Angustioso Barcelona
Luuk de Jong evita con un cabezazo en el minuto 96 la victoria del Espanyol en un derbi más físico e igualado que bien jugado
La cabeza de Luuk de Jong se levantó en el área de Diego López en la última jugada del derbi, en el sexto minuto añadido, y silenció el RCDE Stadium. Al Espanyol se le escapó un partido que tenía ganado, igual que le pasó contra el Atlético, después de la dimisión de la artillería titular del Barcelona y la expulsión de Piqué. Nadie celebró el empate en el Barça. A fin de cuentas, el resultado remite al equipo a tiempos pasados, cuando pensaba ceder a su goleador neerlandés al Cádiz y Ferran, Aubame...
La cabeza de Luuk de Jong se levantó en el área de Diego López en la última jugada del derbi, en el sexto minuto añadido, y silenció el RCDE Stadium. Al Espanyol se le escapó un partido que tenía ganado, igual que le pasó contra el Atlético, después de la dimisión de la artillería titular del Barcelona y la expulsión de Piqué. Nadie celebró el empate en el Barça. A fin de cuentas, el resultado remite al equipo a tiempos pasados, cuando pensaba ceder a su goleador neerlandés al Cádiz y Ferran, Aubameyang y Adama ya rondaban por el Camp Nou.
No hubo mejor delantero en Cornellà-El Prat que Raúl de Tomás. El ariete fue un artista en un duelo muy físico, más emocionante que futbolístico, pobre desde el punto de vista del pendular Barcelona. No hay manera de que los azulgrana se estabilicen para asegurar la zona Champions. La precipitación aboca a los barcelonistas a encuentros desbocados y sin sentido por más empeño que ponga Adama. La hinchada blanquiazul nunca había estado tan convencida de la victoria desde que por última vez se tumbó a los azulgrana en Montjuïc en 2007.
Alejado de la cabeza y de la cola de la tabla, desestresado y también ninguneado en un torneo que le resulta muy largo, el Espanyol se ha columpiado en el limbo de la Liga, hasta que cuatro derrotas y un empate irritaron a la hinchada, que aún no ha visto ganar a su equipo en 2022. Juega el equipo a la carta y solo se motiva para retos concretos, ninguno tan estimulante como el de enfrentarse al Barça después de derrotar al Madrid y perder por la mínima y de penalti en el Camp Nou. Los blanquiazules recuperaron la autoestima ante un mal Barça.
Aunque ocupan la misma demarcación, Dest se parece muy poco a Alves, sobre todo porque el pie del estadounidense nada tiene que ver con el del brasileño, mejor técnica y tácticamente, un jugador que calza como un guante en el ideario de Xavi. El cambio obligado por la sanción de Alves disminuyó la fluidez del juego del Barcelona. No sabía muy bien qué hacer Dest en una formación que mantenía el mismo frente de ataque que contra el Atlético. La versatilidad de Gavi ayuda a cuadrar la alineación con Frenkie de Jong y los centrocampistas vuelven a ganar protagonismo mientras hasta seis delanteros se sientan en el banquillo junto a Xavi.
La formación azulgrana era tan natural como desajustada mientras que la de Vicente Moreno parecía más compleja y flexible porque a los jugadores no les dio tiempo siquiera a situarse cuando marcó Pedri. El interior remató en el segundo palo un centro de Alba tras una recuperación de Busquets. La presión, tan inmediata como agresiva después de la pérdida del balón, funcionaba mejor que la elaboración en un equipo que atacaba por los costados con Alba y Adama. El Espanyol intentaba tocar más el cuero y, sin embargo, era más blando y menos intenso que el Barça.
A los azulgrana les preocupa tanto acabar las jugadas como impedir las transiciones del contrario, reiterativos en las faltas, dispuestos a afirmarse a cambio de negar al rival en su feudo del RCDE Stadium. El derbi se convirtió en una pelea muy brava, de mucho desgaste, presidida por el cuerpo a cuerpo, terreno áspero para exquisitos como Raúl de Tomás. Justo cuando entró en juego el ariete empató el Espanyol. El delantero encaró a Araujo y cedió para Darder, que remató de rosca al palo izquierdo de Ter Stegen, menos efectivo que Diego López. El empate llegó precisamente después de que el meta blanquiazul le sacara un tiro a quemarropa de Adama.
Un gol anulado clave
La defensa blanquiazul temblaba más que la azulgrana porque Gavi superaba a Aleix Vidal y no paraba de incordiar Adama. El partido, sin embargo, quedaba abierto porque no había barcelonista que sujetara a Darder. Nadie gobernaba tampoco la contienda ni tiraba la línea de pase y serenaba la atolondrada ofensiva del Barcelona. El interés era máximo y en cambio el fútbol resultaba mínimo en el bando azulgrana para suerte del Espanyol. Xavi, sin embargo, mantuvo el plan de partido después de la lesión de Araujo, sustituido en el descanso por Eric García.
No encontraban los azulgrana un rematador a los centros que ponía Adama. Ferran no está en forma después de su lesión y pasó de puntillas por la montonera en la que se convirtió el área del Espanyol por el esfuerzo de Adama. Moreno no tardó en mover el banquillo después de que el VAR anulara un gol de Gavi por fuera de juego de Frenkie de Jong. La acción acabó por destemplar al ofuscado Barça, que además concedió un segundo tanto por un error de Eric, retratado por Raúl de Tomás después de una asistencia de Darder.
La sangre fría del ariete, tan preciso en el control con el pecho como en el disparo, contrastó con la desorientación del central del Barcelona. Xavi no paró de poner delanteros en busca del empate después de disponer una defensa de tres centrales: Aubameyang, Dembélé y al final Luuk de Jong, el único que fue capaz de cabecear ante Diego López. El quinto tanto del ariete evitó la caída del Barça, tan grandilocuente y ambicioso en su discurso como empequeñecido en la cancha, falto de futbolistas y de juego, sostenido solo por un ideario que no le sirvió siquiera para ganar en el RCDE Stadium.
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