Nadal: “Estoy preocupado, algo no está bien”
El español se someterá este jueves a una exploración médica definitiva, aunque adelanta que “si hay algo más importante que ganar Wimbledon es la salud”
Rafael Nadal acaba de protagonizar la enésima proeza, turno esta vez para el estadounidense Taylor Fritz al otro lado de la red, pero está completamente abatido. Ha transcurrido solo una hora entre el zurdazo que ha puesto patas arriba La Catedral y que ha sellado el duelo de los cuartos de final contra el norteamericano, y su acceso a la sala de conferencias, donde se expresa triste y se mordisquea las uñas mientras escucha algunas preguntas de los interlocutores. ...
Rafael Nadal acaba de protagonizar la enésima proeza, turno esta vez para el estadounidense Taylor Fritz al otro lado de la red, pero está completamente abatido. Ha transcurrido solo una hora entre el zurdazo que ha puesto patas arriba La Catedral y que ha sellado el duelo de los cuartos de final contra el norteamericano, y su acceso a la sala de conferencias, donde se expresa triste y se mordisquea las uñas mientras escucha algunas preguntas de los interlocutores. Tras la remontada y las casi cuatro horas y media de pura supervivencia (3-6, 7-5, 3-6, 7-5 y 7-6(4), sintetiza: “Estoy preocupado. Quiero darme una oportunidad, pero siento que algo no está bien”.
Habla el mallorquín otra vez desde la perspectiva médica que ya aborrece, porque la conversación sobre tenis y sobre el juego vuelve a un segundo plano y su cuerpo no le concede tregua. Sigue mellándole el ánimo y está sencillamente harto.
“No tengo ningún motivo para quejarme de nada y sé que esto forma parte del deporte, pero al mismo tiempo no consigo tener descanso en ese sentido... Cuando no es una cosa es otra. He pasado dos horas realmente malas. He tenido que hacer un gran esfuerzo para jugar este torneo. Aunque este tipo de cosas son menos importantes y se curan antes, estamos en una semifinal de un Grand Slam con un problema como este…”, lamenta.
No quiere adelantar el balear nada, en un sentido ni en otro. Remite a las pruebas que se efectuará este jueves y a partir de ahí decidirá. Nick Kyrgios, el tormentoso jugador australiano que tantos dolores de cabeza la ha generado, no es esta vez el origen del insomnio. “Estoy preocupado”, admite un par de veces, en español e inglés. “Estoy acostumbrado a jugar con dolor, pero cuando siento algo como lo de hoy, sé que algo no está bien. Lo arrastro desde hace una semana, pero lo de hoy ha sido bastante peor”, prosigue el número cuatro del mundo.
No es la primera vez que le golpea duro el abdominal. Hace tres años, un desgarro ya le obligó a retirase en las semifinales de París-Bercy y condicionó luego su actuación en la Copa de Maestros; la temporada anterior tuvo otro percance antes de Bercy y tuvo que renunciar a ambas citas; y rebobinando más atrás, en 2009 se lesionó durante el partido contra Juan Martín del Potro en el US Open y estuvo en la enfermería un mes.
“Latigazos” y antiinflamatorios
“Para mí es duro retirarme en mitad de un partido. Lo he hecho un par de veces en mi carrera, pero lo odio”, precisa Nadal, de 36 años. “Desde el banquillo me decían que lo hiciera y lo he pensado durante un largo rato, pero he intentado seguir. Aunque sacara flojo me dolía; cada vez que hacía el gesto, me daba un latigazo. Sé lo que he tenido y el dolor que he pasado, pero al final he conseguido. Me han dado unos antiinflamatorios y la fisio ha intentado relajarme la zona. He ganado porque he jugado muy bien desde el fondo. Luché y estoy orgulloso de haber ganado un partido en estas condiciones”, amplía.
Nadal ha estado arropado desde la grada por su esposa, María, con una tripita incipiente. Y reconoce que “no es fácil abandonar Wimbledon”, sobre todo después de controlar el dolor crónico que sufre en el pie izquierdo y que puso en entredicho su último triunfo en Roland Garros. No sabe “exactamente” cuál es el problema que tiene en el abdominal –¿desgarro? ¿microrrotura? ¿rotura?, en orden gradual– y a primera hora del día se examinará y decidirá, porque la exploración inicial es superficial y debe reducirse la inflamación del músculo.
“Debo tener la información correcta para tomar decisiones”, apunta a la vez que anticipa: “Pero si hay algo más importante que ganar Wimbledon es la salud”.
LA VELOCIDAD DEL SAQUE, CAÍDA Y REPUNTE DE KM/H: 183-171-165-167-175
Este miércoles 6 de julio se celebraba, precisamente, el 12º aniversario de la histórica final entre Nadal y Federer en la edición de 2008, resuelta a favor del español. “Cuesta pensar que después de tanto tiempo, en 2022, siga aquí”, indicó el de Manacor, que suma 70 triunfos en Wimbledon –los mismos que los estadounidenses John McEnroe y Pete Sampras– pese a las cuatro ausencias forzadas en el grande británico.
Este año, Nadal ha ganado los cuatro partidos a cinco mangas que ha disputado: frente a Denis Shapovalov y Daniil Medvedev en Australia, contra Felix Auger-Aliassime en Roland Garros y este ante Fritz. “Cuando acabó el partido, quería llorar”, reconoció el norteamericano, que lamentó no haber exigido más al balear en los tres juegos que restó para hacerse con el partido: “No le hice dudar ni le presioné”.
“Cuando peor estaba él, en el segundo set, dejé de ser ofensivo”, prosiguió, “y a partir de ahí dejé de pensar en que estaba lesionado porque los puntos que estábamos jugando era los de alguien normal. Lo único que variaba era su servicio”.
En este sentido, los datos registrados señalan que la velocidad media con los primeros de Nadal bajó de 183 km/h en el primer parcial a 171 en el segundo y 165 en el tercero, con repuntes de 167 y 175 en el cuarto y el quinto. “No podía sacar”, indicó Nadal; “pero por abajo podía jugar con normalidad. No he ganado por mi saque, sino que he sabido adaptar mi tenis a las distintas necesidades”.
Mientras, antes de que se cerrara su partido habló Kyrgios, por primera vez en las semifinales de un grande. “Es muy especial enfrentarme a Rafa aquí, hemos tenido grandes batallas en la Centre Court. Él me ganó una vez [2014] y yo otra [2019]. Somos diferentes, pero siento que nos respetamos mucho el uno al otro. Soy más maduro. Es un partido que todo el mundo quiere ver; quizá, el más visto de la historia”.
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