Vinicius contra Trent Alexander-Arnold, el pasillo de la dinamita de la final de la Champions

Los futbolistas que más peligro generan en el Real Madrid y en el Liverpool se cruzan en la misma banda del campo

Vinicius persigue a Trent Alexander-Arnold, en la ida de cuartos de la Champions del año pasado en el Di Stéfano.Oscar J. Barroso (Europa Press via Getty Images)

Si uno se asoma a la final de la Champions del sábado con el espíritu con el que se juega al Hundir la flota, es casi seguro que dirigirá todos los disparos a un mismo sector del campo: el corredor en el que el Real Madrid y el Liverpool coinciden en tener fondeados sus navíos más intimidantes. La banda izquierda por la que ataca Vinicius es, vista desde el otro campo, la derecha por la que carga Trent Alexander-Arnold, y ambos son los mayores generadores de peligro de sus equipos.

En la Liga que acaba de terminar, el brasileño puso en marcha 170 jugadas que terminaron en un tiro...

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Si uno se asoma a la final de la Champions del sábado con el espíritu con el que se juega al Hundir la flota, es casi seguro que dirigirá todos los disparos a un mismo sector del campo: el corredor en el que el Real Madrid y el Liverpool coinciden en tener fondeados sus navíos más intimidantes. La banda izquierda por la que ataca Vinicius es, vista desde el otro campo, la derecha por la que carga Trent Alexander-Arnold, y ambos son los mayores generadores de peligro de sus equipos.

En la Liga que acaba de terminar, el brasileño puso en marcha 170 jugadas que terminaron en un tiro a puerta justo después de que él tocara la pelota o en el paso siguiente. Por delante de Karim Benzema, que inició 124 de estas acciones, y de Toni Kroos, con 84, según los registros de fbref.com. En la Premier, el lateral inglés desencadenó 150 jugadas que terminaron en tiro de su equipo, más que Salah (133) y Mané (97). Si se calcula el promedio cada 90 minutos, Vinicius es la chispa que termina en disparo 5,7 veces por partido, mientras que Trent lo es 4,7.

Pero esto es cuando no se cruzan. Cuando coinciden en el campo, como ocurrirá mañana en el Stade de France, o como el año pasado en el Alfredo di Stéfano, en la ida de cuartos de final de la Champions, la amenaza de uno puede conllevar la anulación del riesgo del otro.

El curso pasado Zinedine Zidane parecía tenerlo clarísimo. Basta con repasar los goles del Madrid. En el 1-0, Kroos lanza desde su campo un pase larguísimo a la espalda de Trent Alexander-Arnold, a un lugar al que corre Vinicius, entre el lateral y Phillips, uno de los centrales de aquella noche. El brasileño se cuela entre ellos, controla con el pecho ya situado por detrás del inglés, y marca. Solo nueve minutos más tarde, Kroos insiste en enviar la pelota a un punto detrás de Trent, al que esa vez corre Mendy. El inglés trata de retroceder, y en el trayecto cabecea hacia atrás, adonde se encuentra Marco Asensio: 2-0.

En el tercer gol del Madrid, el 3-1, también volvieron a cruzarse Vinicius y Trent, esta vez en el área. El brasileño, que estaba vigilado por el lateral, se movió de nuevo a un espacio entre él y Philips, y allí le encontró el pase de Modric, que envió a la red.

Aquella fue la primera noche de gran fuste de Vinicius con el Madrid, una velada en la que anunció algo que ha terminado de desplegar esta temporada: el equilibrio entre el vértigo, la pausa y la definición.

El partido contra el Liverpool en Valdebebas anticipó también otra de las transformaciones del brasileño: comprobó que resultaba mucho más dañino atacando zonas más centradas, como en su primer gol; y más cerca del área, como en el segundo.

El salto del brasileño se puede medir a través de muchos números, por ejemplo con la cantidad de goles en los que ha participado, al sumar tantos y asistencias: en la temporada 2020/21 fueron 13 (6 y 7), y en la 2021/22 lleva 41 (21 y 20). Pero también se puede volver a las jugadas que pone en marcha y terminan en tiro: el año pasado eran 3,2 cada 90 minutos, y este casi el doble, 5,7. No solo marca más, sino que resulta mucho más amenazante.

Benzema, que ha cambiado esta temporada su discurso sobre el brasileño, el martes en Valdebebas se mostró totalmente rendido: “Se habla del mejor jugador del mundo y no se menciona a Vinicius, que ahora está en el top 5. Mete goles importantes, hace jugadas, hace todo. Puede ganar el partido él solo”, dijo. “Puede ser más decisivo, tiene una magia muy importante”.

Trent también ha mejorado en ataque, pero menos: ha pasado de fabricar 3,6 tiros por partido a 4,7. Uno es la amenaza del otro, pero curiosamente el brasileño, un atacante nato, exhibe más empeño defensivo que el inglés, un defensa sobre el papel. Si se toman todos los partidos de los últimos 365 días, como hace fbref.com, se ve que Alexander-Arnold presiona al rival 8,8 veces por partido: poquísimo. El 94% de los laterales de las cinco grandes ligas se emplea más que él. Enfrente, en el mismo pasillo, Vinicius presiona 19,4 veces por partido: solo el 29% de los extremos lo hacen más a menudo.

La amenaza de Trent parece también uno de los puntos débiles del Liverpool si enfrente corre Vinicius. Ancelotti le señaló el camino hace pocos días: le dijo que debía usar la velocidad más al espacio y menos con el balón. Como en el primer gol al Liverpool el año pasado. El brasileño hace tiempo que mastica la final: “Tengo todo pensado, lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer”, dijo el martes.

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