La eterna espera de Riqui Puig
El medio, que ha rechazado tres cesiones para seguir en el Barcelona, no ha tenido continuidad con ningún entrenador
Tres clubes han hecho una oferta a Riqui Puig (Matadepera, Barcelona; 22 años) para incorporarlo como cedido desde que asomara en el primer equipo del Barça: Zaragoza, Oporto y PSV. Todos se llevaron la misma respuesta: el área deportiva aprobaba la operación, pero no el futbolista, empeñado en triunfar en el Camp Nou, sabedor de que jugar a préstamo no siempre fue un éxito —Sergi Samper, por ejemplo, emigró al Granada y luego al Las Palmas para perder su silla y marcharse al Vissel Kobe, japonés—. “Entendíamos que er...
Tres clubes han hecho una oferta a Riqui Puig (Matadepera, Barcelona; 22 años) para incorporarlo como cedido desde que asomara en el primer equipo del Barça: Zaragoza, Oporto y PSV. Todos se llevaron la misma respuesta: el área deportiva aprobaba la operación, pero no el futbolista, empeñado en triunfar en el Camp Nou, sabedor de que jugar a préstamo no siempre fue un éxito —Sergi Samper, por ejemplo, emigró al Granada y luego al Las Palmas para perder su silla y marcharse al Vissel Kobe, japonés—. “Entendíamos que eran buenas operaciones, que podrían hacerle progresar porque al final los jóvenes lo que necesitan son minutos. No quiso”, argumenta un técnico de la Ciudad Deportiva. El problema, sin embargo, es que Puig sigue en la sala de espera. También con Xavi, como ocurriera con Valverde, Setién y Koeman.
Riqui se bautizó con Valverde en la pretemporada de 2018 ante el Tottenham en Los Ángeles, entonces con la camiseta número 8, el primero en hacerlo tras Iniesta. En ese duelo, intercambió la elástica con Christian Eriksen y el danés se llevó de su parte un sombrero que se hizo viral. “Los sueños se hacen realidad”, escribió Puig en las redes sociales. Días después, frente al Milan, recibió el piropo del técnico Gattuso: “Es un espectáculo; él y otros juveniles del Barça sienten el fútbol y es algo parecido a la poesía”. Valverde, que tenía a Rakitic, Arthur, André Gomes, Arturo Vidal y Aleñá, rebajó el suflé: “La idea es estar tranquilos con los jóvenes; todos nos emocionamos rápido”.
La irrupción, en cualquier caso, por irreverente y por su comunión con la grada, hacía recordar a la de otros futbolistas como Iván de la Peña. “Los que han llegado al primer equipo sin previa escala en el filial como Messi son casos contados”, resolvía un trabajador del área deportiva. Una excusa que ahora, en tiempos de precariedad y urgencia, ha quedado obsoleta.
Este Barça es un juego de niños porque Gavi (17 años), Pedri, Ansu Fati (19) y Nico (19) —único entre ellos en pasar por el Barcelona B— son más jóvenes y ya han tenido más protagonismo que él en el once. También están Balde (18) y Demir (18), y todos han contado con más minutos que Puig en esta temporada, pues suma 135, solo por delante de Dembélé (73), que ha estado lesionado casi todo el curso, además de Umtiti e Iñaki Peña (0). Una tónica para Riqui, la de dar con sus huesos en el banquillo, que se ha prolongado en el tiempo.
En el segundo año de Valverde decidieron dejarle en el filial para su disgusto. Año de transición porque hizo un plan específico de fortalecimiento por su baja estatura (1,69 metros), y a la fuerza también mental frente a las tarascadas que sufría en Segunda B. “Forma parte de su aprendizaje”, resolvían desde el área deportiva, que no pudo completar su cesión al Zaragoza en invierno. Hasta que Setién le dio carrete porque Riqui jugó en 12 de los 19 encuentros (seis como titular) con el entrenador cántabro. Pero no marcó y dio dos asistencias en el último envite ante el Alavés, cuando el título ya descansaba en manos del Madrid.
Último partido completo
Destituido Setién, llegó Ronald Koeman, con el que no se entendió desde el primer momento hasta el punto de que le acusó delante del vestuario de filtrar información a los medios. Antes, en cualquier caso, ya le había advertido de que no contaba con él y se reafirmó incluso cuando Laporta asumió la presidencia y le sugirió a las claras que prefería verlo en el tapete. “Tiene futuro aquí, pero sería mejor cederlo”, sugirió Koeman al área deportiva, que se llevó la negativa del jugador cuando le ofrecieron marcharse al Oporto y al PSV. El 13 de febrero de 2020, ante el Alavés, ha sido su último partido completo, también la última ocasión en la que contó dos titularidades consecutivas.
Este verano ya no hubo ofertas formales por Riqui, que se mantuvo en el equipo a sabiendas de que no tenía la confianza de Koeman: 72 minutos en 13 partidos con el holandés. Con el interino Sergi Barjuan volvió a saborear unos minutos en el césped (51 en tres duelos) y con Xavi no ha pasado de 12 minutos en otros tres encuentros. “Riqui tiene un talento innato y tiene que ser importante para el equipo, como lo son Gavi y Nico. Tiene que atreverse, tiene que chutar, tiene que llegar al área, pero contamos con él”, resolvió Xavi.
Pero de momento le han adelantado de nuevo canteranos como Abde e Ilias, después de que lo hicieran Pedri (ahora lesionado), Nico y Gavi. Así que Riqui, que en cuatro cursos cuenta solo con 46 partidos y 1.586 minutos, sigue en la sala de espera, ahora con el envite de este sábado (16.15) ante el Betis en el horizonte, siempre paciente porque cuando sale se convierte en un personaje tan insolente para sus críticos como aplaudido por sus devotos.
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