Sergio Scariolo: “Pensar que esta España es la de antes nos llevaría al fracaso”
El seleccionador nacional de baloncesto analiza el relevo generacional y el estilo actual del juego antes del inicio el jueves del Eurobasket
En el momento “más complicado” para la selección masculina de baloncesto en los últimos veranos, la figura del preparador Sergio Scariolo (Brescia, 61 años) sirve de hilo conductor entre la generación de oro y esta España renovada. La retirada de Pau Gasol, las renuncias de Marc y Sergio Rodríguez y las lesiones de Ricky, Alocén y Llull han multiplicado el reto para un equipo que ganó tres de las cinco últimas ediciones del Eurobasket. Este jueves comienza un torneo con un cartel de lujo con Jokic (Serbia), Antetokounmpo (Grecia) y Doncic (Eslovenia, actuales campeones). Para La Familia, el má...
En el momento “más complicado” para la selección masculina de baloncesto en los últimos veranos, la figura del preparador Sergio Scariolo (Brescia, 61 años) sirve de hilo conductor entre la generación de oro y esta España renovada. La retirada de Pau Gasol, las renuncias de Marc y Sergio Rodríguez y las lesiones de Ricky, Alocén y Llull han multiplicado el reto para un equipo que ganó tres de las cinco últimas ediciones del Eurobasket. Este jueves comienza un torneo con un cartel de lujo con Jokic (Serbia), Antetokounmpo (Grecia) y Doncic (Eslovenia, actuales campeones). Para La Familia, el más difícil todavía.
Pregunta. ¿Qué se puede esperar de esta España?
Respuesta. Una actitud competitiva, una fidelidad a nuestra identidad y los valores del juego, un nivel de intensidad alto y una capacidad de jugar en equipo, que es lo que siempre nos ha caracterizado, aunque ahora con una cantidad de talento diferente.
P. Es la primera vez en 16 años que no está el apellido Gasol en una gran cita. ¿Cómo cambia la vida sin ellos?
R. No lo personalizaría demasiado. Por talento, dimensión y talla, son realidades imposibles de comparar. Más que buscar las diferencias, es mejor olvidarnos de lo que ya no está y centrarnos en lo que hay. No es de ninguna utilidad hacer comparaciones.
P. ¿Cómo ha encajado Lorenzo Brown?
R. Muy bien. A nivel humano, inmejorable por ambos lados, por su disponibilidad, su humildad para entrar en el grupo, y por la manera en la que el resto de los compañeros lo ha aceptado. Y a nivel técnico, Lorenzo es un jugador de equipo, que genera juego para los demás y tiene una excelente calidad defensiva y una correcta capacidad anotadora. Su entrada en el equipo ha sido mucho más al servicio de los demás que de sí mismo, que es lo que le pedíamos en un conjunto que no va sobrado de opciones de generación de juego. Nos interesa que él explote al máximo su capacidad de poder generar ventaja y oportunidades de tiro más fáciles para los demás.
P. ¿Entiende que hubiera jugadores a los que les doliera su nacionalización exprés?
R. La convocatoria con la selección española es un privilegio, no un derecho. Esta camiseta es una de las más admiradas y envidiadas del deporte, no solo español. En ningún momento una participación en las ventanas ha sido adquirir un derecho de repetir. Nunca ha sido el espíritu ni nunca ha sido la promesa a nadie. Si alguien lo ha interpretado así, se ha equivocado por completo. No me consta, al margen de casos muy aislados y totalmente no relevantes por mínimos. Todos los jugadores se dan cuenta de que ponerse esta camiseta era hace cinco o seis años un sueño fuera del alcance para la mayoría de ellos. La respuesta única puede ser: “Estoy encantado de estar en la selección, estoy dispuesto a comerme el mundo en cada segundo y lo que pase mañana dependerá de mi prestación y de circunstancias que no controlo”.
P. Dice usted que la mayor traición es la deslealtad a un compañero. ¿Lo ha visto alguna vez en la selección?
R. Nunca, nunca. Por eso digo que ese es el listón. Eso es lo que nos distingue de otras selecciones que a veces han dejado que el ego individual se llevara por delante al equipo. Eso es lo que yo tengo que vigilar.
