El Barça empata ante el Espanyol sobre la bocina

El equipo azulgrana marca en el primer y último minuto del encuentro para firmar las tablas en el derbi frente a un rival que encontró la mejor versión de Raúl de Tomás

El gol de Pedri.ALBERT GEA (REUTERS)

En la última jugada del encuentro, Adama levantó la cabeza y mandó un centro al área chica, donde se erigió Luuk de Jong para poner la cabeza y el remate picado, también el gol que salvó al Barcelona del fracaso en el derbi. Un tanto sobre la bocina que bien valió el empate frente a un Espanyol que no se arrugó en momento alguno, intenso y bien plantado, saneado en defensa y con ataques esporádicos. Casi siempre liderados por Raúl de Tomás, todo un incordio al que la defensa azulgrana no supo echarle el lazo.

El equipo azulgrana empezó de la mejor de las maneras, pue Pedri hizo un gol ...

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En la última jugada del encuentro, Adama levantó la cabeza y mandó un centro al área chica, donde se erigió Luuk de Jong para poner la cabeza y el remate picado, también el gol que salvó al Barcelona del fracaso en el derbi. Un tanto sobre la bocina que bien valió el empate frente a un Espanyol que no se arrugó en momento alguno, intenso y bien plantado, saneado en defensa y con ataques esporádicos. Casi siempre liderados por Raúl de Tomás, todo un incordio al que la defensa azulgrana no supo echarle el lazo.

El equipo azulgrana empezó de la mejor de las maneras, pue Pedri hizo un gol en un santiamén, nada más comenzar el encuentro. Poco más de un minuto tardó el canario en desgajar al rival, después de un cambio de orientación de Piqué, una carrera de Adama, un centro de Alba y un remate con la llegada desde la segunda línea de Pedri. Cachetada de realidad para el equipo blanquiazul pero no para tumbarle, pues tenía la autoestima por las nubes después del masivo recibimiento de su afición al estadio, mar de bengalas y cánticos por bandera.

No bajó los brazos el Espanyol tras el tanto de Pedri y trató de llegar al área rival con la profundidad de Pedrosa y el reparto de Darder, casi siempre con Raúl de Tomás como receptor, por más que no estuviera atinado de inicio en el disparo. Uno se le fue desviado y el otro a la maraña de piernas rivales. Pero el fútbol no era atildado ni fluido: el Espanyol era muy intenso y defendía de maravilla al tiempo que atacaba con poco; y el Barcelona no encontraba con facilidad las líneas de pase, solo refugiado en las carreras por la derecha de Adama. Y cuando llegó por el otro costado la acabó el mismo Adama, un fuerte disparo que repelió Diego López como pudo, excelente en la intervención.

Pero De Tomás tiene mucha calidad y le bastaba con que le enviaran melones. Él los pinchaba y protegía hasta la llegada de sus compañeros. Como en esa ocasión justo antes del entreacto, que cedió el esférico a Darder para que batiera a Ter Stegen desde fuera del área. Nada que cambiara los planes del Barcelona tras la reanudación, pues seguía con el balón en los pies y sin el ingenio para deshacer el entramado defensivo rival. Así, a falta de fútbol, el Barça pedía un ejercicio de fe y eso le sobra a Gavi, que de una jugada embarullada sacó petróleo al marcar un tanto que al final anuló el VAR.

Poco o nada más daba de sí el Barcelona y a De Tomás todavía le quedaba por dejar su huella en el derbi. Fue después de un pase de Darder por encima de la defensa -de nuevo retratado Eric García al quedarse clavado-, control estupendo y definición mejor para marcar el segundo gol blanquiazul. Éxtasis del Espanyol y descomposición azulgrana hasta que Xavi decidió usar el recurso Luuk de Jong. El holandés atacó primero un centro de Dembélé y se le marchó alto. Pero en el segundo, en el de Adama, hizo diana. Y así se cerró el derbi, con un empate sobre la bocina.

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