Ter Stegen está en las dos áreas
El portero del Barcelona para un mano a mano ante Morales, detiene un penalti a Roge y casi da dos asistencias de gol
Se tiró abajo a la derecha para detener el penalti, para reanimar a un Barcelona que estaba en coma. Todos los compañeros se acercaron a felicitarle, ninguno como Eric García porque había cometido la infracción. Marc-André Ter Stegen (Mönchengladbach, Alemania; 29 años) aceptó las palmaditas en la espalda pero pidió tensión, más fútbol. Y el Barça no se lo negó, sobre todo porque si estaba en pie ante el Levante era porque él había hecho de todo en el partido. “Ese penalti ha sido una gran parada y, desde ahí, hem...
Se tiró abajo a la derecha para detener el penalti, para reanimar a un Barcelona que estaba en coma. Todos los compañeros se acercaron a felicitarle, ninguno como Eric García porque había cometido la infracción. Marc-André Ter Stegen (Mönchengladbach, Alemania; 29 años) aceptó las palmaditas en la espalda pero pidió tensión, más fútbol. Y el Barça no se lo negó, sobre todo porque si estaba en pie ante el Levante era porque él había hecho de todo en el partido. “Ese penalti ha sido una gran parada y, desde ahí, hemos empezado a creer más en lo que hacíamos, nos ha dado fuerza”, dijo Aubameyang. “El penalti que ha parado Marc ha sido muy clave para ganar”, añadió Pedri. “Ha marcado la diferencia, con esa parada ha cambiado la dinámica del partido”, remató Xavi.
Cuando llegó al Camp Nou, a Xavi le preocupaba muchísimo que los rivales tan solo dejaran a tres defensas en la línea porque con la presión adelantada ponían en demasiadas dudas al Barça, que salía pocas veces airoso con el balón jugado desde atrás, porque no lo trabajaba y porque se había perdido por el camino el juego de posición. Por eso, en el mercado de invierno el técnico azulgrana pidió delanteros tan rápidos como habilidosos, caso de Ferran Torres, Adama y Aubameyang. “¡A ver quién se atreve ahora a dejarnos solo a tres atrás!”, se felicitaban por los pasillos de la Ciudad Deportiva, convencidos de que con estos fichajes podrían fijar las zagas. Y así ha sido de forma categórica. Hasta que en el Ciutat de València lo hizo el Levante. Un atrevimiento que pilló a trasmano al Barcelona y que por poco le sale caro. “No hemos estado bien en la primera porque nuestro objetivo es jugar en campo contrario y con su presión no hemos sabido aprovechar porque nos hacían hombre a hombre. Pero sin jugar bien también hemos ganado”, reconoció Xavi.
Resulta que el entrenador del Levante, Alessio Lisci, exigió a sus jugadores que hicieran el acoso adelantado y que marcaran al hombre. Por lo que un central granota salía de sitio para coger al interior más adelantado, casi siempre Rubén Vezo sobre Nico. Una estrategia que negaba espacios y metros a los azulgrana, preocupados porque ya no podían generar superioridades con el balón en los pies. Una artimaña que también asumía muchos riesgos porque de librarse del marcador podían plantarse en el campo rival con uno más, también porque dejaban a tres defensas para tres delanteros tan rápidos como Ferran, Aubameyang y Dembélé. Pero el peligro lo ponía el Levante, como ese mano a mano que Ter Stegen salvó con una parada propia de balonmano.
Pronto lo entendió Xavi, que pidió al equipo que lanzara en largo, que buscara las espaldas de los defensas. “Teníamos que peinar alguna”, explicó Xavi; “pero no ha salido”. Orden complicada para Araujo —que domina todos los recursos defensivos pero le falla el toque— y necesidad que por una vez se le atragantó a Eric García, sensacional en el desplazamiento largo por lo general. Así que quarterback era el portero.
“Marc nos está dando mucho con el primer pase y con el desplazamiento largo porque sabe encontrar a los jugadores libres”, le reconocía Xavi al principio, cuando el portero no atravesaba por una buena época bajo los palos. “¡En largo, en largo!”, le gritó ayer ante el Levante. No en vano, el meta ya dio en 2019 dos asistencias de gol en Liga, una ante el Getafe a Luis Suárez y otra frente al Mallorca a Griezmann. Y casi repite en el Ciutat de València, siempre hacia Ferran Torres porque no hay nadie que ataque mejor el espacio. En un desmarque de ruptura, le faltó poco para absorber el balón, para quedarse solo ante Cárdenas. Y en una diagonal sí que recibió por detrás de la zaga rival, pero se escoró demasiado y cruzó poco el disparo.
Sin premio ni puntería, llegaron dos penaltis para el Levante: uno que cometió Alves por meter el brazo sobre el rival; y otro que hizo Eric García por despegarlo del cuerpo. El segundo lo detuvo Ter Stegen y con eso bastó para insuflar ánimos al equipo, para que Aubameyang y Pedri le dieran la vuelta al encuentro. Ocurrió que Lenglet cometió otra pena máxima y volvieron las tablas al partido hasta que Luuk de Jong marcó sobre la bocina para alargar a 15 los partidos sin conocer la derrota en la Liga, los siete últimos con victoria. Aunque pocos como este, pues fue el único triunfo en la historia de la competición con tres penaltis en contra.
“Luuk de Jong tiene un martillo en la cabeza”
Desde que llegó Xavi al Barcelona, los suplentes han marcado 14 goles en los 28 partidos disputados. Frente al Levante lo hizo Pedri y, en lo que ya es una tradición, también Luuk de Jong. Con este técnico en el banquillo su media es de un tanto cada 83 minutos sobre el césped. “Me siento bien, realmente bien... Marcar siempre es fantástico, pero hacerlo en el último minuto es especial. Lo he hecho varias veces en mi carrera y es maravilloso”, reconoció el delantero holandés al concluir el encuentro. “Se lo merece, ha marcado la diferencia y aclara que por eso tenemos confianza en todos”, convino Xavi. “Luuk trabaja muchísimo, se deja la vida en los entrenamientos. Es un gran profesional y por eso estamos muy felices por él”, se sumó Pedri.
A De Jong tampoco se le borraba la sonrisa. “Es que fue duro no poder estar con el equipo ante el Sevilla [está cedido desde el Pizjuán] por la covid, era un partido especial. Pero estoy feliz por haber vuelto y hacerlo con un gol”, señaló el ariete, que amplió: “Aguardo a mis oportunidades, las busco y ante el Levante he podido hacerlo con una de mis virtudes, que es el remate de cabeza”. Condición que le reconoció Pedri: “Tiene un martillo en la cabeza”.
Luuk lo tiene claro: “El equipo sabe que cuando entro en el campo, puede cambiar de registro y tirar bolas al área porque eso se puede convertir en peligroso”. No le falta razón al holandés, que suma cinco tantos con la testa de los siete que lleva —es el tercer máximo goleador tras Memphis y Aubameyang (10)— al tiempo que ha dado al Barça un total de ocho puntos: tres ante el Mallorca y Levante, además de uno ante el Granada y el Espanyol.
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