P. Sin Llull, se ha repescado a Alberto Díaz. ¿Tiene la selección problemas en el puesto de base?
R. La incorporación de Lorenzo Brown es la búsqueda de una solución parcial a un problema incluso gordo, evidente. Necesitamos jugadores que tengan la capacidad de jugar en este puesto y también la condición física para poder competir a nivel internacional, que no tiene nada que ver con hacerlo de manera correcta en competiciones de nivel menor. Ese es el problema. Nosotros tenemos jugadores técnicamente capacitados, pero luego cuando el listón físico sube, lamentablemente tenemos muchísimos menos. Eso es fundamental. Lorenzo es un base puro. Juan Núñez es jovencísimo [18 años] y está llamado a tener un rol muy importante en la selección, aunque los plazos dependerán de él y de las oportunidades de jugar en su equipo [el Ratiopharm, alemán, lo ha fichado del Real Madrid], y hay combos, como Jaime Fernández.
P. ¿En el baloncesto de hoy el físico importa más que el talento?
R. Todo depende del nivel en el que quieras competir. Para estar arriba en Euroliga, sin físico y talento no puedes ni pisar la cancha. En las selecciones, igual. Está claro que no puedes ser un jugador físicamente débil ni ser un jugador sin un mínimo de talento ofensivo para que no te conviertas en una debilidad para tu equipo. Es cierto que el baloncesto ha alcanzado un nivel de exigencia física que no permite ni apuntarse a la carrera a los que no cumplen con esos criterios mínimos.
P. ¿El estilo de la NBA se va trasladando a Europa?
R. Hay una ósmosis que va en ambas direcciones. La idea de jugar en campo abierto, a una velocidad superior y con un número más alto de posiciones en transiciones viene más de la NBA hacia Europa. Pero hay ideas del ataque estático que van en la dirección contraria. Hay equipos europeos que van a un ritmo alto y equipos NBA muy interesantes en cómo atacan en estático.
P. Al hablar de una selección con menos talento, ¿eso no puede doler al grupo?
R. El mayor error sería pensar que somos los mismos que antes y queremos jugar igual. Eso sería un fracaso garantizado. La conciencia de cuáles son nuestras limitaciones y nuestras cualidades es imprescindible para saber qué es lo que tenemos que mejorar y sobre todo aceptar que hay cosas que no tenemos las cualidades para hacer bien. Eso hay que intentar maquillarlo o disimularlo. Sería idiota que uno de los jugadores se pueda sentir ofendido por decir que hay menos talento: ellos son los protagonistas, están en el día a día y saben autoevaluarse con objetividad. Fuera, si alguien se siente ofendido, peor para él. Hemos de tener muy claro quiénes somos, qué podemos hacer, qué tenemos que mejorar. Ya no somos ese tipo de equipo ni de jugadores y no merece la pena intentar cosas para las que no estamos capacitados.
P. ¿Qué tipo de líder es Rudy?
R. Es un ejemplo tremendo de intensidad, de energía en los entrenamientos, como casi nunca ha tenido, porque la responsabilidad en el rol de capitán le anima a eso. Se ha multiplicado con 37 años, es asombroso. Se le oye dar consejos, incluso levantar la voz cuando toca, que está muy bien. El liderazgo ha de ser de ejemplo y luego cuando toca, verbal.
P. ¿Cómo mantiene usted la motivación?
R. He vuelto a la competición de clubes y he ganado dos títulos [Supercopa y Eurocup con la Virtus Bolonia]. Para mí ha sido una inyección de confianza, de seguridad. Debía demostrar mi competitividad. Este es el grupo a nivel de selección que presentará más jugadores a la primera experiencia importante de verano, Eurobasket, Mundial o Juegos, de la historia. Nunca ha habido un año en el que tantos jugadores van a debutar en un torneo así. Ese es un desafío tremendo, una motivación brutal. Estando al cargo de todas las categorías inferiores, he seguido a estos jugadores desde los 14 años. Esa es otra motivación fuerte.
P. ¿Cómo ve el torneo?
R. La presencia de jugadores de la NBA que están mucho tiempo en campo en sus equipos, consolidados, da una nota excelente a este campeonato. Jokic, Anteto y Doncic pertenecen a un planeta diferente. Y hay unos cuantos all star más. El nivel es tremendamente alto. Eso eleva mucho el listón al que debemos llegar para competir.
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