Simeone: “Debemos subir la agresividad en las áreas”
El técnico del Atlético lamenta la debilidad de su equipo en el juego aéreo y, sobre todo, en las jugadas a balón parado
Cuando el colegiado señaló el pitido final los jugadores del Athletic saltaron de alegría (o del banquillo como si tuvieran un resorte) para reunirse todos en el círculo central, felices por descorchar la alegría porque no tienen tantas ocasiones de pelear por un laurel, por más que sean los vigentes campeones del torneo. A escasos metros de ellos transitaban casi en fila india los futbolistas del Atlético, todos con la cabeza gacha y el paso pesaroso, apenas con ganas para discutir la indolencia del equipo en las áreas. ...
Cuando el colegiado señaló el pitido final los jugadores del Athletic saltaron de alegría (o del banquillo como si tuvieran un resorte) para reunirse todos en el círculo central, felices por descorchar la alegría porque no tienen tantas ocasiones de pelear por un laurel, por más que sean los vigentes campeones del torneo. A escasos metros de ellos transitaban casi en fila india los futbolistas del Atlético, todos con la cabeza gacha y el paso pesaroso, apenas con ganas para discutir la indolencia del equipo en las áreas. Sobre todo en la suya, donde le entra un tembleque tremendo.
“El equipo no tiene fortaleza defensiva ni juego aéreo. Nos quita la posibilidad de estar más arriba en la Liga o de seguir en esta competición. Dos córners y dos goles”, se quejó con amargura Simeone. “Es difícil de explicar. Dos goles a balón parado y ya hemos encajado muchos”, se lamentó Oblak al acabar el partido, disgustado porque había hecho paradas sensacionales durante el partido para mantener al Atlético de pie. Pero ni con esas. “Cada derrota es muy dura, en esta ocasión más porque queríamos la Supercopa y no hemos hecho lo suficiente. Aunque las palabras no valen nada y hasta que no lo cambiemos no sirve de nada hablar. Es un momento duro”, añadió el meta.
Sucede que el Atlético hace aguas desde hace tiempo porque solo ha ganado seis de sus últimos 18 partidos, lejos de tener la fiabilidad defensiva que tanto le caracterizaba, pues en esta temporada ha encajado ya 24 goles en contra en la Liga —uno menos que en todo el curso anterior— y Oblak solo para la mitad de los remates que recibe.
Aunque poco tuvo que ver con el portero la derrota ante el Athletic. “En lo personal me veo bien, pero lo que queremos es resolver los goles encajados porque muchos llegan por fallos nuestros y no por mérito del otro equipo”, expuso Oblak; “hay que encontrar la respuesta a este problema porque de lo contrario va a ser complicado hasta final de temporada”. Así lo ve Simeone: “Buscamos mejorar y necesitamos mejorar. Está claro que tenemos que subir la agresividad en las áreas”.
Más que nada porque tampoco funciona el equipo en los aledaños de la portería rival, con Suárez seco en los últimos diez encuentros. Aunque fue, en cualquier caso, el único reclamo en la grada del King Fahad International Stadium. “¡Suárez, Suárez, Suárez!”, se escuchó antes de comenzar el duelo en las gradas. “¡Oeeeeee!”, se animó después la hinchada saudí cuando dijeron su nombre al leer desde la megafonía la lista de suplentes. Y hasta se levantaron de sus asientos cuando el uruguayo saludó antes de enfilar el túnel de vestuarios en el entreacto. Pero lo mejor fue cuando entró a falta de 20 minutos, todos aplaudiendo a rabiar.
Aunque poco más se alborozaron los vomitorios, por más que se esforzara en lo contrario Óskar Redondo, el fenomenal speaker contratado por la federación para la competición. Resulta que la jarana, fanfarria y pasión que se dio en el clásico una noche antes se difuminó de forma drástica en la segunda semifinal de la Supercopa, castigo a la Federación —y por extensión a los equipos— por exportar el trofeo. Tampoco repitieron acto de presencia el príncipe ni el rey del país. Así que la pasión se tornó en curiosidad, pues para ver al Atlético-Athletic no se reunieron más de 10.000 personas cuando en el Barcelona-Madrid se sobrepasó de forma descarada los 30.000 aficionados permitidos como determinaron las competencias sanitarias como medida contra la covid.
Un partido descafeinado en las gradas que, sin embargo, cogió color en el césped porque el Athletic le explicó al Atlético cómo se juega en las áreas. Y eso que el gol del Atlético también llegó tras un córner. “Pero perder a balón parado me da muchísima más rabia”, cerró Simeone.
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