El trampolín de Mallorca hacia Wimbledon
La isla se afianza como lanzadera hacia el grande británico gracias a la calidad del clima y la hierba que ofrece a los tenistas el único torneo sobre césped en España
La carretera serpentea entre pinos, palmeras y lujosas villas hasta que desemboca en la entrada del Mallorca Country Club, un complejo de una extensión equivalente a dos campos de fútbol en el que, avanzados unos metros, un hombre inspecciona a ras de suelo el estado del césped de las pistas. Lo hace de manera minuciosa, como si quisiera que no se le escapase una sola hebra. Jardinería británica. Se llama Gordon Johnstone, es inglés y trabaja para el AELTC (All England Lawn Tennis & Croquet Club); es decir, para el club entre los clubes, el soberano Wimbledon.
“Este año no está sien...
La carretera serpentea entre pinos, palmeras y lujosas villas hasta que desemboca en la entrada del Mallorca Country Club, un complejo de una extensión equivalente a dos campos de fútbol en el que, avanzados unos metros, un hombre inspecciona a ras de suelo el estado del césped de las pistas. Lo hace de manera minuciosa, como si quisiera que no se le escapase una sola hebra. Jardinería británica. Se llama Gordon Johnstone, es inglés y trabaja para el AELTC (All England Lawn Tennis & Croquet Club); es decir, para el club entre los clubes, el soberano Wimbledon.
“Este año no está siendo sencillo el mantenimiento de la hierba porque hace mucho calor, y algunos días no afloja ni por las noches. Pero está todo en orden, con un extra de agua es suficiente. Estamos contentos”, comenta el supervisor, encargado de que el verde esté en perfectas condiciones para el torneo que arrancó el pasado sábado en Santa Ponça, al suroeste de la isla, en el exclusivo municipio de Calviá. Allí, junto a la Serra de Tramuntana, compiten estos días algunos de los mejores tenistas del mundo. Entre ellos, el número uno, el ruso Daniil Medvedev, acompañado en el desfile por figuras como el griego Stefanos Tsitsipas, el australiano Nick Kyrgios o Roberto Bautista.
No es casual la nómina. “A diferencia de los otros torneos que forman parte de la gira de hierba [Queen’s, Halle, Eastbourne, Sttutgart o s-Hertogenbosch], este le garantiza al jugador poder entrenarse con normalidad, todos los días y sin sobresaltos. En el resto tienen que estar pendientes del tiempo y la lluvia, y aquí tienen la garantía de llegar a Wimbledon con un buen rodaje”, precisa un integrante de la organización, satisfecho del crecimiento y la evolución del único torneo sobre hierba (categoría ATP 250) que hay en España, el tercero en importancia a nivel nacional tras los de Madrid (Masters 1000) y el Godó de Barcelona (500).
El proyecto embrionario nació en 2016 con el Mallorca Open y en formato femenino. Entonces asistieron jugadoras como Maria Sharapova, Garbiñe Muguruza o Martina Hingis (como doblista), aunque después de cuatro ediciones, el grupo e|motion –fundado y dirigido por el alemán Edwin Weindorfer– decidió convertirlo en un torneo masculino que poco a poco va cogiendo vuelo y asentándose en el calendario anual de la raqueta gracias a un respaldo institucional importante y a la inscripción de jugadores de primera línea. El curso pasado, sin ir más lejos, se dejó ver en el Mallorca Championships (nombre oficial) el serbio Novak Djokovic, que jugó en la modalidad por parejas y que diseñó su asalto a Wimbledon sobre el tapiz de Mallorca.
“El boca a boca en el vestuario ha funcionado. Los jugadores [Pablo Carreño, Feliciano López o Jaume Munar también se han dejado ver] vienen aquí porque les apetece jugar aquí. Tenemos el gancho del marco, de la isla. El clima es muy bueno y pueden prepararse bien. Además, hemos encontrado un buen encaje en el calendario”, añade el mismo miembro de la organización. “El año pasado solo estábamos al 50% por el tema de la pandemia, pero esta vez, ya con aforo completo, el torneo ha cogido definitivamente cuerpo. Hemos vendido prácticamente todas las entradas”, precisa la directora general de e|motion en España, Pilar Carbonell.
Club social y exclusividad
Desde su nacimiento, el Mallorca Championships ha estado bajo el paraguas de Wimbledon, que pretende imprimir su distinguido sello a todos los torneos dependientes del grande británico; desde el cuidado y la calidad de las pistas hasta su vocación de club social. También la exclusividad. Del año pasado a este, la organización ha duplicado los palcos VIP (de 20 a 40) y la apertura de la edición anterior contó con la presencia del príncipe Alberto de Mónaco, gran aficionado al tenis y desde entonces miembro honorario del club.
El sello seductor de Wimbledon no es el único gancho. A los mandos del torneo está Toni Nadal, tío y orfebre del tenista que posee más Grand Slams de la historia. “No es fácil traer a cinco top-10 del circuito del año pasado y lo conseguimos. Creo que proponemos una buena oportunidad para los grandes jugadores, además de la calidad de nuestra hierba. Tenemos un gran cartel este año, que está encabezado por Daniil Medvedev, el actual número uno del mundo. El tenis sobre hierba al más alto nivel y un torneo emocionante están garantizados. Estamos creciendo cada día”, valora el director del torneo.
Y constata su sobrino Rafael, que antes de desplazarse a Londres para terminar de afinarse y certificar su participación en el grande británico (del 27 de junio al 10 de julio) estuvo ensayando durante una semana en las instalaciones del Mallorca Country Club. Eso sí, Johnstone tan solo le planteó una condición: que alternase de pista cada jornada –seis de las 12 que conforman el paisaje del complejo son de césped natural– con el objetivo de preservar la hierba.
“Para mí, como mallorquín, es un privilegio contar con un torneo como este y agradezco que me hayan dejado entrenarme aquí. Un evento internacional de este tipo siempre es positivo para la isla. Han vuelto a venir jugadores de primer nivel. Te pone en el mapa y promociona algo positivo como el deporte”, expuso la semana pasada el de Manacor, confirmado ayer por Wimbledon como segundo cabeza de serie –lo que significa que solo podría cruzarse con Djokovic, primer espada, en la final– y que hoy (15.30) se medirá con el suizo Stanislas Wawrinka en la exhibición de Hurlingham. El viernes afrontará el segundo test, contra el canadiense Felix Auger-Aliassime.
DOS VECES VERDE: SIN PLÁSTICO Y UNA APUESTA SOSTENIBLE
Además del lifestyle, la propuesta del Mallorca Championships también incluye la sostenibilidad. Esta edición, la organización ha eliminado el plástico de un solo uso –a cargo de Waterdrop, en lo que se estima un ahorro de unas 60.000 botellas– y la cubertería está confeccionada a base de fécula de patata, precisa Carbonell a este periódico.
La apuesta verde también se extiende a las pelotas. La empresa Green Ball recicla el caucho de las bolas que se emplean durante el torneo y, por otra parte, los voluntarios –niños procedentes de distintos lugares de la isla– participan en actividades de limpieza en las playas de la zona.
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