Djokovic abandona Australia tras perder su recurso contra el Gobierno

El tribunal decide por unanimidad dar la razón al Ejecutivo sobre la retirada del visado al tenista serbio, no vacunado, que no podrá defender el título de 2021

El tenista serbio Novak Djokovic abandona este domingo su hotel en Melbourne, Australia.Foto: LOREN ELLIOTT (REUTERS) | Vídeo: REUTERS
Melbourne -

Después de permanecer 11 días en Melbourne, seis de ellos detenido y en aislamiento dentro de una habitación del Park Hotel, en el barrio de Carlton, Novak Djokovic ha abandonado Australia a las 12:30 (hora peninsular española, las 22:30 en Australia) de este domingo con un vuelo de Emirates rumbo a Dubái. La retirada del visado y su expulsión del país le impedirá defender el título de campeón del Abierto, que empezará mañana lunes y que le presentaba a él como principal reclamo. Según Scott Morrison, el primer ministro del país, la decisión se debe a motivos de salud y de interés público: “La decisión se ha adoptado por motivos de salud, seguridad y mantenimiento del orden, sobre la base de que era de interés público”. Djokovic, por su parte, ha declarado que está decepcionado con el fallo, pero que lo respeta.

Novak Djokovic (en el centro), camina en el aeropuerto de Melbourne antes de tomar el avión de vuelta a Europa.LOREN ELLIOTT (REUTERS)

Los abogados contratados por el serbio, de 34 años, no lograron convencer al tribunal de las Cortes Federales de que su cliente no supone una amenaza para la comunidad a pesar de no estar vacunado contra el coronavirus, y que tampoco alimenta el movimiento contrario a la vacunación. Como consecuencia de ello, el jugador ha tenido que abandonar el país. La decisión, adoptada por unanimidad por los tres jueces del tribunal, no era recurrible. De hecho, no está nada claro que Djokovic pueda ganar otro título en Melbourne, ya que la cancelación de su visado podría suponer una prohibición de viajar a Australia durante tres años, aunque el gobierno podría reducir o eliminar dicha sanción.

Así reaccionaba Djokovic, nueve veces ganador del Abierto de Australia, poco después de conocer la decisión del tribunal: “Estoy extremadamente decepcionado con el fallo del tribunal de desestimar mi solicitud de revisión judicial de la decisión del ministro de cancelar mi visa, lo que significa que no puedo quedarme en Australia y participar en el Abierto. Respeto el fallo de la corte. Me incomoda que el foco de las últimas semanas haya estado en mí y espero que ahora todos podamos concentrarnos en el juego y el torneo que amo. Me gustaría desearles a los jugadores, trabajadores del torneo, personal, voluntarios y seguidores todo lo mejor para el torneo. Finalmente, me gustaría agradecer a mi familia, amigos, equipo, simpatizantes, seguidores y mis compatriotas serbios su continuo apoyo. Todos ustedes han sido una gran fuente de fortaleza para mí”.

James Allsop, Anthony Besanko y David O´Callaghan, los tres jueces que presidieron la vista, dieron la razón a los servicios jurídicos del Gobierno de Australia, impulsados por la acción de Alex Hawke, el ministro de Inmigración, que el viernes ejerció la potestad que le otorga su cargo para, a título personal, volver a cancelar el visado del balcánico y recluirle de nuevo en el hotel de cuarentena en el que ya pasó cinco días; del jueves de la semana anterior hasta el lunes de esta.

Fue entonces cuando el juez Anthony Kelly lo dejó en libertad en primera instancia. Kelly concluyó entonces que Djokovic no tuvo tiempo suficiente para defender, ante los agentes que le dieron el alto en su desembarque, la validez de la exención médica expedida por la Federación Australiana de Tenis y que, sobre el papel, debía permitirle sortear los 14 días de cuarentena obligatorios para cualquier extranjero que quiera entrar en el país sin haber recibido antes la pauta completa de vacunación.

La liberación de Nole provocó la reacción inmediata de la Administración dirigida por Scott Morrison, el primer ministro, que activó todos los mecanismos a su disposición para poner en marcha una segunda deportación que finalmente se ha llevado a cabo este domingo. Las dos partes enfrentadas acordaron el sábado, durante la previa, que el conflicto lo resolvería un tribunal y no un solo juez, a costa de que el veredicto no contemplara la posibilidad de presentar ningún recurso.

En una escueta intervención de menos de cinco minutos, Allsop, que fue el encargado de presidir la mesa, comunicó la desestimación del recurso presentado contra la retirada del visado ejecutada por Hawke. “No forma parte de la función del tribunal el decidir sobre el fondo o la enjundia de la decisión [tomada por Hawke]. Por ello, la enmienda será desestimada”, sé limitó a decir, mientras emplazaba a todos los interesados a esperar “algún tiempo”, antes de poder acceder a un detalle de las conclusiones.

