Stuani, más de 100 goles por una estatua
El delantero uruguayo es el símbolo del Girona que jugará por tercer año consecutivo la final del ‘play-off’ por el ascenso a Primera
En el sótano del estadio Maracaná, Cristhian Stuani soltó: “Me ofrecen el contrato de mi vida. Y no es solo por lo económico, quieren que me convierta en el máximo ídolo del club”. Era junio de 2019 y el delantero disputaba la Copa América con la Celeste. Uruguay le acaba de ganar a Chile por 0-1, pero en la cabeza de Stuani también estaba el Girona. Sus 19 goles en la campaña 2018-2019 -quinto máximo goleador en aquel curso- no habían sido suficientes para que el cuadro rojiblanco se salvara...
En el sótano del estadio Maracaná, Cristhian Stuani soltó: “Me ofrecen el contrato de mi vida. Y no es solo por lo económico, quieren que me convierta en el máximo ídolo del club”. Era junio de 2019 y el delantero disputaba la Copa América con la Celeste. Uruguay le acaba de ganar a Chile por 0-1, pero en la cabeza de Stuani también estaba el Girona. Sus 19 goles en la campaña 2018-2019 -quinto máximo goleador en aquel curso- no habían sido suficientes para que el cuadro rojiblanco se salvara del descenso después de sus primeras (y únicas) dos temporadas en la élite.
“El descenso había sido traumático para todos, también para Cristhian, que ya era un referente en el club. Él quería volver a poner al Girona en Primera y le seducía la idea de ser el máximo ídolo del club”, recuerda Quique Cárcel, director deportivo de la entidad gerundense. Este domingo frente al Tenerife en Canarias (21.00 horas. 0-0, en la ida), Stuani tiene una nueva oportunidad de ascender al Girona, la tercera.
Lo que sí ya tiene en el bolsillo es la devoción de la afición. “Cuando llegué nunca imaginé que podía conseguir el cariño de tanta gente, para que quisieran hacer una encuesta sobre la posibilidad de hacerme una estatua. Para mí, se haga o no se haga, son todo elogios y me siento muy satisfecho con todo lo que le he dado al club”, confesó el delantero a Ovación de Uruguay.
En ningún lado, Stuani se sintió como en Montilivi. Después de marcar 23 goles en 36 partidos en 2007 en el Danubio de Uruguay, el delantero saltó a Europa. Le costó, en cualquier caso, encontrar su lugar. Pasó del Reggina (un gol en 18 partidos) al Racing de Santander (13 en 36), previa mudanza al Albacete (22 en 40) y Levante (10 en 33), hasta que destacó en el Espanyol. Tres buenas temporadas en el RCDE Stadium (29 en 117) le sellaron el pasaporte rumbo a Inglaterra, primero en segunda, después en la Premier, siempre en el Middlesbrough (16 en 68). Fue, entonces, cuando el Girona, que acaba de subir a Primera, pensó en el uruguayo. “A veces recordamos cómo fue el fichaje de Stuani. Yo insistía en que quería mucho ese tipo de jugador y Quique apoyó esa decisión. Era el rematador ideal para nosotros”, expuso Pablo Machín, en aquel momento entrenador del cuadro catalán, en el Que t’hi jugues de la Cadena Ser.
La aventura en la élite del Girona duró dos años, pero no la de Stuani en Montilivi. “Fue una apuesta fuerte. Cristhian quería quedarse y nosotros buscábamos volver a Primera lo antes posible”, expone Quique Cárcel. El esfuerzo económico del Girona para sostener a Stuani en la plantilla se agudizó cuando el conjunto rojiblanco no consiguió el regreso a Primera. Entonces, con la ayuda de la Liga para los equipos que acaban de descender, el Girona logró cuadrar sus números la temporada 2019-2020. La campaña siguiente, sin embargo, la cerró en negativo (6,7 millones) y para el presente curso se estiman números rojos por 5,2 millones. “El primer año nos podíamos permitir el contrato de Cristhian, pero después no”, explica Cárcel. La dirección deportiva le ofreció a Stuani estirar su contrato. “Lo que antes le íbamos a pagar en tres años, ahora lo haremos en cinco”, insiste el secretario técnico del Girona.
Stuani, de 35 años, tiene contrato hasta 2026. Ha ganado tiempo para seguir viviendo en Girona –se pasea con un carrito de golf por el PGA, donde tiene su casa y entrena el equipo de Míchel-, pero sobre todo ha ganado minutos en el campo para seguir marcando goles que le regalen la estatua. “Solo pienso en conseguir el ascenso”, dice el uruguayo. “Tiene mucha responsabilidad con el equipo, pero la responsabilidad es de todos y no quiero que se ponga una mochila más. No podemos depender solo de sus goles”, recuerda el técnico, Míchel. “Es un jugador muy importante, pero no es soberbio ni se cree una estrella. Tiene los pies en la tierra”, remarca Cárcel.
El Girona necesita de los goles de Stuani. Es el máximo goleador en la historia del club: 106 dianas en 176 partidos, la última frente al Eibar para poner al Girona en la final del play-off, la tercera consecutiva. La de la temporada 2019-2020 la perdió ante el Elche y la de la campaña pasada frente al Rayo. “Stuani es y va a ser el delantero de referencia del Girona”, dice Pablo Machín. Stuani lo sabe y el Girona también. Ahora le faltan el ascenso y la estatua.
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