Barcelona y Sevilla, tablas desde la esquina

Papu Gómez y Araujo marcan los goles después de dos saques de esquina

Piqué despeja el balón ante la presión de Rafa Mir durante el partido en el Pizjuán.Jose Manuel Vidal (EFE)

Comenzó el Barcelona con un fútbol vertical, sin adornos pero bien trenzado, apoyado en el juego por los costados para finalizarlo por dentro. Lo intentó en varias ocasiones Jutglà desde fuera del área, también Gavi, pero los disparos fueron todos torcidos. También lo probó De Jong con un cabezazo que Bono detuvo sin apuros y hasta Dembélé se animó con un remate lejano que exigió la mejor versión del portero rival. Pero no hubo festejo y el Sevilla le explicó al equipo azulgrana que esto se trata de tener pegada, también poderío en...

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Comenzó el Barcelona con un fútbol vertical, sin adornos pero bien trenzado, apoyado en el juego por los costados para finalizarlo por dentro. Lo intentó en varias ocasiones Jutglà desde fuera del área, también Gavi, pero los disparos fueron todos torcidos. También lo probó De Jong con un cabezazo que Bono detuvo sin apuros y hasta Dembélé se animó con un remate lejano que exigió la mejor versión del portero rival. Pero no hubo festejo y el Sevilla le explicó al equipo azulgrana que esto se trata de tener pegada, también poderío en las dos áreas. Así, Rafa Mir avisó -marcó un tanto bien anulado por fuera de juego- y Papu Gómez lo aclaró. Fue en un saque de esquina lanzado raso al punto de penalti, adonde llegó el argentino desde el segundo palo y tras despegarse de la marca de Abde. Chut raso y cruzado, gol y bofetada para el Barcelona.

No se rindió el equipo azulgrana, escudado sobre todo en las galopadas de un Dembélé que, sin embargo, no se salía airoso en los envites. Pero de tanto llegar, en el sexto córner lanzado en el primer acto y ya sobre la bocina, el francés puso el balón al primer palo para que Araujo saltara más que nadie y atacara la bola con fiereza para cruzarla y hacer inútil la estirada de Bono.

Decidió Lopetegui cambiar la presión en el segundo acto -de una zonal a otra más individual- y el Sevilla incomodó al Barcelona a la hora de sacar la pelota desde atrás. Pero el daño lo hacía a balón parado, como esa ocasión de Delaney tras un saque de esquina que por poco no embocó; o como esa otra poco después que el mismo Delaney cabeceó por encima del resto pero que se marcó alta. Pero cuando mejor estaba el Sevilla, a Koundé se le cruzaron los cables porque Alba le buscó las cosquillas al chocar con el pecho después de un saque de banda y este respondió de mala manera, lanzándole de mala gaita la pelota sobre la cabeza. Tarjeta roja directa y problemas para el Sevilla, que jugó los últimos 25 minutos con uno menos.

Se volvió entonces el Sevilla más agresivo y trató de romper el encuentro con faltas tácticas, sólido en defensa y en las ayudas a pesar de la inferioridad numérica. Replicó el Barça de nuevo con Dembélé con un disparo cruzado que no cogió portería por los pelos, también con profundidad de Abde, que sirvió un centro medido a Gavi pero la ocasión se esfumó en el remate, demasiado desviado. Aunque la mejor fue, de nuevo, de Dembélé, que hizo su clásica jugada de recibir en el costado, recortar hacia dentro y soltar un latigazo con la zurda que solo el poste escupió. Por lo que sin más premio para el Barcelona, el partido se quedó en tablas, unas que llegaron con dos saques de esquina.

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