Pau Ribas: “Echo de menos que los vestuarios sean más familiares”

El escolta del Joventut reflexiona sobre su trayectoria y experiencias en el baloncesto antes del tercer duelo ante el Barcelona en los ‘playoffs’ de la Liga Endesa

Pau Ribas, con el balón, durante el segundo partido contra el Barça.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

“Aunque es un poco tímido al principio, a este le gusta hablar”, cuentan los responsables de comunicación del Joventut Badalona. Y bien que lo hace Pau Ribas (Barcelona; 35 años), que escogió ser un líder en la Penya antes que un actor secundario en el Barcelona porque después de una larga carrera con triunfos en todos los clubes, incluso campeón Mundial y de Europa con la selección, se había ganado el derecho a poder decidir. El miércoles 8, en Badalona, se verá las caras con el Barça y con alguno de sus excompañeros ...

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“Aunque es un poco tímido al principio, a este le gusta hablar”, cuentan los responsables de comunicación del Joventut Badalona. Y bien que lo hace Pau Ribas (Barcelona; 35 años), que escogió ser un líder en la Penya antes que un actor secundario en el Barcelona porque después de una larga carrera con triunfos en todos los clubes, incluso campeón Mundial y de Europa con la selección, se había ganado el derecho a poder decidir. El miércoles 8, en Badalona, se verá las caras con el Barça y con alguno de sus excompañeros en el tercer partido de la serie de las semifinales de los playoffs de la Liga Endesa (21 h. #Vamos), que marcha empatada a una victoria.

Pregunta. ¿El Joventut sigue siendo el mismo club que conoció cuando entró a jugar con cinco años?

Respuesta. Mantiene la misma esencia. Niños y padres cada tarde, y los fines de semana, todos a ver a la Penya, club con muchos jugadores formados aquí, con una gran comunión con la gente porque aquí los jugadores también son aficionados de la Penya. En Badalona todo el mundo juega a baloncesto tarde o temprano. Mi padre (Jordi) jugó aquí; mi madre, en el colegio. Y pronto me apuntaron con los amigos de clase.

P. ¿Ya marcaba las diferencias entonces?

R. Mis padres me cuentan que sí. Se ve que al principio, cuando metía una canasta, los demás padres me aplaudían y animaban. Y lo mismo con la segunda, la tercera… Pero luego pedían que pasara la pelota. De niño no ves mucho más allá.

P. ¿Pasados los años, no se cansa de no tener un fin de semana libre?

R. Me he perdido muchas cosas. Salir de fiesta, no estudiar una carrera, no vivir en un piso de estudiantes, no irme de Erasmus… A todos nos gustaría tener cuatro vidas. Pero tengo la suerte de que me gusta mucho el baloncesto, por lo que eso es secundario. Y a mis amigos también les hubiese gustado vivir mis experiencias. Así que para mí es una responsabilidad aprovechar y disfrutar esto. Y cuando vi que no lo disfrutaba tanto, estando en el Barcelona, decidí cambiar. Ocurrió durante la pandemia porque tuve tiempo para pensar. Y me di cuenta de que después de tantos años, llevaba una carrera superguapa y no me merecía no disfrutar el final. Además, ya competí contra los mejores y disputé los mejores campeonatos.

P. Quizá la diferencia es que antes tenía siempre la exigencia de ganar, ¿no?

R. Eso existe en el Barcelona y se nota la tensión en los entrenamientos, los partidos, la afición, la prensa… Pero cuando vas a un equipo así, sabes qué te encontrarás. Aunque aquí estoy contento porque empezamos a tener esa responsabilidad. Y ha habido momentos en los que no se ha dado el resultado y ha habido desilusiones. Yo quería que tuviéramos la exigencia de ganar. El baloncesto sin presión ni tensión sería otro deporte.

P. ¿Así que está disfrutando?

R. Muchísimo. Me siento bien física y mentalmente. A gusto con lo que hay a mi alrededor: mi familia, amigos… Todos son de aquí y están contentos de que juegue En Badalona. Es difícil abandonar algo así.

P. ¿Pero aceptaría que un joven le quitara minutos?

R. Ojalá ocurra. Eso significará que estamos en buenas manos. Yo estoy aquí para ayudar a que el equipo gane. Y sé que mi responsabilidad cambiará porque cada vez tendré más problemas para competir, por lo que me encantará que me quite minutos un joven. Pero no se lo pondré fácil; es parte del proceso.

P. ¿Son ahora los jóvenes como lo eran ustedes en su época?

R. No, pero es que los vestuarios han cambiado, no solo los jóvenes. Antes, los equipos eran más equipo. Ahora hay mucho jugador de fuera con diferentes sensibilidades, culturas… Todo es un poco más individualizado porque la sociedad también ha cambiado. Echo de menos que los vestuarios sean más familiares. Aunque en el Joventut nos juntamos mucho. No es tan exagerado como en la selección, donde pasas las vacaciones con tus amigos para ganar un torneo detrás de otro porque la comunión marca la diferencia, pero se nota que muchos somos de aquí.

P. ¿A qué juegan en el Joventut?

R. A las cartas, al móvil con Among Us… Es divertido competir, aunque Albert Ventura no sabe perder muy bien…

P. Ahora se trata de competir contra el Barça. ¿Se le puede eliminar?

R. Ellos están hechos para ganar, son los favoritos, tienen más talento, pero en la pista pasan muchas cosas y veremos quién es mejor. No siempre gana el talento. Pero sí que es un equipo muy bueno en todas las líneas. Defensivamente, puede ser el mejor equipo de Europa. Así que nos tendremos que adaptar a su físico, a su acierto, a su forma de jugar táctica porque te hacen trabajar mucho en defensa, muchos segundos, y llegas cansado a atacar. Es complicado, pero hay que estar con confianza y sin miedo.

P. ¿Les preocupa Mirotic?

R. Nuestro problema es que tenemos a Brodziansky lesionado, que es un problema grande, y ahí vamos cojos. Pero si somos capaces de defender bien con todo el equipo implicado… Aunque es el jugador que domina más en Europa. Pero en el Barça son muy fuertes todos; son internacionales, campeones de mil cosas… Tendremos que meterle dudas.

P. ¿A pesar de ser y jugar en la Penya, rival histórico azulgrana, le guarda cariño al Barcelona?

R. Sí, estuve cinco años. Conozco el club, a mucha gente… Cuando era pequeño, era totalmente diferente, pero la experiencia me hizo cambiar un poco ese pensamiento. Aunque en la pista tengo mucho cariño a mucha gente, el animal competitivo tiene que salir sí o sí. También disfrutas ganando a tus amigos y excompañeros.

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