Muere Lee Elder, primer golfista negro en Augusta
El estadounidense rompió en 1975 una barrera racial en el Masters y abrió el camino para jugadores como Tiger Woods
El 10 de abril de 1975 un golfista negro derribó un muro. Se llamaba Lee Elder. Ese día, jueves, colocó su bola en el tee del hoyo uno del selecto campo de Augusta National, en Georgia (EE UU), en la primera jornada del Masters. Todos le miraban. Él estaba nervioso pese a ser ya un jugador experimentado de 40 años. No era para menos. Cuando conectó el golpe había reescrito la historia. Elder se convirtió entonces en el primer jugador negro en disputar el Masters de Augusta, culminando ...
El 10 de abril de 1975 un golfista negro derribó un muro. Se llamaba Lee Elder. Ese día, jueves, colocó su bola en el tee del hoyo uno del selecto campo de Augusta National, en Georgia (EE UU), en la primera jornada del Masters. Todos le miraban. Él estaba nervioso pese a ser ya un jugador experimentado de 40 años. No era para menos. Cuando conectó el golpe había reescrito la historia. Elder se convirtió entonces en el primer jugador negro en disputar el Masters de Augusta, culminando un largo camino de lucha contra los prejuicios y abriendo a su vez uno nuevo por el que en un futuro se moverían deportistas como Tiger Woods. Este lunes, el pionero falleció a los 87 años.
Elder, el menor de 10 hermanos nacidos en Dallas, se quedó huérfano a los nueve años. Su padre murió en la Segunda Guerra Mundial. Su madre, tres meses después. Comenzó una lucha por la supervivencia que llevó al pequeño Lee a cambiar el colegio por un campo de golf, primero encargado de sencillas tareas de mantenimiento; luego, cuando se mudó con su tía a Los Ángeles, a trabajar como caddie. Así empezó su carrera deportiva. Para abrirse paso, no solo tenía que superar rivales en la cancha. Más duro que eso fue enfrentarse al racismo. Algunos clubes no le dejaban entrar en el vestuario y tenía que cambiarse en el aparcamiento. Otras veces su bola desaparecía misteriosamente cuando daba el primer golpe. Todo fueron palos en las ruedas, pero también una perseverancia para resistir. Cuando en 1974 ganó el Monsanto Open, la victoria tenía un premio extra: una invitación para el siguiente Masters de Augusta. “Hubo muchas presiones y quejas”, recordaba en abril de 2019 en EL PAÍS; “a mucha gente no le gustaba que un negro jugara el Masters. Me amenazaron. Recibía cartas y llamadas de teléfono. Tuvimos que alquilar dos casas para el torneo”. Augusta no era una plaza cualquiera, sino un selecto club con las puertas blindadas durante décadas por los hombres blancos: hasta 1990 no se admitió un socio negro (Ron Towsend), Tiger Woods fue en 1997 el primer ganador de color, y Condoleeza Rice, Darla Moore y Virginia Rometty entraron como las primeras mujeres socias en 2012.
Con ocho sobre el par, Lee Elder no pasó el corte. “Había mucha gente sobre mí, me costaba centrarme en el juego”, explicaba. Pero la puerta había sido derribada. Cuatro años después fue el primer golfista negro en jugar la Ryder Cup, y también fue el primero en recibir el premio Bob Jones, la mayor condecoración de la federación estadounidense. Augusta tardó 45 años, hasta 2020, en rendirle un homenaje. Y en abril pasado formó junto a Jack Nicklaus y Gary Player en la salida honorífica del Masters.
En 1997, Lee Elder vio en el campo cómo Tiger ganaba su primer grande. “Fue un orgullo porque dentro de mí sabía que parte de eso había comenzado con otros jugadores negros que abrimos un camino. Me alegré de ser un ejemplo”, recordaba hace dos años en este periódico. Lee nació el mismo año que se creó el Masters, 1934, y debutó en el mismo año en que nació Tiger, 1975. Ahora, mientras Woods intenta volver a jugar después de un accidente de tráfico, el golf recuerda a uno de sus pioneros.
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