Hawke dijo, en cambio, sentirse satisfecho y ahondó en la cuestión de interés público: “Acojo con satisfacción la postura unánime de la Corte Federal, que defendió mi decisión de ejercer el poder bajo el amparo de la Ley de Inmigración y cancelar el visado del señor Djokovic, en interés público”. Y añadió: “Las Fuerzas Fronterizas de Australia nos han mantenido a salvo durante los tiempos de la pandemia, y eso ha dado lugar a una de las tasas de mortalidad más bajas que se han registrado, a las recuperaciones económicas más potentes y a los índices de vacunación más altos del mundo”.

“Una caza de brujas”

Para el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, Nole ha sido víctima de una caza de brujas. “Se lanzaron en un maltrato, una caza de brujas contra una persona y un país. Quisieron mostrar en Novak cómo funciona el orden mundial y qué pueden hacer contra cualquiera. Han maltratado a un tenista durante 10 días para entregarle al final una decisión cuyo contenido sabían desde el primer día”, afirmó Vucic.

Metido en un coche con el rostro descubierto, pero la mascarilla colocada, Djokovic salió a las ocho y media de la mañana (hora de Melbourne) del Park Hotel, donde pasó la última noche, escoltado por dos policías. Apenas tres minutos después, el vehículo en el que viajaba se metió en la Torre Rialto, el edificio en el que el bufete contratado, Hall & Wilcox, tiene la sede. Desde allí siguió un acto que comenzó a las nueve y media y se alargó hasta pasadas las dos y media de la tarde, con un receso de una hora para comer; que se llevó a cabo de forma telemática y en el que sus letrados se centraron en tratar de probar que las alegaciones de Hawke, las que motivaron su segunda detención, fueron “irreflexivas e irracionales”.

En palabras de Nicholas Wood, el abogado que llevó la voz cantante en defensa del número uno del tenis mundial y cuya exposición inicial se prolongó durante casi dos horas, no existía “ninguna evidencia de que la presencia del señor Djokovic provoque un efecto de incitación a la no vacunación, algo que sí puede darse como respuesta a la cancelación de su visado”.

Al igual que en el primer proceso, Stephen Lloyd fue el representante gubernamental que intervino en la audiencia, seguida a través de la red por más de 71.000 espectadores en algunos momentos. Lloyd se concentró en poner de relieve la voluntad expresa de no vacunarse de Djokovic y su papel de figura pública, para justificar así esa hipotética influencia que podría tener en la población, especialmente en aquel sector que todavía duda acerca de si administrarse o no la inmunización, o aquellos que no están convencidos de inyectarse la dosis de refuerzo. El Gobierno de Morrison, que se enfrenta a unos comicios generales en mayo, ha promovido en los últimos meses una política de vacunación masiva muy agresiva, que ha llevado a un 78% de los ciudadanos australianos a haber recibido ya la pauta completa, una cifra que pasa a ser del 92,5% entre los mayores de 16 años.

El aplicante (Djokovic) pudo vacunarse mucho antes de conocer su contagio, a mediados de diciembre. El hecho de no haberlo hecho refleja su voluntad de forma evidente. Por ello, el ministro considera que su permanencia en Australia puede motivar a otros a querer seguir su ejemplo, circunstancia que supondría un claro riesgo para la sociedad”, expuso el jurista, que también se refirió a la entrevista concedida por Djokovic al diario L´Equipe, el 18 de diciembre en Belgrado, el día después de haber recibido el resultado de la prueba PCR que confirmó su contagio.

“A pesar de ser consciente de haber dado positivo siguió adelante con el compromiso, e incluso se quitó la mascarilla en el momento en que se hizo la foto”, añadió Lloyd. Además de esa circunstancia, Djokovic mintió en su declaración de entrada en Australia: respondió que “no” a la pregunta de si había viajado en los 14 días anteriores a su llegada, el miércoles 5 de enero, cuando en verdad había estado tanto en Belgrado como en Marbella.

Terminadas las intervenciones de unos y otros, el tribunal dio por aplazada la vista con la esperanza de poder ofrecer un veredicto definitivo durante la tarde. El fallo que ha supuesto la expulsión de Djokovic de Australia llegó a las seis menos cuarto (hora australiana, las 7.45 hora peninsular española), casi dos horas después de que la organización del torneo —que el serbio ha ganado nueve veces— programara para la noche del lunes su partido de primera ronda, contra Miomir Kecmanovic. Ese encuentro no llegará a disputarse. La ATP ha anunciado que el puesto de Djokovic en el cuadro del Abierto lo ocupará el italiano Salvatore Caruso, colocado en el puesto 150 de la clasificación mundial.

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