España lo tiene todo en el Mundial de hockey hierba
La selección, que se mide con Australia en cuartos, se ha profesionalizado en una década en todas las áreas al tiempo que desde el banquillo promueven un cambio de estilo
En 2013, durante el Europeo de Londres, la selección de hockey hierba comía con vales en una universidad, cambiaron tres veces de alojamiento y no tenían médico propio, por más que sí que les acompañaba un fisioterapeuta. Pero todo era muy rudimentario y relativamente profesional, sin nutricionista ni analista. El cuerpo técnico ni siquiera tenía un sueldo fijo sino que cobraba por convocatorias y torneos. Pero la Federación Española apostó por el deporte y ahora todo es bien distinto como se puede apreciar en el Mundial femenino de Terrassa, ...
En 2013, durante el Europeo de Londres, la selección de hockey hierba comía con vales en una universidad, cambiaron tres veces de alojamiento y no tenían médico propio, por más que sí que les acompañaba un fisioterapeuta. Pero todo era muy rudimentario y relativamente profesional, sin nutricionista ni analista. El cuerpo técnico ni siquiera tenía un sueldo fijo sino que cobraba por convocatorias y torneos. Pero la Federación Española apostó por el deporte y ahora todo es bien distinto como se puede apreciar en el Mundial femenino de Terrassa, con la selección en cuartos ante Australia (este miércoles a las 21.30 por Teledeporte, RTVE Play y Esports3). Cuentan con el seleccionador Adrian Lock, un jefe de equipo, dos asistentes, un entrenador de portero, un analista, dos fisioterapeutas y una médico, además de la colaboración de una nutricionista. Todo para tener la mejor puesta a punto.
Logística a pedir de boca. Antes de la celebración del Mundial, Raúl Gómez, jefe de equipo, se reunió con las capitanas para preguntarles qué necesidades tenía el vestuario. Dicho y hecho porque se encargó de gestionar el hotel y configurar en él una planta enorme dividida en tres parcelas: sala de ocio -con futbolín, PlayStation, ping-pong…-; otra sala de reuniones para análisis de vídeos y charlas; y una más para fisioterapia. Raúl, que dejó el hockey por un accidente de moto, se formó en la federación de Murcia y en 2013 se unió a la absoluta. “Me encargo de la logística, de los viajes, del hielo o el agua… De estar pendiente de todo y todos”, apunta al tiempo que admite que en Terrassa, por eso de ser anfitriones y por la cantidad de voluntarios que hay, todo resulta sencillo. Como reservar las horas de entrenamiento, puesto que tienen prioridad.
Otra función que asume es adecuar los menús a lo que le indicó la nutricionista Mireia Porta, y, sobre todo, regular los horarios de las comidas y los momentos en los que tomar cafés, por ejemplo, para que el rendimiento siempre sea el óptimo porque Carla Estivill, especialista en el sueño de los deportistas, hizo un estudio al equipo. “La selección desayuna de 9.30 a 11, come sobre las 15.30 y merienda a las 18 para cenar algo después del último entrenamiento, siempre tarde porque el seleccionador Adrian Lock quiso que se adecuaran a los horarios de partido, pues España siempre juega a las 21.30″, aclara.
Cambio de estilo. Después de los Juegos de Tokio, Lock y sus asistentes decidieron que había llegado la hora de cambiar el molde de España. “Hemos aplicado un nuevo modelo, bastante diferente, donde la jugadora es el centro de la toma de decisiones. Eso implica hacerles cambiar la forma de entender e interpretar. De contragolpes hemos pasado a querer mucha posesión. También aspectos específicos como la ocupación del área, la parte estratégica…”, resuelve el técnico Carlos García, que prepara los entrenamientos y que también es el entrenador del Terrassa masculino de División de Honor.
Para la transformación han informatizado todo. “Usamos muchas aplicaciones. Como Teams, donde todos estamos asociados y ponemos tareas, subimos vídeos; o como Nacsport para el visionado de vídeos”, relata. Aunque últimamente utilizan otro programa que les permite analizar en directo los partidos, por lo que él se sube a una torre-grúa detrás de una portería con el iPad y, mediante walkies, se comunica con Adrian y el resto del staff técnico. “Contra India, por ejemplo, nos enfocamos lo que pasaba al principio porque nos hacían marcaje individual en vez de en zona y nos costó darle la vuelta”, desliza. Aunque es rara la ocasión que los sorprenden porque cuentan con un analista que hace vídeos de cada rival, de las jugadas de estrategia, de cómo salen desde atrás, de cómo entran al área… “Contra Australia, que es una de las top-3 junto a Argentina y Holanda, tendremos que tener la activación necesaria para desarrollar nuestro modelo y contrarrestar su físico”, apunta. “Y también se ha trabajado mucho los penalti-córners y los shoot-outs, que es una opción que hay que barajar”, apostilla Raúl.
Más músculo. Como deporte olímpico que es, en el hockey hierba se prioriza los Juegos y se adecuan los ciclos a ello, por más que los demás torneos, como este Mundial, también sea importante. “Veníamos de descansar después de Tokio y el trabajo gordo empezó en enero-febrero”, cuenta Esther Morencos, la preparadora física que llegó a la selección en 2017; “y, aunque todas llegaron con el trabajo de base hecho, sin lesiones, jugar la Pro-League nos ha venido muy bien”.
Para Esther lo capital es que las chicas estén fuertes. “Previene lesiones, te hace recuperar mejor y es un deporte donde se compite con pocos intervalos de descanso a nivel de selección”, expone. Por eso casi cada día se hace gimnasio y se trabaja el físico porque, como hay cambios constantes, cuando estén en el campo tienen que estar a tope. “Otros países nos llevan ventaja de cultura deportiva, pero hemos remado para estar al nivel. Ahora todo el mundo está muy fuerte entre las 10 mejores selecciones. Y quizá no tenemos jugadoras de 1,80 metros o la envergadura de Argentina u Holanda, pero de fuerza nos damos la mano”, indica orgullosa. El gimnasio también lo tienen en el hotel y hay máquinas para todo, pero para ella es clave los chalecos GPS que tienen para ver las cargas. “Se trata de adecuar los registros a los entrenamientos porque eso es lo que permite desarrollar la idea de juego”, añade.
Muchos mimos. Cada día, todas las jugadoras se ponen en su habitación unas botas de presoterapia para recuperar las piernas. Aunque en la sala común del hotel tienen otros tres aparatos de presoterapia, también Indiba, que es una máquina que sirve para reestructurar los tejidos profundos. “Además utilizamos Game Ready, que es presoterapia y frío, que sirve para los golpes”, cuenta la doctora Silvia Muñoz, exjugadora de la selección que participó en tres Juegos y que siempre lleva consigo un ecógrafo portátil. “Mientras competía me sacaba la carrera”, explica. Cosa que también hacen ahora las internacionales Laia Vidosa y Sara Barrios, futuras médicas.
“Tenemos de todo”, interviene Berta Moreno, que comenzó con la selección en 2017; “Pistola de masaje, bañeras de frío… Aunque trabajo no nos falta porque promovemos mucho que forme parte de su recuperación y cuidado”. Saben que en este deporte, salvando los golpes, se padece mucho de isquiotibiales, también en los tobillos por malas pisadas. Pero ahora, en comparación con hace unos años, todo está estudiado, analizado, preparado y profesionalizado.
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