El hechizo inagotable de Nadal
El español levanta un 5-2 adverso en el set definitivo contra Korda (6-2, 1-6 y 7-6(3) y se cita con Evans. Alcaraz logra su primer triunfo californiano y Badosa no falla
Rafael Nadal resopla, niega, lamenta. Sufre, pero finalmente se rebela e impone su gigantesco halo ganador contra el inalterable Sebastian Korda, que acaricia la victoria y al final se derrite. No es nuevo: la estampa del español produce mal de altura. 5-2 en contra en el tercer set, el de Manacor se levanta, se redimensiona y reacciona en toda su extensión para darle la vuelta al parcial y lograr otra victoria adornada con la épica, la 16ª consecutiva en este arranque de temporada para enmar...
Rafael Nadal resopla, niega, lamenta. Sufre, pero finalmente se rebela e impone su gigantesco halo ganador contra el inalterable Sebastian Korda, que acaricia la victoria y al final se derrite. No es nuevo: la estampa del español produce mal de altura. 5-2 en contra en el tercer set, el de Manacor se levanta, se redimensiona y reacciona en toda su extensión para darle la vuelta al parcial y lograr otra victoria adornada con la épica, la 16ª consecutiva en este arranque de temporada para enmarcar. El 6-2, 1-6 y 7-6(3), tras 2h 29m, le empareja en la siguiente ronda con el británico Daniel Evans (6-2 y 6-0 a Federico Coria).
Da igual que luzca de rosa, de amarillo, de verde o de naranja, como estos días en Indian Wells. Nadal es Nadal, un martirio para el que se pone enfrente. Korda, hijo de Petr, campeón del Open de Australia de 1998, no estuvo lejos de lograr lo que no ha conseguido hasta ahora ningún jugador en este 2022, pero a la hora de la verdad perdió finura y el español alcanzó ese punto en el que, ocurra lo que ocurra, siempre encuentra la solución. El estadounidense, de 21 años y 38º del mundo, lo tuvo contra las cuerdas, pero Nadal volvió a ejercer de milagrero y escapó a una situación prácticamente desesperada.
Korda viene emitiendo buenas señales desde hace tiempo. Tiene golpes, probablemente una de las derechas más veloces del circuito y un magnífico resto. Durante un rato desubicó al campeón de 21 grandes y se situó en un escenario de privilegio para ganar el partido, pero no supo ni pudo ponerle el lazo. Dudó, se encogió un poco y eso le privó del sueño. Aun así, le queda el consuelo de haber exprimido al balear, impoluto en este primer tercio de la temporada: son 16 victorias, tres trofeos (Melbourne, Open de Australia y Acapulco) y la sensación de que en estos momentos es prácticamente inabordable.
Nadal logró escapar de un lío más que considerable. Había guiado con solvencia el partido y atado con seguridad el primer parcial, pero titubeó en la continuación con el servicio (ocho dobles faltas al final) y Korda, que apunta alto y va ganando poso, empezó a imponer su aceleración y su fabulosa capacidad al resto. Se rebeló el norteamericano y logró arrinconarle. Sin embargo, en esa franja crítica que controla como nadie, el español, titanio competitivo, le dio una bofetada y remontó dos breaks (del 5-2 al 5-5) para sentenciar después en el desempate y salir muy reforzado anímicamente del choque.
Renuncia a Miami
De esta forma, Nadal ya enlaza 16 triunfos consecutivos y prolonga su extraordinario arranque de curso, en el que lo ha ganado todo y se erige como el gran dominador. “Lo siento por él [Korda]. Cuando te sale todo, como a mí ahora, sueles sacar adelante partidos como este, pero probablemente él mereció más la victoria que yo. En este tipo de partidos, probablemente vas a perder 90 de cada 100, pero si te rindes, serán 100; si sigues ahí tienes esa opción del 10%. Intentaré jugar mejor el próximo día”, expuso el número cuatro. Turno ahora para Evans, al que se ha enfrentado en dos ocasiones; ambas hace tres años, en Barcelona y Canadá, y de ambas salió airoso.
Antes del estreno, Nadal adelantó que no competirá posteriormente en el Masters 1000 de Miami (a partir del 23 de marzo), por lo que apostará por el descanso y priorizará la preparación de cara a la gira de tierra batida que comienza en Montecarlo el 10 de abril.
El de Manacor progresó, como también lo hicieron el joven Carlos Alcaraz, que firmó su primer triunfo en el Valle de Coachella (doble 6-3 a Mackenzie McDonald) y encadena siete desde que conquistase la arcilla de Río de Janeiro, y Roberto Bautista, superior a Jeffrey John Wolf (6-3, 6-7(3) y 7-6(5). Ambos chocarán el lunes. También empezó con buen pie Paula Badosa, defensora del título y que este sábado superó a la checa Tereza Martincova por 6-2 y 7-6(4), en 1h 35m. En la siguiente estación le corresponde un duelo con su amiga Sara Sorribes (3-6, 7-5 y 6-3 a Kaja Juvan).
Como contrapartida, se despidieron Alejandro Davidovich (4-6, 6-4 y 6-2 favorable a Denis Shapovalov) y Pedro Martínez (doble 6-3 para Cameron Norrie). Al inicio del día, Garbiñe Muguruza encajó una estrepitosa derrota contra Alison Riske, que le endosó un parcial de 12-1 cuando había cedido el primer set en blanco y procesaba una serie adversa de 0-9. Al final, 0-6, 6-3 y 6-1 para la tenista local.
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