Fernando Alonso, en tierra de nadie
Con un Alpine que está lejos de las expectativas creadas, el asturiano busca prolongar su paso por la F1 desde la zona baja de la tabla
Hubo un tiempo en que Fernando Alonso era el jefe. Por su talento, carácter y ambición, el primer y único español campeón del mundo de Fórmula 1 proyectaba una áurea tan potente como la que ahora rodea a Max Verstappen. Ese caudal de fuerza acompañó al asturiano desde antes de encadenar los dos títulos que celebró con Renault, en 2005 y 2006, tras su sonado fichaje por McLaren (2007), y también cuando s...
Hubo un tiempo en que Fernando Alonso era el jefe. Por su talento, carácter y ambición, el primer y único español campeón del mundo de Fórmula 1 proyectaba una áurea tan potente como la que ahora rodea a Max Verstappen. Ese caudal de fuerza acompañó al asturiano desde antes de encadenar los dos títulos que celebró con Renault, en 2005 y 2006, tras su sonado fichaje por McLaren (2007), y también cuando se enfundó en el mono de Ferrari, a quien capitaneó durante un lustro (2010 – 2014). El día que decidió abandonar la Scuderia se metió de lleno en una zona gris (el mismo color que el McLaren que tantos disgustos le dio entre 2015 y 2018) de la que todavía no ha terminado de salir. Los dos años de asueto relativo (2019 y 2020) –se proclamó campeón del mundo de resistencia, ganó dos veces las 24 Horas de Le Mans, se alistó en el Dakar y en las 500 Millas de Indianápolis– le alejaron de esos focos que tanto le habían incordiado en su etapa en la F1, por más que después, cuando tuvo la oportunidad de volver, de nuevo con un Renault repintado de Alpine (2021), se tiró de cabeza. Y lo hizo a pesar de las grandes incógnitas que generaba el proyecto para quien quisiera verlas. Dudas que el tiempo ha confirmado como más que justificadas.
Ha pasado una temporada y casi media desde que Alonso volvió a formar en una parrilla de F1, y no existe el más mínimo indicio de que su famoso “plan” que lleva divulgando desde entonces ofrezca el más mínimo fruto. El miembro más veterano de la parrilla cumplirá 41 años el mes que viene, y la posibilidad de que 2022 marque definitivamente el fin de su paso por el Gran Circo, ya hace tiempo que circula por los corrillos del paddock. A las puertas de la octava parada del calendario, que este fin de semana se celebra en Bakú, el ovetense figura el 13º en la tabla general, con solo diez puntos en su casillero. Alpine, que ocupa la sexta posición en la estadística reservada a los constructores, tendrá trabajo para igualar la quinta plaza en la que terminó 2021, con el perjuicio económico que eso supone en premios (alrededor de seis millones de euros).
En el último Mundial, Alonso finalizó justo por delante de Esteban Ocon, su compañero, una máxima que se ha repetido a lo largo de toda su trayectoria con las excepciones de 2007, el famoso año del debut de Lewis Hamilton, del incendio dentro de McLaren y del spygate; y de 2015, cuando fue superado por Jenson Button, ya en su segunda etapa en el equipo británico. Los 20 puntos que en estos momentos le separan de Ocon no parecen fáciles de recortar, sobre todo si tenemos en cuenta la fragilidad y la falta de pegada demostrada por el monoplaza que ambos conducen. De las siete paradas del calendario disputadas, su mejor resultado es la séptima plaza lograda en Mónaco, hace dos semanas, tras formar un tren detrás de su monoplaza que desesperó a más de uno y de dos de sus rivales. Siete días antes, en Montmeló, llevó a cabo la que, seguramente, es su mejor carrera en lo que va de campeonato, dado que fue capaz de escalar desde la última plaza, hasta la novena.
Minutos antes de arrancar en el Circuit, Luca de Meo, consejero delegado del grupo Renault, tuvo la oportunidad de silenciar cualquier duda acerca del futuro de Alonso más allá de este ejercicio, dado que su contrato expira a final de año. Lejos de terminar con la incertidumbre, el italiano la avivó un poco más: “Nosotros queremos muchísimo a Fernando, y al final tendremos que buscar una solución para todos, porque también tenemos a Esteban y a Oscar [Piastri, el corredor reserva]”. El australiano, de 21 años, proviene de la academia de formación de la estructura francesa y lo tiene todo para asumir un papel protagonista a medio o largo plazo. En 2020 y 2021 se coronó en la Fórmula 3 y la Fórmula 2, respectivamente. Su desembarco en la F1 en 2023 parece un hecho, pero falta saber qué colores lucirá su mono. Si tenemos en cuenta el mercado y las vacantes existentes, hay dos opciones que cobran más sentido que el resto: recalar en Williams o en Alpine, precisamente en el lugar de Alonso. “Me veo corriendo un par de años más. Si es con Alpine, será bueno. Si es en otro lado, también”, advierte el bicampeón, que este domingo (13.00, Dazn), en Azerbaiyán, tiene el mejor de los escaparates para reivindicarse.
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