Ansu Fati espabila al veterano Barcelona ante el Betis
Los azulgrana, sostenidos por Araujo y un gol de Jordi Alba, sellan su clasificación europea ante un cansado equipo de Pellegrini
Hay victorias que se explican solo por los goles, también en el Barcelona, que ha dejado de jugar al fútbol, desganado y angustiado, nada que ver con aquel equipo que anunció su vuelta a la estela de Xavi y de Laporta después de ganar al Atlético, conquistar el Bernabéu y abatir el Sevilla. Los azulgrana se han ido antes de tiempo, derrotados por el Eintracht, el Rayo y el Cádiz y deseosos de que acabe ya una temporada de mínimos, cerrada a última hora en el Villamarín con una victoria sorpresa, casi sin querer, que certifica su clasificación ...
Hay victorias que se explican solo por los goles, también en el Barcelona, que ha dejado de jugar al fútbol, desganado y angustiado, nada que ver con aquel equipo que anunció su vuelta a la estela de Xavi y de Laporta después de ganar al Atlético, conquistar el Bernabéu y abatir el Sevilla. Los azulgrana se han ido antes de tiempo, derrotados por el Eintracht, el Rayo y el Cádiz y deseosos de que acabe ya una temporada de mínimos, cerrada a última hora en el Villamarín con una victoria sorpresa, casi sin querer, que certifica su clasificación para la Champions.
Jordi Alba selló con una volea extraordinaria el pase azulgrana para la próxima edición de la Copa de Europa después de un centro cruzado de Dani Alves. El pie derecho del brasileño y la zurda del catalán expresaron el momento del Barça. Los veteranos se reivindican en los partidos decisivos para suerte de la tesorería del Camp Nou. Los que más cobran son los que más han ayudado también a alcanzar la competición reina de Europa. No hay clase media ni futbolistas diferenciales, sino jugadores conocidos que pasan cuentas como Busquets, Piqué y Jordi Alba.
El Betis se quedó pasmado en plena celebración de la Copa. Nunca pensó perder un encuentro que se olvidó de ganar cuando los azulgrana deambulaban por el Villamarín. La sensación era que la victoria caería de su lado en un pase filtrado de Fekir, una maniobra de Canales, una internada de Juanmi o un quiebro de Borja Iglesias. A los verdiblancos les pudo la resaca y puede que la confianza, también la falta de acierto, sorprendidos seguramente por cómo les quemaba la pelota a los muchachos de Xavi. Las pérdidas de balón fueron continuas en el Barça.
El partido empezó con un cara a cara de los jugadores con Mateu Lahoz. Verdiblancos y azulgrana entendieron después de mirar al árbitro en cada una de sus caídas que las faltas serían las mínimas y el ritmo podía ser máximo si los dos equipos aceptaban el fútbol físico y directo, con llegadas continuas a las porterías, las dos defendidas por los suplentes después de la gastroenteritis de Ter Stegen -ni siquiera viajó a Sevilla- y la temprana lesión de Bravo. El ir y venir, muy entretenido para el aficionado y el espectador, duró poco por la dimisión del Barça.
El Betis profundizaba bien por los costados, mal defendidos por el Barça, sobre todo el de Dani Alves. Los laterales azulgrana no cerraban bien, descoordinados con los centrales, y los verdiblancos forzaban el juego interior con los excelentes movimientos de Fekir y Canales, muy bien sujeto el equipo por Guido. El poste devolvió un tiro precisamente del argentino de la misma manera que el larguero y la mano de Rui Silva respondieron a un cabezazo de Araujo, poderoso en las dos áreas, más imprescindible que nunca ante la ausencia de Piqué
El ataque azulgrana, sin embargo, era menos sostenido, muy dependiente de Dembélé, un extremo que desequilibra con el regate y el cambio de ritmo y, por el contrario, acaba mal las jugadas porque no precisa el centro, alejado de Memphis y también Ferran, el jugador bandera de Xavi, situado de delantero centro en lugar de Aubameyang. Ferran ya no sabe dónde ponerse en un equipo que perdió gol después de vaciar su cargador en el Bernabéu. El atacante de Foios ni siquiera acabó el partido, desacertado en situaciones de ventaja, empequeñecido frente a Ansu Fati.
El desinterés barcelonista contagió al fatigado Betis y el partido decayó ante la sorpresa del Villamarín. A la hinchada le costó poner atención al encuentro cuando se acababa la Feria de Abril. No había más jugador en el bando azulgrana que Araujo, corrector de las múltiples pérdidas de balón, mientras que los verdiblancos se animaron con Juanmi. Aunque el partido se pudo estupendo para el Betis, a los jugadores de Pellegrini les faltó ánimo, fuerza y precisión, aparentemente saciados con la Copa y poco ambiciosos en su búsqueda de la Champions.
El balón no paraba de rondar a Neto cuando Xavi optó por cambiar a los tres delanteros y el choque se abrió: marcó Ansu Fati, siempre aliado con el gol; empató Bartra a la salida de una falta -los azulgrana se vencen en las jugadas de estrategia contra cualquier rival de la Liga- y decidió en el descuento Jordi Alba.
La efusiva celebración del gol manifestó el alivio que sintieron los azulgrana porque finalmente se han clasificado para la Champions. La plantilla, sin embargo, necesita una amplia reforma si el Barça quiere recuperar el fútbol y el estilo del que siempre presumió desde la llegada de Johan Cruyff. Los goles de los veteranos y la participación de los jóvenes de la Masia delatan que la mayoría de los fichajes no son acertados o son jugadores de entretiempo que difícilmente servirán para competir en la Champions. La mejor noticia fue ya conocida: no hay mejor goleador que Ansu Fati.
El delantero salió a la cancha y despabiló a un equipo que dejaba pasar el tiempo en la Liga. A falta de fútbol y de jugadas, se imponen los goles y alrededor de Ansu Fati siempre hay ocasiones como se constató en el Villamarín.
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