La gran noche del exempleado Benzema

El camino del Real Madrid a París es la gran obra del francés, con unas cifras en Champions que compiten con los récords de Cristiano

Karim Benzema, el viernes en el estadio de Saint-Denis, en París.Frank Augstein (AP)

Karim Benzema apareció el viernes en el último entrenamiento de Saint-Denis parsimonioso, a mitad del pelotón blanco, mirando el paisaje mientras unas decenas de voluntarios le gritaban a coro desde la grada. Un anfiteatro que durante más de cinco años lo miró como a un extraño, y hasta con desafecto. El tiempo que permaneció alejado de la selección francesa debido a su vinculación en el caso Valbuena (chantaje por un vídeo sexual), y por el que fue condenado a un ...

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Karim Benzema apareció el viernes en el último entrenamiento de Saint-Denis parsimonioso, a mitad del pelotón blanco, mirando el paisaje mientras unas decenas de voluntarios le gritaban a coro desde la grada. Un anfiteatro que durante más de cinco años lo miró como a un extraño, y hasta con desafecto. El tiempo que permaneció alejado de la selección francesa debido a su vinculación en el caso Valbuena (chantaje por un vídeo sexual), y por el que fue condenado a un año de cárcel. Un lustro de frustración con su país que él empleó en la última época en protagonizar una de las transformaciones más asombrosas en la edad moderna de un futbolista de élite que ya inauguró la treintena. La clasificación del Madrid para esta final de la Champions es, por encima de todo, la mejor expresión de su crecida dentro y fuera del campo. Desde la última conquista europea de los blancos en 2018, nadie pegó semejante estirón. Y nadie lo vio venir.

“Antes teníamos a Cristiano Ronaldo y ahora no, así que me toca a mí y estoy preparado”. La frase la pronunció en noviembre de 2018, cuando el portugués ya llevaba unos meses en la Juventus. Pocos repararon en ella y aún menos le concedieron crédito. La grada de la Castellana a menudo lo había mirado con sospecha y la temporada anterior, antes de encontrar cierto alivio con su doblete en la vuelta de las semifinales ante el Bayern y el extravío de Karius en la final, apenas le había marcado dos goles al Apoel, y uno al Getafe, Málaga, Betis, Alavés, Las Palmas, Leganés en Copa y Barcelona en la Supercopa de agosto (12 en todo el curso).

Cifras tan famélicas que incluso su gran protector, Zinedine Zidane, lo había dejado en el banquillo en la ida de las semifinales en Múnich en beneficio de Isco y Lucas Vázquez. Y para completar su delicada posición en ese verano de 2018, Francia se proclamó campeona del mundo con él en el cuarto de castigo. En ese punto se encontraba antes de empezar a presentarse como un liquidador del área y, de forma progresiva, como un capataz de la caseta. El club delegó en Bale los goles cuando se vio sin Cristiano, pero solo apareció él. Del galés, ni rastro.

Desde que Ronaldo se marchó en 2018, Benzema suma más goles que el portugués: 131-125

“La dimensión de su talento la conocíamos. Lo raro es su cambio de personalidad, que haya sacado de dentro ese liderazgo”, apunta Jorge Valdano, director deportivo del Madrid cuando el club fichó a Benzema en 2009, el elegido después de que fuera “económica y políticamente” imposible sacar a David Villa del Valencia. Los que lo vieron aterrizar con ese aire despistado, retraído e incluso perdido, como el exjugador argentino, y los que lo tuvieron a sus órdenes tiempo más tarde, como Carlo Ancelotti, coinciden en su asombro al contemplarlo en su papel actual de jefe del vestuario. El italiano, que lo dejó en 2015 como un distinguido subalterno de Ronaldo, no se ha cansado de mostrar su sorpresa al reencontrarse el verano con un cappo de intramuros. Quienes asistieron desde fuera a esta nueva piel, también. “Ni siquiera ahora pone como justificación que hubo un tiempo en que fue un empleado de Cristiano”, advierte Valdano.

Al terminar su primera campaña en el Bernabéu, CR le advirtió: “Karim, con esto no te llega para el Madrid”

Una jefatura apoyada en una generación goleadora sostenida que este curso ha tocado techo: 44 tantos y 15 asistencias. De todo su viaje de 2018 a 2022 sin el luso al lado, no hay estadística más llamativa que el contador de ambos en este periodo con sus clubes: 131 el francés y 125 el luso, que solo una vez en esta legislatura llegó a cuartos. Tanto, que en esta Champions los números de Karim ya solo compiten con los récords de CR: 15 dianas en total (a dos de la marca del portugués en la 13/14 y 15/16) y 10 en las eliminatorias (las mismas que Ronaldo en la 16/17).

Al terminar la primera campaña de ambos en el Bernabéu, con un Benzema menguante, CR se sentó a su lado y le soltó: “Karim, con esto no te llega para el Madrid”. El francés mejoró, terminó colgando el cartel de titular, pero nadie sospechó que pudiera competir por el gol con Cristiano. En buena medida, también por sus extremos cuidados físicos, con un gimnasio en casa, entrenador personal y nutricionista. Desde que se quedó solo en el ataque blanco en agosto de 2018, su cifra de remates totales por curso se ha duplicado (de 98 a 182) y, además, necesita la mitad de disparos para anotar (de 8,1 a 4,1 por partido).

El martes, ante un enjambre de periodistas sedientos, a Rodrygo le preguntaron cuál era el mejor consejo que le ha dado el francés. “Tocar el balón para él”, soltó sonriendo, con su dentadura blanca perfecta y sus manos huesudas.

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