-57) en Belgrado en las dos últimas finales, un doblete que en este siglo también firmaron Maccabi (2004-05) y Olympicos (2012-13). En las manos de la tropa de Ataman está alcanzar en el olimpo a aquella imparable Jugoplastika de las pesadillas azulgrana.

A los 28 años, Micic es el rey de la Euroliga, nombrado el mejor jugador de la Final Four en los dos últimos años, hito que antes que él solo lograron Kukoc, Bodiroga (ahora presidente de la competición en lugar de Jordi Bertomeu) y Spanoulis. La puerta de la NBA sigue extrañamente cerrada para el serbio. Sus derechos son propiedad de Oklahoma, que ni le ha ofrecido un contrato que le seduzca lo suficiente (dinero y minutos de juego) ni ha encontrado un comprador a la altura de sus pretensiones (una elección de primera ronda del draft a cambio). Así que Micic, con contrato hasta 2024, sigue llevando la voz cantante en Europa.

A la estela del campeón, Real Madrid y Barça comparten el lujo de otras dos plantillas muy relucientes. La ausencia de los equipos rusos, CSKA Moscú, Zenit San Petersburgo y Unics Kazán, refuerza los sueños de otros aspirantes al trono. Los tres conjuntos fueron eliminados de la fase regular después de la invasión de Ucrania y la clasificación del curso pasado se rehízo sin contar sus resultados. El veto continúa para esta campaña y el listado de los 18 se ha completado con invitaciones como a Valencia Basket y Partizán de Belgrado. En río revuelto, son varios los equipos que han pescado buenas piezas en la pista y en los banquillos.

Siempre sediento de gloria, el Madrid perdió por un punto la última final, territorio que ha pisado con frecuencia bajo el manto de Pablo Laso: campeón en 2015 y 2018, subcampeón en 2013, 2014 y 2022. Para la reconquista no solo se ha rearmado como nadie en el perímetro, con Sergio Rodríguez, Musa y Hezonja, sino que persigue un golpe de efecto con el regreso de Facundo Campazzo, el base argentino que no encuentra acomodo en la NBA a dos semanas de que despierte la liga estadounidense. Si completa la vuelta, redondeará una plantilla que no envidia a ninguna en el continente.

Esa tierra fértil para el Madrid es un campo árido para el Barcelona, que no muerde la copa desde 2010, vestido con Ricky Rubio y Navarro. La semifinal cedida hace un curso después de desperdiciar 13 puntos de ventaja ante el Madrid fue un golpe tan duro anímicamente que acabó arrasado en el final liguero y con los bolsillos vacíos. El curso actual ha despegado también entre dudas. La lesión de Mirotic, mejor jugador de la fase regular en la última Euroliga, en el tendón de Aquiles tiene un incierto pronóstico. La derrota contra el Gran Canaria en el estreno en la ACB y la necesidad de remontar ante el Baskonia en la segunda jornada evidencian aún la falta de engranaje de unas piezas muy caras. Jasikevicius busca esa fiebre defensiva que el equipo lució en la segunda parte ante el conjunto vasco.

Del látigo de Saras salió escaldado Calathes, el base griego que ha recalado en el Fenerbahçe. “Él lo controla todo, y yo no tengo 20 años, sé cómo jugar”, soltó el cerebro, ya a las órdenes de Dimitrios Itoudis, el técnico exiliado de Rusia después de ocho campañas en el CSKA. El liberado Calathes buscará la conexión con otro veterano, el ala-pívot Nemanja Bjelica, que a los 34 años vuelve a Europa con galones y con el anillo de la NBA conquistado con Golden State. Al cuarteto de gigantes se une casi de igual a igual el Armani Milán de Ettore Messina, un clásico al frente de una plantilla con mucha profundidad y recursos: Shavon Shields, Kevin Pangos y el exazulgrana Brandon Davies son los mejores cromos tras otra fuerte inyección económica en el fortín del Mediolanum Forum.

Y pista también para los campeones del Eurobasket. Lorenzo Brown estrena la camiseta del Maccabi como jugador español, en el Valencia Basket debutan en la máxima competición Xabi López-Arostegui y Jaime Pradilla, y Sergio Scariolo regresa a la élite con el Virtus Bolonia de Teodosic y Shengelia tras ganar la Eurocup. Muchos alicientes para una Euroliga que aumenta un 17,5% los premios económicos (1,8 millones para el campeón) y en la que todos buscan destronar al Efes.

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