El Barcelona se valida en Nervión

A los azulgrana les faltó pegada y talento para coronar su superioridad sobre un Sevilla desquiciado por las lesiones y la expulsión de Koundé

Barcelona -
Araujo se eleva sobre Fernando para poner el empate ante el Sevilla.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

Al creciente Barça de Xavi, que compite por atrapar al Rayo, todavía le falta cuerpo, talento y tiempo para ganar a los aspirantes al título como el Sevilla. Y el equipo de Lopetegui echa de menos a sus mejores futbolistas en su carrera para atrapar al Madrid y disputar el título de Liga. El liderato le queda ahora a cinco puntos después de defender un empate a uno en inferioridad numérica por la expulsión de Koundé. No tuvo acierto el Barcelona en el remate para coronar una actuación de mérito en Nervión. El tiro de Dembélé dio en...

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Al creciente Barça de Xavi, que compite por atrapar al Rayo, todavía le falta cuerpo, talento y tiempo para ganar a los aspirantes al título como el Sevilla. Y el equipo de Lopetegui echa de menos a sus mejores futbolistas en su carrera para atrapar al Madrid y disputar el título de Liga. El liderato le queda ahora a cinco puntos después de defender un empate a uno en inferioridad numérica por la expulsión de Koundé. No tuvo acierto el Barcelona en el remate para coronar una actuación de mérito en Nervión. El tiro de Dembélé dio en el palo en el arrebato final del Barça ante el desquiciamiento del Sevilla y la felicidad del Madrid. El partido, en cualquier caso, ayudó a los azulgrana a aumentar su autoestima y a merecer la consideración de los grandes del campeonato como el Sevilla. Ya no se trata de un ejercicio de propaganda o de endogamia después de encadenar dos buenos encuentros de Liga.

Xavi quedó tan contento del partido contra el Elche que repitió alineación en el Pizjuán. La única novedad fue la entrada de Piqué, sancionado el sábado, por Lenglet. La apuesta es que el rival no tiene por qué condicionar el plan azulgrana si se trata de que el equipo gane confianza y credibilidad, sobre todo en escenarios exigentes como Nervión. Al técnico le condicionan acaso las lesiones y la normativa que le obliga a descartar a uno de los cuatro jóvenes del filial para mantener las siete fichas obligatorias del primer equipo de acuerdo con el reglamento de la Liga. El sacrificado es Nico porque Jutglà no solo tiene gol sino que sus movimientos favorecen a volantes agresivos como Gavi y Abde se ha consolidado en la izquierda con Xavi.

Atacar con dos extremos puede ser una solución para enfrentar a un contrario falto de laterales obligado a improvisar en defensa por las muchas lesiones que suma el plantel de Lopetegui. Aparecieron Koundé y Rekik en los costados de Abe y Dembélé y Fernando formó como central con Diego Carlos. No hay, sin embargo, equipo más compacto que el Sevilla. El físico le ayuda también a negociar partidos largos y, además, es el segundo mejor local de la Liga tras el Rayo. No tiene en cambio la misma soltura para atacar, privado de sus mejores delanteros, más pendiente del fallo rival, paciente y expectante con el fútbol del Barça. El más dinámico y agresivo era Lopetegui. Al entrenador le superaba la pasividad de sus muchachos, destensados, erráticos en la salida del balón y sometidos por el valiente Barça.

Los azulgrana acamparon en la divisoria, tomaron el balón, gobernaron el partido y, aunque los tiros no cogían portería, empezaron a chutar a Bono. Asegurada la línea de presión, al Barça le faltaba profundidad para desequilibrar al Sevilla, un equipo muy hecho, más organizado y trabajado, también menos ingenuo que el azulgrana, como se advirtió en el 1-0. Los jóvenes se despistaron en un saque de esquina y no perdonó Papu Gómez ante la desatención de Abde después del servicio de Rakitic. La estrategia es un recurso inagotable para el Sevilla y un martirio constante para el Barça de Xavi. Las tornas, sin embargo, se cambiaron poco después y Araujo se anticipó a Fernando para cabecear en el primer palo un córner botado por Dembélé.

El empate sancionó el juego especulativo del Sevilla y recompensó la ambición del Barcelona, más asentado en su cancha a partir de una defensa de cuatro y estirado por Dembélé, el más incisivo ante el disminuido Sevilla. Aunque solo pudo preparar el partido con 13 futbolistas, Lopetegui tocó a rebato en el descanso y su equipo pasó a dominar al Barça. La agresividad sevillista intimidó a los azulgrana, que perdieron el cuero y se vencieron como es costumbre, incapaces de competir más de una hora, vulnerables en Nervión.

Los barcelonistas se desinflan, las líneas se parten y dejan de jugar como unidad, mal sincronizados también en el aguacero de Sevilla. Las pérdidas eran la mejor munición para ambos equipos hasta que Koundé se desquició en una carga con Alba y fue expulsado por Del Cerro Grande por un balonazo al lateral azulgrana. El guion giró a favor del Barça. Xavi mantuvo la propuesta validada ante el Elche: entró Nico y Gavi, ya con los cordones de las botas desatados, pasó a jugar de falso 9. La superioridad numérica provocó incluso la presencia de Luuk de Jong. A pesar de unos cuantos disparos, no hubo manera de batir a Bono. Acostumbrado a saber lo que le sobra, el Barça ha visto ahora lo que le falta para tener la credibilidad y el cuajo que tiene el Sevilla para asegurar un resultado que le vino bien al Madrid.

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