Vilda rechaza dimitir tras el motín en La Roja: “Se han traspasado los códigos del fútbol. Lo que pasa en el vestuario, se resuelve en el vestuario”
Las jugadoras desmienten que pidieran la destitución del seleccionador, pero estas y el técnico admiten las discrepancias
En el centro y acompañado de todo su cuerpo técnico, Jorge Vilda descendió por la rampa de acceso a la sala de prensa de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Los reporteros gráficos le enfocaban ansiosos y el entrenador de la selección española absoluta de fútbol femenino transmitía andares de entrenador convencido y muy seguro de sí mismo. El hombre vive la peor tesitura a la que se puede enfrentar un técnico. Un grupo mayoritario de jugadoras ha cuestionado sus métodos y esto ha trascendido. Las bolsitas bajo los párpados, el rictus serio, las medias sonrisas y las manos entrelazadas describía...
En el centro y acompañado de todo su cuerpo técnico, Jorge Vilda descendió por la rampa de acceso a la sala de prensa de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Los reporteros gráficos le enfocaban ansiosos y el entrenador de la selección española absoluta de fútbol femenino transmitía andares de entrenador convencido y muy seguro de sí mismo. El hombre vive la peor tesitura a la que se puede enfrentar un técnico. Un grupo mayoritario de jugadoras ha cuestionado sus métodos y esto ha trascendido. Las bolsitas bajo los párpados, el rictus serio, las medias sonrisas y las manos entrelazadas describían a un seleccionador angustiado y decepcionado al sentirse traicionado por sus futbolistas. Vilda confirmó que está dispuesto a seguir y así lo expresó. Las tres capitanas, Irene Paredes, Patri Guijarro y Jennifer Hermoso, erigidas en portavoces del motín en la sala de prensa y ante todas sus compañeras, admitieron las divergencias con el seleccionador, pero negaron que hubieran pedido su dimisión.
“No está siendo nada fácil para nadie”, se lanzó Paredes, primera capitana, “las jugadoras en ningún momento hemos pedido la destitución de Jorge [Vilda]. Las capitanas, en representación del grupo, hemos transmitido el sentir. Ha habido muchas filtraciones, muchas de ellas falsas. Por eso salimos para dar la cara. Nos consta que se va a intentar cambiar la situación. El fin es mejorar”, aseveró Irene Paredes con tono serio y la mirada huidiza. Su afirmación fue cuando menos sorprendente porque la federación no desmintió nunca las informaciones y porque dos días antes los mensajes que se emitieron desde Las Rozas ante la revuelta fue que las jugadoras no iban a elegir al seleccionador.
Antes de someterse a las preguntas de la prensa, Vilda mostró el malestar que le embarga y le apesadumbra. “Pienso que se han traspasado los códigos del fútbol, lo del vestuario se queda y se resuelve en el vestuario. Mi puerta siempre está abierta para hablar y mejorar y creo que así se puede hacer”, lamentó, antes de recalcar que tiene el respaldo del presidente federativo. “Me siento fuerte”, añadió.
Dicho esto, Vilda hizo una defensa de su trabajo y de todo su cuerpo técnico. “Tengo más fuerzas que nunca para seguir creando una selección competitiva, para seguir construyendo, tenemos una estructura amplísima y una selección que está a la vanguardia”, incidió. Su discurso denotaba su malestar porque haya salido a la luz pública que las jugadoras cuestionen la vigencia de su metodología y de sus planteamientos tácticos tras caer eliminadas en cuartos de final de la pasada Eurocopa ante Inglaterra (2-1). “Nadie en el mundo juega como esta selección”, defendió. Vilda no explicó cómo piensa reconducir la compleja situación, aunque se ve capaz de ello. “No hay un clima de normalidad, esto afecta, pero no tanto como se está vendiendo. Ninguna jugadora me ha dicho ‘No quiero estar aquí’. Me tengo que guiar por lo que veo en el campo, veo a jugadoras dándolo todo”. Sin embargo, con la clasificación para el Mundial ya en el bolsillo, Vilda si mandó un mensaje admonitorio: “Estamos muy atentos con las jugadoras que quieren estar aquí, que se ponen la camiseta y defienden este escudo. Estamos muy pendientes de eso. No entro, las funciones de las capitanas están bien claras, vamos a buscar cien por cien jugadoras implicadas”.
Admitidos los desencuentros y su desazón por las filtraciones de estos, Vilda también reconoció que durante la Eurocopa algo se rompió entre él y el grupo. “El ambiente siempre ha sido bueno, llama la atención lo bueno que fue en los primeros días de concentración, en junio, cuando éramos 28. Cuando llegaron los partidos de competición pudo cambiar algo. En el pasado ha sido el paraíso futbolístico. Y creo que en presente y en el futuro lo volverá a ser. Con las jugadoras siempre ha habido un diálogo abierto, hasta la Eurocopa”, explicó el seleccionador. Por entonces, las futbolistas amotinadas sintieron que el fútbol que son capaces de desplegar está por encima de las cualidades de su entrenador. Este también tuvo que escuchar en la sala de prensa que en los corrillos que se hacen en los partidos él no suele estar presente y que son las capitanas las que hablan. Incluso fue cuestionado por si es compatible ser el director técnico del fútbol femenino y también el seleccionador. “Esto también sucede en otros sitios”, aclaró Vilda.
Tras su intervención hablaron las tres capitanas, que también pusieron el punto de inflexión de su malestar en la Eurocopa y la sensación de que la materia prima con la que cuenta Vilda da para más. “Es un malestar general. Tenemos un grupo que perfectamente podemos lograr cosas grandes. Por eso se decide trasladar un mensaje del grupo, porque creemos que podemos ganar algo grande”, explicó Irene Paredes, que aseguró representar a todo el grupo cuando presentaron las quejas al seleccionador “Es verdad que salgo como cabecilla, pero alguien tiene que hablar y soy la primera capitana. Yo fui la primera en transmitirlo al técnico, pero no la única. A nadie le gusta estar así. Lo que transmitimos es que hay ciertos aspectos internos que se deben cambiar”, aseguró Paredes, que mandó un último mensaje: El grupo quiere mejorar como equipo, pero somos conscientes de que jugamos al fútbol, nada más. No decidimos nada. Nos han transmitido que se va a cambiar la situación”. En ese punto, las sublevadas han logrado parte de sus reclamaciones, pero también han comprobado que su seleccionador cuenta con todo el respaldo federativo.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.