Carlos Alcaraz traspasa otra frontera
El murciano, de 18 años, llevó al límite a Nadal y reforzó su candidatura a discutir el presente y liderar el futuro: “Creo que estoy listo, ahora sé cuál es mi nivel”
Más allá de la pirotecnia, debates generacionales, el morbo ante un posible giro del relato y el resultado puntual que pudiera darse, el duelo entre Rafael Nadal y Carlos Alcaraz en la semifinal de Indian Wells (6-4, 4-6 y 6-3 favorable al primero) suponía la prueba del algodón. Un test de máxima envergadura para el murciano, que a sus 18 años viene ofreciendo indicios más que sólidos de que, como señalan profesionales y especialistas, el tenis está alumbrando al siguiente gran juga...
Más allá de la pirotecnia, debates generacionales, el morbo ante un posible giro del relato y el resultado puntual que pudiera darse, el duelo entre Rafael Nadal y Carlos Alcaraz en la semifinal de Indian Wells (6-4, 4-6 y 6-3 favorable al primero) suponía la prueba del algodón. Un test de máxima envergadura para el murciano, que a sus 18 años viene ofreciendo indicios más que sólidos de que, como señalan profesionales y especialistas, el tenis está alumbrando al siguiente gran jugador. Cuanto menos, a uno especial, singular, diferente. Hacía mucho que no se veía un despertar similar o esa manera de romper la bola que tiene Alcaraz, que ante la gran prueba respondió con un órdago a la grande.
Hasta ahora, el chico del Palmar se había enfrentado y, en algunos casos, vencido a varios tenistas de perfil elevado (Stefanos Tsitsipas, Matteo Berrettini, Alexander Zverev, Daniil Medvedev…), pero el choque californiano con Nadal representaba un baremo definitivo para calcular sin filtros dónde está, hacia dónde va y si, como se escribe, se asegura y se repite, tiene un potencial real como para acelerar el tiempo y convertirse en una amenaza firme para el status quo que el tenis mantiene desde que el propio Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic abrieran un ciclo tiránico hace más de 15 años.
El resultado fue concluyente: hoy día, Alcaraz está para competir contra cualquiera, a un nivel superior al que indica su ranking (16º) y suficiente como para poner contra las cuerdas el mismísimo Nadal, que escapó de la encerrona y se aferró al catálogo del oficio para sortear una situación límite. El campeón de 21 grandes, de 35 años, ganó a los puntos y contuvo la desatada ascensión de su heredero, pero este demostró que puede tirar la puerta en cualquier momento. En términos de relevo, el murciano dio un acelerón a ojos del mundo entero y en unas circunstancias más que complicadas.
“Lo del segundo set no era tenis, simplemente sobrevivíamos”, se refirió a las violentas rachas de viento que ensuciaron la semifinal. Pero en la pista, ni mu. Actitud, actitud y más actitud. “La primera vez que jugamos [mayo de 2021, en Madrid] me destruyó, pero ahora estoy más cerca. Creo que estoy listo, ahora sé cuál es mi nivel. Ha sido duro, pero me voy contento con la actuación. Ahora sé cómo jugar contra este tipo de jugadores, siento que ya formo parte de este nivel. Creo que voy a jugar mucho contra Rafa y los mejores este año”, aventuró el joven que deslumbra e impacta a todo el mundo.
Durante más de tres horas, Alcaraz tuteó al rey de reyes y le condujo hacia la exasperación. A Nadal le molestaba el viento –”era casi injugable, y el problema es que no hay una regla para eso”–, pero todavía más la salvaje ofensiva de su rival. “Carlos tiene todos los tiros. Puede ser muy agresivo o bien defenderse, porque es súper rápido. Es difícil pararle porque su calidad de bola es muy alta. Lo traté como si jugara contra uno de los mejores ocho jugadores de este año. En cuanto al nivel, esa fue mi sensación. Lo vi jugar durante toda la semana y creo que su nivel es top”, radiografió el de Manacor.
Aunque hubiera protagonizado varios pelotazos previos y siga mordisqueando récords de precocidad, el embate contra Nadal fue la gran presentación mundial de Alcaraz, una joya que, en palabras del gran icono español, “lo tiene todo para convertirse en un gran campeón”. De momento, esta semana irrumpirá en Miami con una proyección bien diferente. Después de lo demostrado en Indian Wells, el tenis sospecha que se avecina un golpe de magnitud a corto o medio plazo. Y mientras tanto, él sigue a lo suyo y advierte: “Ahora sé qué debo hacer”.
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